lunes, 31 de diciembre de 2012

Método poético y narrativo – Edgar Allan Poe






Reseña personal: Método poético y narrativo de Edgar Allan Poe (escritor y crítico estadounidense, 1809-1849), es un libro conformado por dos ensayos y un poema: "Método de composición", "The Raven"/"El Cuervo" (explicado verso a verso por el autor) y "Charles Dickens", trilogía esencial para la defensa de la acusación de plagio hecha a Poe y principal razón para que llevara a cabo la creación de Método de composición (explicación que daré más adelante).

Poe es mundialmente conocido como uno de los padres del cuento (específicamente de terror), innovador en el gótico y creador del cuento policíaco. Fue el primer escritor estadounidense reconocido que trató de vivir de su obra, con no muy buenos resultados, por cierto.

A pesar de que éste es un libro poco conocido, es necesario para cualquier persona que aprecie la genialidad de la escritura de Poe y para aquellos interesados en la creación literaria, o mejor aún, para quienes son presa de ambas.

Yo llegué a él a través de una lectura de la facultad (que ahora no recuerdo) y fue complicado conseguirlo, pero logré tenerlo gracias a un stand de una editorial española en el área internacional de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara de 2011. El libro es pequeño (menos de 90 páginas), pero el formato, la impresión y la edición son impecables.

En Método de composición, Poe creó una especie de guía explicativa del proceso que siguió para escribir uno de sus poemas más famosos: El Cuervo. Esta magnifica pieza descubre al escritor en su mundo tangible, dando paso a un acercamiento mucho más natural y empírico a su obra y por lo tanto a su persona. Según el mismo Poe, es la primera vez que un escritor revela su proceso creativo de tal forma.

Poco después de publicar El Cuervo, que aparece en 1845 en el periódico Evening mirror, Poe aprovecha esta oportunidad de popularidad para escribir ataques contra críticos literarios y escritores conocidos que, a su parecer, no hacen ningún bien a la literatura. Si bien sus recriminaciones le valieron algo de dinero, el hecho llegó a ser escandaloso y crear imputaciones viles que ahora lo acusaban a él de plagio (como anteriormente mencioné).

El agravio a la originalidad, intelecto y personalidad de Poe fue tal, que decidió enfrentar las consecuencias de sus comentarios mordaces y expurgar su nombre. Se dio a la tarea entonces de escribir 'Philosophy of Composition' (mal traducido como Método de composición) y a criticar Barnaby Rudge, novela de Charles Dickens, pues en esa obra Poe encontró un cuervo con un empleo literario muy parecido al que él utilizó para su poema El Cuervo.

Poe describe minuciosamente cada detalle de su obra, la razón por la cual escogió a tan singular animal, el motivo de la repetición del estribillo final “nunca más”, cómo logra el tono melancólico y nostálgico en toda la obra y cómo crea un poder de atracción fatídico (que, por supuesto, está presente en toda su creación).

Poe, en su papel de mentor, nos ofrece un modelo de escritura que es precisamente el que utiliza él, donde la unificación y el punto central del relato es la coherencia textual, una “realidad” fundamentada en cualquier plano ficcional que se encuentre, creando así la integridad: “(...) cierto grado de poder sugestivo, cierta corriente oculta, por muy indefinida que sea, de significado. Es sobre todo esta última la que concede a la obra de arte gran parte de esa riqueza (...)”

Poe le escribe a lo bello, a lo trágico, a la melancolía y a la majestuosa tristeza: “Tras considerar la Belleza como mi dominio, a continuación me pregunté cuál sería el tono de su manifestación más elevada: toda experiencia demuestra que dicho tono es el de la tristeza. La Belleza de cualquier condición, en su expresión suprema, invariablemente emociona el alma sensible hasta las lágrimas. La melancolía es, por tanto, el más legítimo de todos los tonos poéticos.”

Me sorprendió sobremanera descubrir una afirmación que yo uso como método de trabajo desde hace algunos años para mis relatos cortos (sin finalidad de vanagloria): “Es aquí donde puedo afirmar que se inicia el poema.: al final, donde deberían empezar todas las obras de arte (...)”

El gran acierto de la editorial es haber incluido el poema El Cuervo en su idioma original y su traducción al español, pues siempre será lo más recomendable leer al autor en su idioma natal.

Para terminar, les comparto una frase del crítico Poe que para mi es del todo cierta:“(...) podríamos asumir, por mucha hipocresía lamentable que exista sobre el tema, que al señalar con franqueza los errores de una obra hacemos casi todo lo necesario como críticos para mostrar sus méritos.” 

jueves, 20 de diciembre de 2012

La Náusea – Jean-Paul Sartre




Reseña personal: La náusea de Jean-Paul Sartre (filósofo, escritor y activista político francés, 1905 -1980) es la primer novela filosófica del autor, publicada en 1938, siete años después de haber sido terminada, tras el correspondiente trabajo de edición. Fue escrita cuando se formaba como filósofo en Alemania, siendo educando de Husserl y la escuela fenomenológica (que busca renovar la filosofía para volverla una ciencia exacta y un proyecto comunal); y también estudioso de Heidegger.

El libro está escrito en primera persona y a manera de diario íntimo, en ocasiones un poco discontinuo, pues mientras tiene entradas puntuales que llegan a ser tan específicas que llevan la diferencia de hora anotada dentro del mismo día y detalla cada pensamiento y movimiento que realiza; en ocasiones pasan días en que no hay inscripciones o sólo escribe una línea. El diario pertenece al protagonista, un historiador cuyo nombre es Antoine Roquentin y la narración se desarrolla en una pequeña ciudad llamada Bouville (que en muchos textos aparece como inexistente, pero actualmente hay una comuna francesa, en Cantón Pavilly, con el mismo nombre y muy pocos habitantes), a donde decide ir para poder leer todos los documentos e información que tiene la Biblioteca pública sobre el personaje en el que está trabajando: Monsieur Rollebon (aristócrata del S. XVIII). Dos personajes principales que entablan interesantes diálogos con él y cuyos comentarios en ocasiones resultan muy profundos, son Anny (una ex novia) y un Autodidacta (mayúsculas de Sartre), que conoce precisamente en la Biblioteca pública, tras varios días de encontrarlo en el sitio.

La existencia monótona y el tedio habían hecho presa de la vida de Anotine: “Cuando uno vive, no sucede nada. Los decorados cambian, la gente entra y sale, eso es todo. Nunca hay comienzos. Los días se añaden sin ton ni són, es una suma interminable y monótona (...) Tampoco hay fin: nunca nos abandonamos de una vez a una mujer, a un amigo, a una ciudad. Y además, todo se parece: Shangai, Moscú, Argel, al cabo de quince días son iguales.” Y todo le parecía tan asqueroso y ruin, tan común y vulgar que lo único que podía sentir realmente era esa fuerte náusea que lo mareaba y a veces lo dejaba fuera de sí... “Tengo ganas de vomitar, y de pronto ahí está: la Náusea.

La desazón por la existencia y lo absurdo de esta lo lleva a profundas especulaciones y cavilaciones que se entretejen a lo largo de toda la novela, creando así un compendio ideológico sobre la existencia del ser humano y su finalidad, dejando preguntas abiertas pero otorgando también juicios trascendentales (principalmente en las últimas páginas), para que cada quien busque las respuestas en su interior.

Como era de esperarse, trabaja también un dilema con el lenguaje y sus límites, ya que para él, los nombres delimitan a las cosas y absorben su esencia, dejándolas secas. Es por completo alusivo al 'primer' Heidegger y su insuficiencia del lenguaje, y en cuanto a Husserl, retoma su pensamiento de que las ideas y experiencias son precedentes al lenguaje e incluso se llevan a cabo en un nivel diferente, un nivel interno, personal: “Las cosas se han desembarazado de sus nombres. Están ahí, grotescas, obstinadas, gigantes, y parece imbécil llamarlas banquetas o decir cualquier cosa de ellas: estoy en medio de las Cosas, las innominables.”

En cuanto al título, 'La Náusea' es ese sentimiento de desazón y crudeza que queda al despojar al mundo del lenguaje.

Esta es una de las entradas en el diario que sólo consta de una frase, corta pero contundente:

            Miércoles.

                    No hay que tener miedo.

¿No hay que tener miedo de la existencia, de estar, de ser? Quizá. El final se acerca al poco tiempo de que Roquentin se marche a París, a un lugar tan magnífico como su descubrimiento sobre la salvación de la existencia.

Tras años de querer leer este libro por el fundamento existencialista que lo conforma, pude satisfacer mi curiosidad y entrar en un cosmos de incertidumbres y pensamientos metafísicos en los que finalmente encontré resoluciones satisfactorias. Por cierto, pensé que sería una novela “tradicional”, me llevé una sorpresa al ver que no era así, pues su fundamento filosófico le da un toque muy particular: el de razonamiento de la existencia y la creación de la consciencia sobre uno mismo. (La leí sin previas lecturas de reseñas o ensayos sobre la obra).

Otro dato imprescindible del autor: a pesar de haber sido acreedor del Premio Nobel de Literatura en 1964, lo rechazó por meras cuestiones personales, como estar en contra del sistema educativo usual y abogar porque el desarrollo del ser humano fuera personal e individual y estuviera en contacto directo con la cultura y el conocimiento, sin intermediarios restrictivos (académicos), y es muy factible que esa idea de Sartre halla germinado y encontrado una personificación en el Autodidacta de su citada novela.

Finalmente, la selección de frases es un poco grande (porque la ocasión lo amerita):

“También ellos necesitan ser muchos para existir.” P. 21

“Ya no puedo recibir de estas soledades trágicas nada más que un poco de pureza vacía.” P. 50

“Mis recuerdos son como las monedas en la bolsa del diablo: cuando un la abre, sólo encuentra hojas secas.” P. 56

“Pero ya no veo nada; es inútil que hurgue en el pasado, sólo saco restos de imágenes y no sé muy bien lo que representan, ni si son recuerdos o ficciones.” P. 57

“(...) sueño basándome en palabras, eso es todo.” P. 57

“Construyo mis recuerdos con el presente. Estoy desechado, abandonado en el presente. En vano trato de alcanzar el pasado; no puedo escaparme.” P. 58

“Las aventuras están en los libros. Y naturalmente, todo lo que se cuenta en los libros puede suceder de veras, pero no de la misma manera. Era esa manera de suceder lo que me interesaba tanto.” P. 63

“He pensado lo siguiente: para que el suceso más trivial se convierta en aventura, es necesario y suficiente contarlo. Esto es lo que engaña a la gente; el hombre es siempre un narrador de historias; vive rodeado de sus historias y de las ajenas, ve a través de ellas todo lo que le sucede; y trata de vivir su vida como si la contara.” P. 66

“Por el momento, quería vivir con el mínimo de gasto, economizar gestos, palabras, pensamientos, hacer la plancha: tenía todo un sólo día para borrar las arrugas, las patas de gallo, los pliegues amargos que deja el trabajo de la semana.” P. 84

“(...) hacia rendir el máximo al tiempo. En la época en que ella estaba en Djibuti y yo en Adén, cuando iba a verla por veinticuatro horas se ingeniaba para multiplicar los malentendidos entre nosotros, hasta que sólo quedaba exactamente sesenta minutos antes de mi partida: sesenta minutos, justo el tiempo necesario para sentir el transcurso de los segundos, uno por uno.” P. 91

“Nadie se mete el pasado en el bolsillo; hay que tener una casa para acomodarlo.” P. 102

“M. Achille es simplemente un caso posible de reducir con facilidad a unas cuantas nociones comunes.” P. 105


“-¡Señor, ah, señor! Bueno, ahí va: ¿me haría usted el honor de almorzar conmigo el miércoles?
-Con mucho gusto.
Tenía tantas ganas de almorzar con él como de ahorcarme.” P. 116

“De modo que los objetos (libros) sirven por lo menos para fijar límites verosímiles.” P. 118

“Pero su juicio me traspasaba como una espada y ponía en duda hasta mi derecho de existir. Y era verdad, siempre lo había sabido: yo no tenía derecho a existir. Había aparecido por casualidad, existía como una piedra, como una planta, como un microbio.” P. 128

“(...) un derecho es la otra cara de un deber.” P. 129

“(...) estaba harto de esas reflexiones sobre el pasado, sobre el presente, sobre el mundo. Sólo pedía una cosa: que me dejaran acabar tranquilamente mi libro.” P. 144

“(...) si por lo menos pudiera dejar de pensar, ya sería mejor. Los pensamientos son lo más insulso que hay.” P. 149

“¡Si pudiera dejar d pensar! Intento, lo consigo: me parece que la cabeza se me llena de humo... y vuelve a empezar: “Humo... no pensar... No quiero pensar. No tengo que pensar que no quiero pensar. Porque es un pensamiento”. ¿Entonces no se acabará nunca?” P. 150

“Yo soy mi pensamiento, por eso no puedo detenerme. Existo porque pienso... y no puedo dejar de pensar.” P. 150

“-¿Lo leyó ya en alguna parte?
-Por supuesto que no.
-¿De veras, nunca, en ninguna parte? Entonces, señor -dice, entristecido-, no es verdad. Si fuera verdad, alguien lo hubiera pensado ya.” P. 163

“La misantropía también tiene su lugar en este concierto: es una disonancia necesaria para la armonía total.” P. 176

“Tengo ganas de vomitar, y de pronto ahí está: la Náusea.” P. 181

“Entonces ¿esto, esta enceguecedora evidencia es la Náusea? ¡Si habré escrito! Ahora sé: existo – el mundo existe – y sé que el mundo existe. Eso es todo.” P. 181-182

“Las cosas se han desembarazado de sus nombres. Están ahí, grotescas, obstinadas, gigantes, y parece imbécil llamarlas banquetas o decir cualquier cosa de ellas: estoy en medio de las Cosas, las innominables.” P. 186

“(...) el mundo de las explicaciones y razones no es el de la existencia.” P. 191

“(...) la vista es una invención abstracta, una idea limpia, simplificada, una idea de hombre.” P. 193

“Lo esencial es la contingencia. Quiero decir que, por definición, la existencia no es la necesidad. (...) Pero ningún ser necesario puede explicar la existencia; la contingencia no es una máscara, una apariencia que puede disiparse; es lo absoluto, es consecuencia la gratitud perfecta. Todo es gratuito: este jardín, esta ciudad, yo mismo. Cuando uno llega a comprenderlo, se le revuelve el estómago y todo empieza a a flotar, como la otra noche en el Rendez-vous des cheminots; eso es la Náusea (...)” P. 194

“La existencia no es algo que se deja pensar de lejos: es preciso que nos invada bruscamente, que se detenga sobre nosotros, que pese sobre nuestro corazón como una gran bestia inmóvil; si no, no hay absolutamente nada.” P. 195

““¿Pero por qué, pensaba yo, por qué tantas existencias, si todas se parecen?” ¿A santo de qué tantos árboles todos parecidos, tantas existencias frustradas y obstinadamente recomenzadas y de nuevo frustradas, como los torpes esfuerzos de un insecto caído de espaldas? (Yo era uno de esos esfuerzos.) Esa abundancia no hacía el efecto de generosidad, al contrario. Era lúgubre, miserable, trabada por sí misma. Esos árboles, esos grandes cuerpos desmañados,.. Me eché a reír porque pensé de golpe en las primaveras formidables que se describen en los libros, llenas de crujidos, estallidos, eclosiones gigantescas. Había imbéciles que venían a hablar de voluntad de poder y lucha por la vida. ¿No habían mirado nunca un animal o un árbol? Hubieran querido hacerme tomar ese plátano con sus placas de peladera, esa encina medio podrida, por fuerzas jóvenes y ásperas que brotaban hacia el cielo. ¿Debería representármela como una garra voraz que rompiese la tierra para arrancarle su sustento?” P. 196-197

“Todo lo que existe nace sin razón, se prolonga por debilidad y muere por casualidad.” P. 197

“Necesito que existas y que no cambies.” P. 203

“(...) no cambia de expresión, cambia de rostro, como los actores antiguos cambiaban de máscara; de golpe. Y cada una de estas máscaras está destinada a crear la atmósfera, a dar el tono de lo que seguirá.” P. 212

“-(...) Tú sabes que ponerse a querer a alguien es una hazaña. Se necesita energía, una generosidad, una ceguera... Hasta hay un momento, al principio mismo, en que es preciso saltar un precipicio; si uno reflexiona, no lo hace. Sé que nunca más saltaré.” P. 213

“¡Qué error” Sí, realmente pensaba que existía “el Odio”, que venía a posarse en la gente y a elevarla sobre sí misma. Naturalmente, sólo existo yo, yo que odio, yo que amo.” P. 220

“(...) en la biblioteca ciertos volúmenes están marcados con una cruz roja; es el Infierno: obras de Gide, de Diderot, de Baudelaire, tratados de medicina.” P. 238

“Hasta podría constituir un apólogo: era una vez un pobre tipo que se había equivocado de mundo.” P. 255

“Canta. Dos que se han salvado: el judío y la negra. Salvado. Quizá hasta el fin, se hayan reído perdidos, ahogados en la existencia. Y sin embargo, nadie podría pensar en mí como yo pienso en ellos, con esta dulzura. Nadie, ni siquiera Anny. Para mí son un poco muertos, un poco como héroes de novela; se han lavado del pecado de existir. No por completo, claro, pero tanto como puede hacerlo un hombre.” P. 258

“La negra canta. ¿Entonces es posible justificar la propia existencia? ¿Un poquito? Me siento extraordinariamente intimidado.” P. 258

“(...) un existente jamás puede justificar la existencia de otro existente.” P. 259

“(...) algo que no existiera, que estuviera por encima de la existencia. Por ejemplo, una historia que no pueda suceder, una aventura. Tendría que ser bella y dura como el acero, y que avergonzara a la gente de su existencia.” P. 259

“Un libro. Una novela. Y la gente leería esa novela y diría: la escribió Antoine Roquentin, era un individuo pelirrojo que se arrastraba por los cafés; y pensarían en mí vida como yo pienso en la de esa negra: como en algo precioso y semilegendario. Un libro. Naturalmente, al principio sólo sería un trabajo aburrido y fatigoso; no me impediría existir ni sentir que existo. Pero llegaría un momento en que el libro estaría escrito, estaría detrás de mí y pienso que un poco de su claridad caería sobre mi pasado. Entonces quizá pudiera, a través de él, recordar mi vida sin repugnancia. Quizá un día, pensando precisamente en esta hora, en esta hora lúgubre en que espero, con la espalda agobiada, que llegue el momento de subir al tren, quizá sienta que el corazón me late más rápidamente, y me diga: fue aquél día, aquella hora cuando comenzó todo. Y llegaré – en el pasado, sólo en el pasado – a aceptarme.” P. 259

Y si se preguntan, como yo, de qué 'negra' habla, aquí está la respuesta: el estribillo al que hace mención en varias ocasiones a través de la novela (inclusive en la penúltima página), pertenece a la canción “Some of these days” entonada por Ethel Waters:

Some of these days
You'll miss me honey

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Suicidios ejemplares - Enrique Vila-Matas




Reseña personal: Suicidios ejemplares (1991, Anagrama) de Enrique Vila-Matas (escritor español, 1948) es una compilación de once cuentos publicada por Anagrama en 1991, y cuyo tema principal es la muerte, pero una muerte por mano propia: el suicidio. Y lo extraño es que son suicidios premeditados pero no llevados a cabo; en algunas de las historias hay muertes, pero en ninguna es la del suicida potencial.

Los cuentos están escritos en primera persona y tienen un toque irónico y cómico, como sólo el humor negro lo puede tener.

Es un autor que no conocía y que llegó a mi por recomendación, y reconozco que me sorprendió, pues este tema es un asunto problemático fuera del interés de la mayoría. Hace algunos meses realicé un trabajo de investigación literaria sobre el suicidio en la literatura del Siglo de oro español (pero de eso hablaré en otra entrada, quizá).

El libro en sí me fascinó, a pesar de que no todos los cuentos atrapan de la misma manera y que la cuestión del suicidio se trata desde diferentes perspectivas y personajes y en contextos por completo diferentes, cuestión que también me agradó, pues relata de una manera ágil y única lo que se supondría que se puede condensar en una sola concepción: el deseo final y puntual de morir.

También encuentro un significado importante en la segunda palabra del titulo del libro, “ejemplares”, pues estas (supuestas) muertes son modelos porque son premeditadas, pensadas, analizadas y formuladas en un tiempo y espacio que dotan al personaje de características únicas, que van desde la ansiada muerte por nostalgia hasta la muerte ridícula o cómica, lo que también se puede interpretar con el epígrafe que usa para el segundo cuento: “No sé muy bien lo que me espera, pero, de cualquier modo, iré hacia eso riendo.” Stubb, en Moby Dick.

El prólogo es cierta advertencia que funciona a la vez como guía para la lectura del libro, pues en ella da explicaciones razonables y sustentadas del tema tan delicado que ha escogido. Y la razón no es otra que acercar el suicidio, a través de una ficción muy realista, al lector, que este se familiarice y pueda entender a los personajes para que no sean condenados con prejuicios o doble moral (tan frecuente en nuestros días); en palabras del propio Vila-Matas: “(…) dejar que el lector proyecte su propio mundo interior sobre el mapa secreto y literario de este itinerario moral que aquí mismo ya nace suicidado.”

Mis favoritos fueron los cuentos El arte de desaparecer y Un invento muy práctico. El primero habla de la necesidad de un escritor de desaparecer después de sacar a la luz o publicar su obra: “La obligación del autor es desaparecer.” No concibe mostrar su interior y que los lectores sepan quien es en la vida real, fuera de esa ficción verídica o autobiográfica que se crea en la literatura, pues sería aparecer ante los demás sin máscaras, en toda su vulnerabilidad, y creo que tiene mucho sentido, pues escribir es desnudarnos y mostrar todo aquello que se mantiene en las tinieblas, por más macabro que pueda ser, y que alguien que no nos conoce en absoluto nos conozca en primera instancia por nuestro interior, es algo muy fuerte, más en esta sociedad occidental superficial, donde lo que cuenta es el aspecto y lo material. En el segundo cuento, se narra la historia, a través de una carta enviada a una amiga, de una mujer que se interna en un psiquiátrico y sale después por su propio pie, al encontrar la respuesta a la pregunta por la que se interno. Hacia el final del cuento, la realidad, o la supuesta realidad (pues se crea una confusión que no estoy autorizada para resolver) induce a cavilar que en realidad la mujer es una esquizofrénica y todo lo que cuenta que ocurrió fue la invención de una invención.

En cada relato se abre una invitación para convivir con los personajes, que tienen siempre una única seguridad inminente: poder terminar con sus vidas en el momento en que ellos lo decidan, y en el lapsus de espera, pueden fantasear con esos finales, acariciar la idea de morir, flirtear con un acontecimiento que pondría punto final a todo y entretanto seguir en el plano físico como cualquier otro ser humano común.

Frases memorables del libro:

tristeza leve –dicen que la nostalgia es la tristeza que se aligera-” P. 24

(…) sabiendo que a la muerte le sienta bien la tristeza leve de una severa espera.” P. 24

(…) y yo soy de los que piensan que esta vida es de risa y que la vida misma está hecha de pura risa y que, por mucho que ignoremos lo que nos espera al final de la misma, lo mejor es ir hacia todo eso riendo, con una trágica falta de seriedad.” P. 35

(…) la Internacional Cebollista de las sufridas amas de casa, tan lloronas ellas.” P. 50

"-Yo no puedo trabajar -le respondió con afectación, como si recitara un papel muy estudiado-. Yo sólo puedo beber y llorar." P. 53-54

“Tal vez (las cosas) sean mejores así: reales, vulgares, mediocres, profundamente estúpidas.” P. 62

“¿Para qué exhibirme (razonaba Anatol cínicamente) y por qué dar a la imprenta mis textos si en lo que yo escribo sospecho que no hay más que una ceremonia íntima y egoísta, una especie de interminable y falsificado chisme sobre mí mismo, destinado, por tanto, a una utilización estrictamente privada?” P. 64

“(...) en lo que yo escribo sospecho una operación de baja lujuria, una especie de interminable y falsificado chisme sobre mí mismo, ¿A quién podría interesarle algo semejante?” P. 71

La cosa mejor que ha hecho la ley eterna es que, habiéndonos dado una sola entrada a la vida, nos ha procurado miles de salidas.” Séneca, Cartas morales a Lucilio.

“(…) algo muy parecido al amor, que es también en el fondo una gran pregunta y algo tan directo e ingenuo como extremadamente peligroso.” P. 81

(…) a la manera de un Catón o de un Séneca, cuyas muertes son, todavía en nuestros días, el más perfecto ejemplo y modelo del suicidio clásico y sereno, profundamente mediterráneo…” P. 96

Ya ves, así son los hombres, así recuerdan a sus viejas amantes, a las pelmazas que les acosaron en otra época, así las recuerdan cuando están a las puertas de la muerte, es decir, en la hora de la verdad.” P. 111

Te escribo con la esperanza de que te arrojes pronto por la ventana de tu casa.” P. 111

Me gustaría que te suicidaras pronto, Mary, me gustaría verte ya muerta, y si eso no es posible me gustaría verte completamente loca y encerrada para siempre en ese manicomio del que has logrado salir no sé cómo.” P. 111

(…) siempre a mi lado sin la menor tregua a lo largo de toda esta aburrida vida en este mundo de horrible vecindario y gran bostezo.” P. 117

(…) suena en mi tocadiscos el Requiem de Gabriel Fauré, la música ideal para irse sin molestar, para irse de este mundo sin hacer ruido, tal como pienso hacer yo algún día, no cuando tú me lo digas.” P. 119

(…) y me dije que si la locura era todo un misterio también lo era la escritura y que, en cualquier caso, en los mensajes del pianista de Hungría lo que predominaba no era el misterio de la locura sino más bien, pura y simplemente, el misterio de la escritura: el misterio de cartas como ésta que te escribo para celebrar un invento que me mantiene alejada de la desesperación maniática (…)” P. 122

Barrymore (la invención de una invención) dice que morir es todo un arte (y sólo un arte) y que él lo hace excepcionalmente bien.” P. 125

(…) una gente serena y simpática, feliz y amable, profundamente sincera, nada retorcida, adorablemente cristiana, bondadosa, burra. Nada más alejado de la realidad.” P. 131

Y debo decirle que a un pintor sólo le pido y le exijo que su relación con lo plasmado en el cuadro sea directa, sin equívocos posibles, real, aunque esa realidad no tenga más vida, más plasmación que la del cuadro mismo.” P. 134

Para no perder clientela. Ellos saben que sólo la mentira fascina a sus feligreses, de modo que dan a éstos lo que piden: una mentira tras otra.” P. 135

Le explico en qué consiste el parapente. Le digo que es una variante fascista del ya de por sí fascista ejercicio de dejarse caer, así porque sí, sobre los pueblos tranquilos.” P. 151

(…) si de algo él siempre había pecado era de un excesivo, casi brutal, dramatismo, siempre provocado por su incorregible tendencia a la desmesura.” P. 153

Nadie puede abrazar el alma de nadie.” P. 159

Aunque la ve como ficción, le interesa ahora mi historia lo suficiente como para creer en ella. Algo es algo. Es compensación, yo dejo que se desgarre mi realidad.” P. 161

Me explicó que en su opinión de hombre, después de la muerte de Dios, sigue sintiendo la necesidad de que alguien le observe.” P. 165

(…) viéndole tan entusiasmado con su invento, resultaba difícil oponerse a sus planes suicidas.” P. 172

Me pareció una buena idea utilizar una pieza a la que hace mención y tuve que buscar: el Requiem deGabriel Fauré, de quien el mismo Vila-Matas (en voz de uno de sus personajes) escribe:

El Requiem de Gabriel Fauré, la música ideal para irse sin molestar, para irse de este mundo sin hacer ruido, tal como pienso hacer yo algún día, no cuando tú me lo digas. ¿Oíste el Requiem alguna vez? Con sus líneas melódicas y dulces y sin dramatismo, con sus texturas diáfanas, tan francesas, con su orquestación de terciopelo, con adornos de metal, el Requiem se presenta ante mí esta noche como un requiem para muertes tranquilas - como espero que algún día sea la mía-, para las muertes de aquellos que han vivido en paz con los hombres y consigo mismos y quieren irse de este mundo sin molestar, sin hacer el más mínimo ruido.”

Y a pesar de no vivir del todo en paz con los hombres y conmigo misma, lo disfruto de la misma manera, espero que ustedes también.

Para finalizar, les dejo también una entrevista digital con el autor (otra muy buena manera de adentrarse en la mente y la vida de los autores), de donde transcribo una de las respuestas más peculiares que encontré, pues a mí también me atrajo la literatura de Vila-Matas y espero leer algo más de él pronto:

¿Por qué atrae tanto tu literatura?, al menos a mí.
Suicidios ejemplares atrajo a toda clase de suicidas, como sé por las cartas recibidas. "Historia abreviada de la literatura portátil" atrajo a todos los portátiles abreviados. "El mal de Montano" atrae a los enfermos de literatura. Hay un verso que dice "en el centro del vacío hay otra fiesta", en esa otra fiesta se reúnen los suicidas, los shandys, los montanianos, los Bartlelbys y otros figurantes de mi escena literaria. Algún día acudiré a esa fiesta, cuando la obra esté completada.

sábado, 8 de diciembre de 2012

El principito – Antoine de Saint-Exupéry




Reseña personal: El principito de Antoine de Saint-Exupéry (escritor y aviador francés, 1900) es un relato corto y fue publicado en 1943. Es considerada como literatura infantil pero tiene un trasfondo filosófico y complicado, pues toca temáticas como la individualidad, el amor, la amistad, el sentido de la vida e incluso la muerte.

A pesar de conocer la obra por comentarios y reseñas, tuve oportunidad de leerlo hasta hace algunos meses, y me parece que fue en el momento perfecto, como suele ocurrir con las lecturas.

El cuento largo (o novela corta) está escrito en primera persona e inicia con una dedicatoria al niño que alguna vez fue su mejor amigo. El escritor describe un poco como fue su infancia, algunos dibujos que hizo de pequeño y cómo interactuaba con otros adultos. Las ilustraciones, hechas por el mismo autor, a pesar de no tener una gran calidad artística, le dan un toque extra muy atractivo.

El relato inicia haciendo referencia al accidente que tuvo Antoine en el desierto del Sahara (accidente que ocurrió en la vida real), y es aquí donde ficción y realidad se unen en una magnífica aleación que da paso a la historia: cuando un piloto (Antoine) se encuentra en el desolado desierto, tratando de arreglar el motor de su avión y se aparece un pequeño niño (que en realidad es un pequeño príncipe, de ahí el titulo) muy bien arreglado, que le pide un dibujo. Más desconcertado por la aparición que por la petición descontextualizada en sí, el piloto entabla una conversación con el pequeño, de quien, con el paso de los días y la continua conversación, logra conocer su aventurera y nostálgica historia.

Uno de los puntos trascendentales de la historia es que refleja que en realidad hay mucha más sabiduría y consciencia en una mente joven, que no tiene prejuicios y que todo lo ve de la manera más transparente y por lo tanto directa, auténticamente.

El principio vivía en el asteroide B 612, que era pequeño y albergaba a tres volcanes (de los cuales sólo uno estaba inactivo), una rosa y pequeños brotes de árboles baobab que tenía que limpiar a diario, pues de lo contrario esos brotes se convertirían en gigantescos árboles que terminarían por destruir su asteroide. Otro dato importante es que salió de su asteroide porque estaba cansado de tener que lidiar con la rosa, pues tenía un temperamento demasiado complicado y requería de muchos cuidados y de la mayor parte del tiempo del principito.

La crítica indirecta que la historia hace al comportamiento de muchos (o la mayoría) de los adultos dan pequeños golpes en las cabezas de todo aquel que la lea, pues de una u otra manera nos podemos identificar con algún personaje de los planetas visitados por el principito y cada uno me parece tan interesante y crítico que pondré la lista completa:

1° planeta: habitado por un rey, que pensaba que todos debían estar a sus pies y bajo sus órdenes.
2° planeta: habitado por un vanidoso, que sólo quería que lo admiraran.
3° planeta: habitado por un bebedor, que bebía por la razón de olvidar que bebía, como tantas personas que se enfrascan en problemas evadiendo otros problemas, sin salir del círculo vicioso.
4° planeta: habitado por un hombre de negocios, que se había adueñado de todas las estrellas por no haber aparecido el dueño de todas ellas, actitud que suelen tomar los empresarios: adueñarse de la naturaleza por el hecho de que no tiene dueño.
5° planeta: habitado por un farolero y su farol, era el más pequeño de los planetas que visitó y fue al único al que encontró sentido alguno en su comportamiento, pues era el encargado de encender el farol por las noches y apagarlo por las mañanas, por más rápido que girara su pequeño planeta.
6° planeta: habitado por un geógrafo, era el más grande de los planetas que visitó y es donde finalmente escucha hablar del planeta tierra y decide llegar a él.

En el planeta tierra es donde conoce a Antoine, con quien logra tener una conversación con sentido y a quien deja asombrado por su capacidad de comprensión del mundo adulto y su facilidad para resolver problemas y actuar con firmeza donde otros vacilarían.

Lo que más me sorprendió fue el final, pues no es nada predecible y es la parte más impactante y triste de la historia, hay dos maneras de interpretarlas pero mi tendencia pesimista se inclina por la de cuestión metafísica sin retorno a su asteroide, y si no lo han leído, con lo que acabo de mencionar seguro lo querrán leer.

Es un viaje a través de las historias del principito y de su crecimiento personal, un viaje que si estás dispuesto y consciente, puede cambiarte a ti también, o por lo menos la percepción sobre ciertos aspectos fundamentales de la vida.

A continuación, algunas de las mejores frases del libro:

“Quizás, para su evasión, aprovechó una migración de pájaros silvestres.”

“Las personas mayores tienen necesidad de explicaciones. (…) Nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones. (…) Los niños deben ser muy indulgentes con las personas mayores.”

“Sólo hay que pedir a cada uno lo que cada uno puede dar.”

“-Si alguien ama a una flor de la cual no existe mas que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, eso basta para que sea feliz cuando la mira.”

“Es tan misterioso el país de las lágrimas”

“Las personas mayores son decididamente muy, pero muy extrañas.”

“-También se está solo entre los hombres – dijo la serpiente.”

“(...) tosería muchísimo y aparentaría morir para escapar al ridículo. Y yo tendría que aparentar que la cuido, pues, si no, para humillarme a mí también, se dejaría morir de verdad.”

“-¿Qué significa “domesticar”?
-Es algo demasiado olvidado –dijo el zorro-. Significa “crear lazos”.”

“-Pero si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Para mi serás único en el mundo. Y yo seré para ti único en el mundo.”

“Te miraré de reojo y tú no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos.”

“Si tu vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres comenzaré a ser feliz.”

“(…) sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.”

“Me gusta por la noche escuchar a las estrellas, que suenan como quinientos millones de cascabeles.”

(En esta reseña ahorré los números de las páginas de las citas porque la edición es literalmente de bolsillo, y debido a lo pequeño del libro, no tendría mucho sentido ponerlas.)

Hoy encontré la película completa en youtube, con  audio en español, otra manera de disfrutar un libro: a través de la interpretación del director.

Y para terminar, me gustaría comentar que el año pasado salió la segunda parte titulada El regreso del joven príncipe… ¡si!, como lo acaban de leer, es una secuela y es ni más ni menos que un libro de superación personal, escrito por un empresario argentino llamado A. G. Roemmers, y siento que cada vez que doy más detalles se vuelve más inverosímil esto, pero investigando, encontré que “escribe desde niño y su poesía ha sido objeto de numerosas distinciones y publicaciones”, pero habrá que ver también que tipo de poesía escribe…

Se que no se puede hablar de lo que no se conoce, y en mi caso, de lo que no he leído, pero en realidad es que no he leído críticas muy favorecedoras… quizá algún día le de una oportunidad. Para los interesados, por cualquier razón, dejo una reseña que acabo de leer de la mencionada obra (y que me ganó por el título).

jueves, 29 de noviembre de 2012

Las puertas de la percepción - Aldous Huxley




Reseña personal: Las puertas de la percepción de Aldous Huxley (filósofo y escritor inglés, 1894) es un ensayo que publicó en 1954 y que complementaría dos años después con el ensayo Cielo e infiero. En estos ensayos, Huxley relata sus experiencias con la toma de mescalina, el principal alcaloide del peyote y que tiene propiedades alucinógenas. En esta etapa de su vida, Huxley entró en una especia de decepción por los avances tecnológicos de la época y lo superfluo de la sociedad, motivos por los cuales intervino en el ambiente psicodélico1 a través de la creación de estos dos ensayos, que han llegado a ser los más representativos de esta corriente.

Ambos títulos surgen de la obra Matrimonio del celo y el infierno de William Blake, y es precisamente esta cita la que utiliza como epígrafe del primer ensayo: “Si las puertas de la percepción quedaran depuradas, todo se habría de mostrar al hombre tal cual es: infinito.”

Son ensayos detalladamente narrados e inmersos en la reflexión, desarrollados a través de la investigación del peyote y su uso en grupos indígenas y la experiencia del propio autor, cuyo propósito es por completo doctrinal y se enfoca en la búsqueda de una salida de la sociedad consumista y su juicio prefabricado, evocándola a partir de una perspectiva estética diferente y cuya esencia fuera artística, desde un plano existencial completamente metafísico y abstracto que sólo se comunica con el mundo “real” a través de su lenguaje y sus símbolos (convenciones de las que ya no se puede escapar), entrando así a una atmósfera abrumadora de colores y texturas que sobrepasan sus nombres y designios, a un espacio conformado por una extrema sensibilidad visual.

La investigación de Huxley para estos trabajos fue ardua, pues también cuenta con una amplia documentación médica y psicológica sobre los diferentes estados y resultados a los que pueden llevar estas modificaciones de las sustancias cerebrales, ya sea por administración externa o por alteraciones naturales, integrándolo con sus disertaciones místicas y filosóficas.

Lo que más critica de la cultura occidental es precisamente (mencionado anteriormente) esta imposibilidad de escapar de lo más básico: el lenguaje, pues en su afán por aprehenderlo y controlarlo todo por medio de la razón; occidente ha dejado de lado lo fundamental, lo no verbal y lo inherente al ser humano, que es su propia existencia.

Específicamente en Cielo e infierno es donde hace énfasis en que estos estados alterados de conciencia a los que induce la mescalina logran tener acceso a lugares de la mente -propia o ajena- que habían permanecido cerrados u ocultos (nuevamente, una alusión a las puertas) y también habla sobre las mismas experiencias de artistas, religiosos y científicos idealistas, dando un fundamento más sólido al fomento de estas prácticas personales para tener acceso al inconsciente y liberarnos de los filtros artificiales creados por las convenciones sociales.

También relata las formas naturales de estados visionarios, a través de enfermedades mentales como la esquizofrenia o por la desnutrición en el Medievo, razones que fueron identificadas mucho tiempo después y que en un principio dieron motivos a creencias y juicios falsos e incluso mortales.

Huxley creó una atípoda2 a la cultura occidental, abrió las puertas que habían sido cerradas y tapiadas por el individualismo y el aislamiento social de occidente, creando así la posibilidad de una perspectiva fundada en la esencia del ser humano y su relación con el universo y la energía que se encuentran en constante movimiento.

Se asoció con el movimiento hippie de tal forma que se convirtió en su manual y de la mano con los poemas de William Blake fue la inspiración para el nombre de la banda “the Doors”. A pesar de haber sido escritos hace más de 50 años, es una lectura que sigue del todo vigente y que no ha sido superada y a mi parecer debe ser una lectura obligada, pues lo que más hace falta ahora, justo como Huxley lo veía en su época, son seres humanos preocupados más por autodescubrirse y convivir en armonía no sólo con sus congéneres, sino con todo tipo de vida y energía que lo rodea.

Y finalmente, algunas frases y fragmentos más representativos que encontré en el libro:

“Vivimos juntos y actuamos y reaccionamos los unos sobre los otros, pero siempre, en todas las circunstancias, estamos solos.” P. 16

“Las sensaciones, los sentimientos, las intuiciones, imaginaciones y fantasías, son siempre cosas privadas y, salvo por medio de símbolos y segunda mano, incomunicables.” P. 16

“(...) la función del cerebro, el sistema nervioso y los órganos sensoriales es principalmente eliminativa, no productiva. La función del cerebro y del sistema nervioso es protegernos, impedir que quedemos abrumados y confundidos por esta masa de conocimientos en gran parte inútiles y sin importancia (...) admitiendo únicamente la muy reducida y especial selección que tiene probabilidades de sernos prácticamente útil.”     
P. 24

“Lo que, en el lenguaje de la religión, se llama “este mundo” es el universo del conocimiento reducido, expresado y, por decirlo así, petrificado por el lenguaje” P. 25

“El muy desarrollado sentido del color que tiene el hombre es un lujo biológico, precioso para él como ser intelectual y espiritual, pero innecesario para su supervivencia como animal.” P. 28

“Por expresivos que sean, los símbolos no puedes ser las cosas que representan.” P. 30

“(...) que una crucifixión parezca tan serena que resulte casi alegre que unos estigmas sean casi intolerablemente sexuales(...)” P. 33

“Los ropajes, como he descubierto ahora, son mucho más que recursos para la introducción de formas no representativas en las pinturas y esculturas naturalistas.” P. 33

“La percepción del artista no está limitada a lo que es biológica o socialmente útil.” P. 33

“(...) como una paciente espera de esa inspiración sin la que ni el más prosaico escritor puede aspirar a realizar nada.” P. 40

“Por encima del quietista está el contemplativo-activo(...)” P. 41

“La familiaridad engendra el desdén y el cómo sobrevivir es un problema cuya urgencia va de lo crónicamente tedioso al auténtico tormento. El mundo exterior es aquello a lo que nos despertamos cada mañana de nuestras vidas, es el lugar donde, nos guste o no, tenemos que esforzarnos por vivir. En el mundo interior no hay en cambio ni trabajo ni monotonía. Lo visitamos únicamente en sueños o en la meditación, y su maravilla es tal que nunca encontramos el mismo mundo en dos sucesivas ocasiones. ¿Cómo puede extrañar entonces que los seres humanos, en su búsqueda de lo divino, hayan preferido generalmente mirar hacia adentro? ” P. 44

“La totalidad está presente hasta en los pedazos rotos. Más claramente presente tal vez que en una obra completamente coherente.” P. 48

“La esquizofrenia tiene sus paraísos, del mismo modo que sus infiernos y sus purgatorios (...)” P. 50

“La mayoría de los tomadores de mescalina experimentan únicamente la parte celestial de la esquizofrenia. La droga sólo procura infierno y purgatorio a quienes han padecido poco antes una ictericia o son víctimas de depresiones periódicas o ansiedad crónica.” P. 51

“El miedo, según lo advertido al analizarlo en retrospectiva, era quedar aplastado, a desintegrarme bajo la presión de una realidad más poderosa de la que una inteligencia acostumbrada la mayor parte del tiempo al cómodo mundo de los símbolos.” P. 52

“Cualquier cosa antes que el brillo abrasador de la Realidad sin mitigaciones. ¡Cualquier cosa!” P. 52

“El esquizofrénico es un alma no solamente no regenerada, sino además desesperadamente enferma. Su enfermedad consiste en su incapacidad para escapar de la realidad interior y exterior y refugiarse -como hace habitualmente la persona sana- en el universo de fabricación casera del sentido común, en el mundo estrictamente humano de las nociones útiles, los símbolos compartidos y las convenciones socialmente aceptables. El esquizofrénico es como un hombre que está permanentemente bajo la influencia de la mescalina y que, por tanto, no puede rechazar la experiencia de una realidad con la que no puede convivir porque no es lo bastante sano, que no puede explicar porque se trata del más innegable y porfiado de los hechos primarios y que, al no permitirle nunca mirar al mundo con ojos meramente humanos, le asusta hasta el punto de hacerle interpretar su inflexible esquivez, su abrasadora intensidad de significado, como manifestaciones de malevolencia humana o hasta cósmica, de malevolencia que reclama las más desesperadas reacciones, desde la violencia asesina, o suicidio psicológico, en el otro.” P. 53

“La única acción razonable es abrir puertas mejores, con la esperanza de que hombres y mujeres cambien sus viejas malas costumbres por hábitos nuevos y menos dañinos. Algunas de estas puertas mejores podrán ser de naturaleza social y tecnológica, otras religiosas o psicológicas, y otras más dietéticas, educativas o atléticas. Pero subsistirá indudablemente la necesidad de tomarse frecuentes vacaciones químicas del intolerable sí mismo y del repulsivo ambiente. Lo que hace falta es una nueva droga que alivie y consuele a nuestra doliente especie sin hacer a la larga más daño del bien que hace a la corta. Una droga así tiene que ser poderosa en muy pequeñas dosis y sintetizable. Si no posee estas cualidades, su producción, como la del vino, la cerveza, los licores y el tabaco, dificultará el cultivo de los alimentos y fibras indispensables. Debe ser menos tóxica que el opio o la cocaína, tener menos probabilidades que el alcohol o los barbitúricos de producir consecuencias sociales desagradables y hacer menos daño al corazón y los pulmones que los alquitranes y la nicotina del tabaco. Y, en el lado positivo, debe producir cambios en la conciencia que sean más interesantes e intrínsecamente valiosos que el mero alivio o la mera ensoñación, que ilusiones de omnipotencia o escapes de la inhibición.” P. 60

“El empleo para fines religiosos de sustancias tóxicas está “extraordinariamente difundido”.” P. 62

“Estamos, por tanto, no ante hechos excepcionales, que podrían con justificación ser pasados por alto, sino ante un fenómeno general, y en el más amplio sentido de la palabra, un fenómeno humano, la clase de fenómeno que no puede ser desdeñada por nadie que trate de descubrir qué es la religión y las hondas necesidades que la religión debe satisfacer.” P. 62

“-expresiones gratas al alma de impulsos fundamentales-.” P. 65

“Ser arrancados de raíz de la percepción ordinaria y ver durante unas horas sin tiempo el mundo exterior e interior, no como aparece a un animal obsesionado por la supervivencia o a un ser humano obsesionado por palabras y nociones, sino como es percibido, directa e incondicionalmente, por la Inteligencia Libre, es una experiencia de inestimable valor para cualquiera y especialmente para el intelectual.” P. 67

“Hablamos demasiado. Deberíamos hablar menos y dibujar más. A mí, personalmente, me gustaría renunciar totalmente a la palabra y, como la naturaleza orgánica, comunicar cuanto tenga que decir por medio de dibujos.” P. 67 (cita de Goethe)

“Cuanto más pienso en ello, más me convenzo de que hay algo inútil, mediocre y hasta -siento la tentación de decirlo- afectado en la palabra.” P. 67

“Debemos aprender a manejar con eficacia las palabras, pero al mismo tiempo, debemos preservar y, en caso necesario, intensificar nuestra capacidad para mirar al mundo directamente y no a través del medio semiopaco de los conceptos, que deforma cualquier hecho determinado dándole el aspecto demasiado conocido de algún marbete genérico o algunas abstracción explicativa.” P. 68

"(...) estudiantes de Humanidades que nada saben de humanidad, ni de la suya ni de la ajena." P. 68

“En un mundo donde la educación es predominantemente verbal, las personas muy cultas hallan punto menos que imposible dedicar una seria atención a lo que no sea palabras y nociones.” P. 69

Cielo e infierno

“(...) material biológicamente inútil, pero estética y a veces espiritualmente valioso.” P. 76

“(...) para ser efectivos, los símbolos no precisan del color.” P. 79

“Las cosas determinadas tienen color; en cambio carece de él lo que juntan nuestro intelecto y nuestra fantasía, creadores de símbolos.” P. 80

“Siempre estamos tratando de convertir las cosas en signos para las abstracciones más inteligibles de nuestra propia invención. Pero, al hacer esto, robamos a estas cosas buena parte de su ser natural.” P. 80

“Los objetos materiales que más se parecen a estas fuentes de iluminación visionaria son las piedras preciosas. Una de estas piedras es adquirir algo cuyo valor está garantizado por su existencia en el Otro Mundo.” P. 89

“Cuando los fieles ofrecen flores en el altar, están devolviendo a los dioses cosas que saben o que oscuramente -si no son visionarios- comprenden que pertenecen al cielo.” P. 90

“La familiaridad engendra la indiferencia.” P. 98

“(...) la percepción es (o por lo menos puede ser, debería ser) lo mismo que la Revelación(...)” P. 102

“Esto explica la enorme impresión que transciende de lo estético, causada en el espectador por las grandes obras maestras estáticas del arte religioso. Las figuras esculpidas de los dioses y los dioses-reyes de Egipto, las vírgenes y los pantocráteres de los mosaicos bizantinos, los bodhisattvas y lohans de China, los budas sedentes de khmer, las estelas y estatuas de Copán y los ídolos de madera del África tropical tienen una característica en común: una profunda quietud. Y es eso precisamente lo que les atribuye su cualidad inspiradora, su poder para sacar al espectador del Viejo Mundo de la experiencia cotidiana y llevarlo muy lejos, hacia los antípodas visionarios de la siquis humana.” P. 103

“Lo que es cierto de un artista individual puede serlo de toda una escuela.” P. 105

“(...) el sexo es el sung hindú y el vino el impresionismo persa.” P. 105

“A pesar de una Historia Natural que no era más que una serie de símbolos melancólicamente moralistas, en las garras de una teología que, en lugar de considerar las palabras como signos de las cosas, trataba las cosas y los hechos como signos de palabras bíblicas o aristotélicas, nuestros antepasados permanecieron relativamente en su sano juicio.” P. 107

“La naturaleza de la mente es tal que el pecador que se arrepiente y hace un acto de fe en un poder superior tiene más probabilidades de tener una experiencia visionaria bienaventurada que el pilar de la sociedad satisfecho de sí mismo, con sus justas indignaciones, sus afanes en materia de posesiones y pretensiones y sus inveterados hábitos de culpar, despreciar y condenar. Tal es la razón de la enorme importancia que se atribuye, en todas las grandes tradiciones religiosas, al estado de ánimo en el momento de la muerte.” P. 116

Apéndices
(fragmentos)

Apéndice II
“Sabiendo como sabe -o como puede saberlo si lo desea- cuáles son las condiciones químicas de la experiencia trascendental, el aspirante a místico debe dirigirse, en busca de ayuda técnica, a los especialistas en farmacología, en bioquímica, en fisiología y neurología, en psicología, psiquiatría y parapsicología. Y, por otra parte, desde luego, los especialistas -si aspiran a ser genuinos hombres de ciencia y seres humanos completos- deben dirigirse, saliendo de sus respectivos casilleros, al artista, al profeta, al visionario, al místico, a cuantos, en pocas palabras, han tenido la experiencia del Otro Mundo y saben, a sus modos respectivos, qué hacer con esa experiencia.” P. 131

Apéndice III
“Los fantásticos atuendos de reyes, papas y sus respectivos séquitos, militares y eclesiásticos, tienen una finalidad esencialmente práctica: impresionar a las clases inferiores con una sensación muy viva de la sobrehumana grandeza de sus amos.” P. 135

“(...) hay una nueva apreciación de valores y una nueva definición de significados de acuerdo con lo presentes gustos y preocupaciones. Con los mismos documentos, monumentos y obras de arte, cada época inventa su propia Edad Media, su China privada, su Hélade patentada y registrada. Hoy, gracias a los recientes avances en la técnica de la iluminación, podemos ir más adelante que nuestros predecesores.” 
P. 144

Apéndice IV
“(...) hay una correspondencia entre la obra del artista y su carácter.” P.148

Apéndice VI
“Muchos esquizofrénicos pasan la mayor parte de su tiempo, no en la tierra o el cielo, ni siquiera en el infierno, sino en un mundo gris y sombrío de fantasmas e irrealidades.” P.153

“El mundo de las sombras habitado por algunos esquizofrénicos y neuróticos se parece mucho al mundo de los muertos, tal como ha sido descrito en algunas de las primeras tradiciones religiosas.” P. 153

Apéndice VIII
Descipción de Carlyle sobre su estado, el cual denominaron 'una asombrosa descripción de un estado mental psicótico, en gran parte depresivo, pero en parte también esquizofrénico':
“Los hombres y mujeres a mi alrededor -escribe Carlyle-, hasta cuando me hablaban, eran únicamente figuras; y había olvidado prácticamente que estaban vivos, que no eran meros autómatas. En medio de sus atestadas calles y reuniones, yo iba solitario y me sentía feroz (aunque era mi propio corazón, no el de otro, lo que estaba devorando) como el tigre en la selva... Para mí, el universo carecía de vida, de propósito, de volición y hasta de hostilidad; era una enrome, inconmensurable y muerta máquina de vapor, girando con la indiferencia de lo muerto para triturarme miembro a miembro... Sin esperanza, no tenía ningún miedo definido, ni del hombre ni del diablo. Sin embargo, de modo extraño, vivía en un termo continuo, indefinido y agotador; era un hombre trémulo, pusilánime, temeroso de no sé qué; me parecía que todas las cosas, las de arriba, en el cielo, y las de abajo, en la tierra, iban a hacerme daño; como si el cielo y la tierra fueran las ilimitadas mandíbulas de un monstruo devorador, mientras yo, palpitante, permanecía a la espera de ser devorado.” P. 158


1 Definición de la RAE: Adj. Perteneciente o relativo a la manifestación de elementos psíquicos que en condiciones normales están ocultos, o a la estimulación intensa de potencias psíquicas.
2 Definición de la RAE: I. Adj. Geogr. Se dice de cualquier habitante del globo terrestre con respecto a otro que more en lugar diametralmente opuesto. U. m. c. s., especialmente en m. pl.
II. adj. Coloq. Que se contrapone totalmente a alguien o algo. U. m. c. s., especialmente en m. pl.