La
desconocida del mar y otros textos recuperados de
Francisco Tario (escritor mexicano, 1911-1977) publicado por Ficticia
Editorial en 2013, es un libro que reúne, en tres partes y 162
páginas, siete cuentos fantásticos, algunas entradas del diario del
autor en su juventud y unos párrafos que describen el trabajo de su
hijo menor como pintor. Es, en su totalidad, un cofre que congrega algunas joyas literarias imperdibles de Tario para todo aquel
dispuesto a entrar en su universo literario y, en especial, para sus
lectores más devotos.
Desde
el prólogo, donde Alejandro Toledo, a través de algunas alusiones a
E. T. A. Hoffman menciona ciertos vínculos con las letras de Tario, surge una atmósfera propicia que sitúa a las historias y
los personajes de Tario en la noche, ese territorio eternamente
misterioso y conveniente para albergar a la fantasía y la
imaginación, ese espacio que en su oscuridad vuelve reales y
verosímiles las historias más extravagantes.
Dos
guantes negros es uno de los
cuentos más sobresalientes del libro, pues no solamente dota de vida
a objetos insospechados y por completo triviales, sino que la
finalidad de uno de ellos es más que maligna y perversa, homicida. El cuento completo lo pueden leer, en formato pdf, en la entrada posterior a esta publicación.
Las
detalladas descripciones y tramas enigmáticas convierten a estas
lecturas en maravillosos instantes de asombro y desconcierto, incluso
en un anhelo por conocer lo inexistente, como Taón, ese país tan
mencionado por el pequeño Jacinto Merengue en el cuento homónimo,
un lugar que se vuelve familiar de tanto leer sus cariñosas descripciones y que crea un
sentimiento de fraternidad que se instala junto a los recuerdos del
hogar propio.
En
Rosenda Monteros, el autor
expone de forma elegíaca no la figura de una mujer, sino sus
efectos fatídicos en los hombre, su afinidad de efigie y enigmático
propósito.
En
La desconocida del mar,
más que describir un sentimiento de amor es el relato de un fuerte
sentimiento de adoración y una fijación por lo desconocido enfocado
en la silueta de una mujer que, a pesar de ser real, recrea una
existencia fantasmal muy parecida a la creada en La invención de Morel, por Bioy Casares. También hay cierta connotación que recuerda
la película de El ángel exterminador
de Buñuel, una singular característica que comparte con el
siguiente relato del libro, Contraluz.
Jud,
el mediocre es un basto océano
de referencias literarias y una oda a escritores, poetas y filósofos
como Keats, Virginia Woolf o Valery, donde un escritor se debate
entre la realidad y un trastorno previo a la muerte que contiene
frases e ideas magníficas.
Por
todo lo anterior (y más detalles que seguramente se me escaparon),
este libro es un must have
para todos los amantes de la literatura fantástica y el imaginario de Tario.
Para finalizar, transcribo mis frases favoritas del libro (de nuevo, bastantes) en las que pueden atisbar la fascinante creación de Tario.
Para finalizar, transcribo mis frases favoritas del libro (de nuevo, bastantes) en las que pueden atisbar la fascinante creación de Tario.
Prólogo
“(…) entiendo por
fantástico la exteriorización del conocimiento o del deseo que no
se puede justificar por una causa racional, y por maravilloso aquello
que es considerado imposible, inconcebible, que parece superar las
fuerzas conocidas de la Naturaleza u oponerse a sus procesos
habituales.” P. 9-10
“La nocturnidad, dice
Juan Tébar (prologuista español de los cuentos de Hoffmann), es un
estado de ánimo, un modo de entender la vida.” P. 11
”(…) en Tario la
muerte es el comienzo y el fin de la historia, pues se camina del
asesinato al olvido, que es visto como una segunda y definitiva
muerte: el fantasma se desvanece cuando se pierde su recuerdo.”
P.12
Rosenda Monteros
“Es una estatua precoz,
enferma de la vieja soledad de las estatuas.” P. 89
“Es húmeda y
olvidadiza, de oscilación muy precisa, temperatura malsana y
pensamientos tristes.” P. 89
“Y guardad bien el
secreto (…) Muchos han muerto y no lo saben.” P.90
Sobre la pintura de
Julio Farell
“El misterio no entra
por los ojos, como la luz de la mañana, sino que se filtra por
sorpresa en la corriente sanguínea y se refugia en un rincón
indeterminado de nuestro ser.” P. 91
“Eso que el hombre
debió perder casi sin darse cuenta y que difícilmente recupere…”
P. 92
La
desconocida del mar
“(...) la sensación
íntima del bienestar ajeno y el propio mar, luminoso y excesivo, no
logran sino acentuar visiblemente su profunda melancolía.
Sobresaltada por toda suerte de remordimientos y alucinaciones (...)
“ P. 95
“(...)
con qué poca cosa el corazón humano se conforma.” P. 96
“Está solo. Y aquel
lugar tan luminoso y plácido, aquel mar tan ruidoso y azul, se
transforma, en virtud de la súbita soledad, en el más lóbrego y
aborrecible rincón.” P. 97
“Amaba, por
consiguiente, a un fantasma y era amado a la recíproca por el
fantasma desaparecido.” P. 98
“También busca.
También fracasa. (…) Y no es el encuentro de dos personas extrañas
y ajenas, sino de dos seres solitarios a quienes un grave y doloroso
amor ha unido,” P. 99
“La felicidad
-advierte- acude una sola vez, pero jamás vuelve. Y su felicidad se
ha perdido.” P. 99
“Sabe que por aquél
amor mentirá; y miente. Que por aquel amor traicionará; y
traiciona. Y se ve obligada a recurrir a las más sucias mentiras, a
los más innobles recursos para prolongar aquél amor un día más,
uno solo. Entiende muy claramente que, perdido este amor, su vida se
derrumbará definitivamente por segunda y última vez.” P. 100
“(...) hermosas y
trágicas vidas tiran de ellos en dos direcciones contrarias (...)”
P. 101
“Es un repentino y
oscuro pánico el suyo que le anuncia que ha de morir.” P. 101
“Cada ruido le anuncia
algo; cada silencio le previene un riesgo; cada palabra es un símbolo
fatal.” P. 102
“(...) es preciso
escapar, evadirse a cualquier precio de la tortura infinita, de la
monstruosa e interminable espera.” P. 102
“La herencia definitiva
de la soledad.” P. 103
Contraluz
“(...) se despeñaba
fatal y vertiginosamente hacia un tenebroso abismo al cual los demás
se asomaban con susto.” P. 106
“La noción de un mundo
ajeno, incomprensible y malsano, a espaldas suyas, llenábala de un
terror casi sagrado y, sin saber a qué atribuirlo, procuraba ahora
que sus pasos sobre la alfombra no produjesen el menor ruido, como si
temiera que ese mundo oculto y nefasto pudiera desperezarse de pronto
e inundar con su horror la casa.” P. 110
“Su imaginación de
había desbocado como un potro salvaje y ya no encontraba forma de
serenar y ordenar sus pensamientos.” P. 111
“(...) esos
incongruentes y amenazadores seres que son los locos.” P. 112
“Habían transcurrido
dos meses desde mi última visita al infierno (...)” P. 118
“(...) no todo lo
visible es solamente nuestra realidad, sino que la auténtica
realidad se esconde detrás de esa formal apariencia que nosotros,
precipitada y gratuitamente, llamamos única realidad.” P. 119
“(...) un ser de otro
mundo que se presentaba alegremente, inconsciente de su terrible
significado.” P. 124
“¡Vasto, insólito,
abrumador mundo por el cual camina el hombre a tientas, inconsciente
de su enigmática trascendencia!” P. 125
“(...) mi angustia iba
en aumento y una sensación de soledad infinita, de minúscula
pequeñez humana, me acompañó a partir de entonces.” P. 129
Jud, el mediocre
“Tampoco habitaba en la tierra. La tierra consta de tantas
degradantes e insulsas cosas como son el amor, la amistad, la muerte,
las verdolagas, el placer, la erisipela, la piedad y la alegría, y
él habitaba un cuartito de 3x4 poblado de espejos invertidos donde
muertos ilustres y otros ilustrísimos moribundos se asomaban a la
superficie para guiñarle el ojo y conducirlo en silencio a lo largo
de una aristocrática avenida. Keats, Bergson, Virginia Woolf, Eliot,
con sus delantales blancos, lo conducían de la mano por unos
encantadores macizos de crisantemos y le ofrecían compota de pera o
le pellizcaban los carrillos.” P. 132
“Cuando el hombre acepta su catástrofe, ya obtuvo su diagnóstico:
tiene la salvación a mano.” P. 133
“Su renuncia a existir, creo, no tiene ya remedio.” P. 133
“(...) en algún escritorio del mundo un hombre de verdadero
talento se debatía con sus dóciles fantasmas.” P. 134
“Mas la soledad es fuego y las flamas de cualquier hornilla nos
alcanzan, impidiéndonos aproximarnos.” P. 135
“Gira, manotea, saca la lengua, está aún pendiente de morirse.”
P. 135
“Podría ser un bienaventurado. Mas ha dejado de pertenecernos, lo
cual ya es más doloroso.” P. 136
“Su utilidad humana aún no ha sido descubierta.” P. 136
“(...) las palabras son cabalmente explícitas, genuinas,
demoledoras. Las palabras son siempre responsables de su propio
hechizo. Y no es posible burlarlas.” P. 138
“-Mi poder está en el método -en el alambre, quería decir;
dialogaba-. ¡Crearé! P. 139
“(...) el mundo de los enfermos es un reino inesperado, misterioso
e incomprensible, como el de los poetas.” P. 140
“(...) la vida es ardiente, insensata, rica o siniestra, pero
incomprensible.” P. 142