viernes, 22 de octubre de 2021
Presentación - reedición de Tusitala de óbitos
viernes, 15 de octubre de 2021
Tiempo de Literatura 2021
lunes, 11 de octubre de 2021
Taller de cuento II - Fragmentar la ficción breve
viernes, 8 de octubre de 2021
El Diablo está en los detalles - Reseña de Tristes Sombras
El Diablo está en los detalles. Reseña de Tristes Sombras de Lola Ancira
[El Diablo está en los detalles]
Reseña de Tristes Sombras, de Lola Ancira.
“Ay, mija, si vamos a caber en el infierno
¿Cómo no vamos a caber aquí? No hay de otra”.
Vidas Ajenas. Tristes Sombras.
Existen proverbios que señalan a la perfección la relevancia que poseen las cosas mínimas: esas piezas microscópicas de un rompecabezas que determinan, con su ausencia o integración, la materialización de una imagen, dibujo o forma, que en caso contrario, quedaría incompleta, fragmentada.
“El diablo está en los detalles” es un viejo adagio importado desde tierras anglosajonas, que ejemplifica, contundente, la maravilla de lo ínfimo, el mostrar mucho diciendo poco como parte intrínseca del complejo acto narrativo y la maestría en el manejo de las minucias y visos de la documentación, que confluyen, de forma muy correcta, en la creación de universos paralelos y siniestros, contextualizados principalmente en dos espacios geográficos que se ubicaron en el corazón de nuestro país; muros olvidados y malditos que delimitaron en su momento, los alcances de la locura, la infamia y la miseria humana.
Tristes Sombras (Editorial Paraíso Perdido, 2021, 200 pp), o lo que es lo mismo, el Diablo está en los detalles, son doce oscuras y hermosas narraciones-todo en justa proporción y equivalencia-, que integran la más reciente obra escrita por la autora originaria de Querétaro, Lola Ancira.
El precedente del trabajo de la autora lo encontramos en su libro titulado El Vals de los Monstruos: relatos con temática siniestra que rozan de manera sensual, los diversos ángulos del horror y lo sublime, donde la escritora puso de manifiesto-ganándose una creciente legión de seguidores-, la facilidad innata que domina y utiliza para involucrarnos en sus atmósferas opresivas, melancólicas y sí se desea, malsanas. En este mismo tenor, la cuentista, que comenzó el proceso de planeación-de las sombras que reseñamos hoy-, desde el año 2016, continúa en este volumen con el derrotero de impresionarnos, conmovernos, y, en definitiva, dejarnos afectados con sus historias.
Tristes Sombras (200 p.p.) es un libro de narraciones dividido en dos partes consagradas al infierno y la decrepitud-que se van transformando, mediante una especie de alquimia literaria con el desarrollo del ejercicio lector-, en nostalgia, crónica y empatía hacía esos espectros que todavía deambulan por los pasillos-en nuestro imaginario colectivo-, de dos lugares malditos y ambiguamente significativos en los pasajes de la oscura historia mexicana: El hospital psiquiátrico de la Castañeda y el Palacio Negro de Lecumberri. Sitios donde el concepto de tragedia humana se hizo tangible para miles de personas que, arrastradas por sus bajas pasiones, la necesidad económica, los prejuicios de una época posterior a la revolución, las traiciones familiares, los accesos de emoción violenta o simplemente, la casualidad, se encontraron, de pronto, alienadas, desproveídas de lo más básico para la subsistencia, en condiciones de hacinamiento, maltrato, corrupción y expuestas a cualquier ejercicio que la maldad humana-ya sea por sus mismos compañeros de desgracia, o con la mano de las autoridades correspondientes, quisiera, en cumplimiento de un deseo o por simple tedio, practicar con ellos. (Continuar leyendo en El Informe Bestia)
jueves, 7 de octubre de 2021
Entrevista por Hernán Arturo Ruiz
Hace unas semanas, tuve la fortuna de que Hernán Arturo Ruiz me realizara una entrevista para el periódico digital El Afiche, que va desde mis inicios en la escritura hasta mi postura ante el género que dedicí escribir y estudiar: el cuento. Transcribo las primeras líneas a continuación.
Lola Ancira: “Para mí, el cuento es: El género”.
Por Hernán Arturo Ruiz
Lola Ancira (Querétaro, 1987) es una autora mexicana con una escritura potente e incisiva. Sus cuentos se adentran en lo más profundo de la condición humana para extraer de ella lo perverso, lo oscuro y lo real. Su gusto por la literatura inició en la infancia gracias a que su madre le leía y compraba muchos libros. Ese gusto la llevaría después a configurar también sus propias historias, sus propios universos, mismos que están reunidos en libros como Tusitala de óbitos (Pictographia Editorial, 2013) o El vals de los monstruos (FETA/Fondo Editorial de Querétaro, 2018; Fondo Blanco, 2020).
Además, fue becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas y del programa Jóvenes Creadores del FONCA. Recientemente publicó el libro Tristes Sombras (Paraíso Perdido, 2021), un híbrido entre la ficción y la crónica en donde se combinan elementos fantásticos y psicológicos. A raíz de esta publicación, el Afiche.mx, habló con la autora sobre su proceso creativo, sus opiniones sobre el cuento y la realidad de la literatura contemporánea en México.
¿Qué fue lo que hizo que decidieras convertirte en escritora?
Conforme fui creciendo, comencé a buscar obras que leía por interés, no por imposición. Así encontré a Poe, a Quiroga, a Lovecraft, a Hesse y a muchos más. Cuando entré a la preparatoria, en el primer semestre, la maestra de Español nos dejó escribir un cuento, y así me di cuenta de que también podía intentar escribir eso que amaba tanto leer.
Pero además de escribir también eres editora, ¿de qué manera este oficio ha influenciado a tu literatura?
Tengo la posibilidad de analizar mis textos desde perspectivas que van más allá de lo teórico, pero aún así, siempre es necesario un ojo externo para poder identificar erratas que a mí se me pueden pasar por estar tan sumergida en la obra.
Recientemente publicaste tu libro Tristes sombras, ¿cómo ha sido tu experiencia de publicación en medio de una pandemia?
Afortunadamente ha tenido muy buena aceptación y se está moviendo mucho gracias a los círculos de lectura virtuales, las presentaciones han sido en el mismo formato y también han tenido buena respuesta. Extraño los eventos presenciales por la oportunidad que ofrecen de convivir tanto con los presentadores como con los asistentes, espero que en unos meses podamos organizar algo así. (Continuar leyendo en El Afiche...)