domingo, 19 de diciembre de 2021
México Noir IV
lunes, 13 de diciembre de 2021
¿Qué han escrito ellas sobre terror? - Nota de Donna Oliveros para el Diario de Querétaro
Hace unas semanas, Donna Oliveros publicó una nota sobre tres escritoras queretanas cuyas temáticas se relacionan con el género del terror: Allure Spinoza, Ana Saavedra Villanueva y yo, quienes tenemos libros recientemente públicados.
Aquí la nota:
¿Qué han escrito ellas sobre terror?
Allure Spinoza, Lola Ancira y Ana Saavedra Villanueva son tres escritoras que se han abierto paso en este género, desde donde no solo buscan perturbar sino también hablar sobre monstruos reales y temas prohibidos que esconden lo más oscuro de la sociedad y la mente humana.
Monstruos de carne y hueso que habitan la ciudad. Situaciones terribles que extienden sus tentáculos hasta las estadísticas. Hechos sobrenaturales que alimentan la paranoia y ponen los pelos de punta a cualquiera. Eso y más es lo que podremos encontrar en la literatura de horror hecha por mujeres, un género en donde cada vez es más visible su trabajo.
¿A qué se debe este boom? Si bien es cierto que años para acá se ha puesto especial interés en las propuestas de las mujeres dentro del arte – gracias principalmente al trabajo de muchas investigadoras– , todo parece indicar que los cambios que se observan en la esfera social no distan del trabajo que se realiza desde lo literario; cada vez es más común encontrar a mujeres cuestionando los cánones y estereotipos que les atraviesan como género, desde diferentes trincheras: ¿Por qué escribir solo poesía? ¿ Por qué hablar solo sobre amor… o desamor? ¿Qué hay del terror? Muchas incluso han retomado en su literatura experiencias propias y de otras mujeres, para horrorizar más a las y los lectores.
“Tal vez sea esa la razón …. es que no tienes que esforzarte mucho para escribir un cuento de terror cuando los índices de violencia contra las mujeres están por los cielos”, escuché decir alguna vez a una escritora.
Sin embargo, las temáticas son tan bastas como el número de autoras; lo que todas tienen en común es un profundo interés por experimentar en el terror / horror; dos conceptos diferentes que aluden a la sensación de sentir miedo y angustia por algo tangible (miedo) y a la perturbación por fenómenos sobrenaturales que sobrepasan la experiencia estética (horror). (Continuar leyendo en el Diario de Querétaro)
sábado, 11 de diciembre de 2021
Presentación de El problema de los tres cuerpos, de Aniela Rodríguez
sábado, 4 de diciembre de 2021
Felina - cuento inspirado en Femme Felina
Felina
Recé a la oscuridad, a la noche, a la carroña.
Neil Gaiman en “Un sueño de un millar de gatos”
Lo aprendió de su madre. Y ésta, a su vez, de su abuela. Pero es la primera vez que lo intenta. Está encerrada en un baño en el que ya miró cada centímetro de piso, pared y techo buscando alguna salida. La única posibilidad es la minúscula ventana ubicada sobre el retrete, mas no hay forma de que su cuerpo pase por ahí.
Baja la tapadera del escusado y se sube. Ni así alcanza a asomarse, únicamente puede sacar las puntas de los dedos de una mano y rozar el viento; debe sostenerse con la otra. Será difícil que alguien vea asomarse sus pequeñas falanges con uñas pintadas de azul rey, menos aún escuchar los gritos que de cuando en cuando aún suelta.
Supone que, ahora, él está dormido. En parte por miedo a despertar a esa furia y otro tanto por la garganta reseca, irritada de tanto vociferar, los minutos en silencio comienzan a convertirse en horas que alterna sentada o de pie, mirando cada tanto el rectángulo que ofrece esa libertad mínima e inalcanzable.
Además, está la peste. A pesar de las horas transcurridas ahí, no ha podido acostumbrarse al hedor a caño que inunda el cuartucho en el que apenas hay el espacio justo para sentarse en la taza y donde no hay ni regadera. Le gustaría quitarse la porquería de encima: lo expulsó todo cuando la atraparon. Su propia fetidez se opaca con la que surge de un hoyo de desagüe enorme y sin rejilla. Cada que la mira, teme ver dos pequeñas luces asomando por ahí, husmeando con la nariz y el hocico dentado cualquier basura para consumir, o un manjar como el de su carne suave de niña de trece años. Lo único que creyó divisar cuando entró despavorida en aquel refugio fue una cola larga, gorda y rosada huyendo a prisa. No considera aquel hoyo húmedo y enmohecido como una vía de escape porque está segura de que terminará en un lugar peor. (Continuar leyendo en Carruaje de pájaros...)