Esta es una pequeña nota preliminar que escribí para el cuento "Los cuatro hermanos lunares" de Gustav Meyrink para Mono de piedra, un proyecto en la red que apoya las publicaciones independientes de escritores iberoamericanos, impulsando así a la literatura a través de una plataforma actual. También pueden visitar su página en Facebook.
Gustav Meyrink es uno de mis escritores de literatura fantástica favoritos desde hace más de diez años, así que no fue difícil hacer la selección de un cuento para prologar cuando me hicieron la invitación para ser parte de Mono de piedra, pues Murciélagos, libro de cuentos al que pertenece "Los cuator hermanos lunares", marcó mi juventud.
Transcribo a continuación mi nota preliminar, y el cuento completo lo pueden descargar en formato ePub en este enlace.
Gustav Meyrink
Austria vio nacer en
el siglo XIX a uno de los escritores representativos de la literatura
fantástica, Gustav Meyrink (1868-1932). Comenzó a publicar relatos a los 32 años y en ellos ya existen
características de la sátira, lo fantástico y ciertos toques de misterio que
acompañarían desde entonces a sus narraciones. Gracias a esto, su nombre
comienza a ser conocido en el ámbito literario. En 1915 publicó su primer y más
famosa novela, El Golem. Al siguiente
año publica Murciélagos (Fledermäuse: Ein Geschichtenbuch), libro que reúne siete de sus relatos más
célebres, entre ellos Los cuatro hermanos
lunares (Die Vier Mondbrüder,
1915).
Antes de dedicarse
a la literatura y el ocultismo, Meyrink ejerció como banquero y abandonó el
rumbo financiero debido a una estafa. Decidido a dejar este plano existencial a
los 24 años, un opúsculo sobre la vida después de la muerte hizo un oportuno acto
de aparición debajo de su puerta segundos antes de poder accionar el gatillo de la
pistola, salvando su vida. He ahí la explicación del gran interés que surgió en
él por las ciencias ocultas y que éstas sean unas de las principales temáticas
en su mística narrativa, que influenció fuertemente a los escritores
anglosajones adeptos al género fantástico, el horror y afines.
En toda su obra
Meyrink muestra una fuerte preocupación por todo lo relativo al espiritismo,
la parapsicología, la cábala, el taoísmo o la masonería, así como por
doctrinas, ciencias y disciplinas alternativas y fascinantes que lo maravillaron
y a las que introduce a sus lectores a través de su literatura. El simbolismo
es clave en la narrativa de este autor, donde la muerte y lo onírico se filtran a
través de las imágenes. Sus abundantes y acertadas descripciones logran crear
el ambiente idóneo para cada uno de sus relatos y los imprevistos
acontecimientos sorprendentes otorgan una carga de emoción con la que resulta
imposible detener la lectura. El misterio es un sello siempre presente en las
letras de Meyrink y se respira una atmósfera
de suspenso en cada párrafo.
En el cuento Los cuatro hermanos lunares (especie de
documento) Meyrink nos presenta,
en una clase de autobiografía, la lúgubre historia del magistrado Wirtzigh,
víctima de una alucinación o quizá de un sueño premonitorio. Este relato
refleja el miedo latente al desarrollo tecnológico e industrial del siglo XX que
muestra a las máquinas como objetos vivos y de perdición, pues estas inician
una contienda apocalíptica contra sus inventores, los seres humanos. Los viajes
espacio-temporales y los diferentes planos existenciales son otras
preocupaciones del autor inscritas en estas líneas.
En el mismo cuento,
Meyrink menciona al peculiar ilustrador Alfred Kubin, quien pareciera haber
diseñado a los singulares personajes de esta historia: figuras alargadas,
demacradas y oscuras representadas en funestas acciones o situaciones. De la
relación de estos autores, hermanados por el misterio y lo indescifrable,
surgió La otra parte, una de las
obras maestras de la novela fantástica que Kubin publicó gracias a las
ilustraciones que hizo por petición de Meyrink (para cierta novela que el literato
finalmente no escribió).
Las tinieblas
poblaron el imaginario de Meyrink y haberlo transmitido con tanta certeza es
sólo uno de sus múltiples méritos. Miedo, asombro y extrañeza son algunas de
las emociones garantizadas con esta lectura.
Lola Ancira
México, 2014
México, 2014
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