miércoles, 27 de mayo de 2015

VIII Carruaje de pájaros





En días pasados (14, 15 y 16 de mayo) tuve el placer y honor de formar parte, como narradora, del VIII Encuentro Nacional de Poetas y Primero de Narradores Carruaje de Pájaros, en homenaje a los maestros Óscar Oliva y Juan Bañuelos, llevado a cabo en un sitio diferente de Chiapas cada día, iniciando en Tuxtla Gutiérrez, siguiendo en Comitán de Dominguez y finalizando en San Cristóbal de las Casas.







Este encuentro nacional y anual reúne a poetas y por primera vez también a narradores, así como a editores y editoriales independientes, realizado por el poeta Fernando Trejo y con el escritor Joel Flores como coordinador de narrativa.











Entre mesas de diálogo, lecturas de obras y presentaciones de libros en lugares asombrosos y con personas magníficas, transcurrieron tres días formidables y de intercambio entre participantes y asistentes.



Al finalizar el primer día de actividades


Regresé de conversaciones geniales, con nuevas amistades literarias, diversos libros de poesía y narrativa y los obsequios del carruaje: la obra completa de Rosario Castellanos publicada por el FCE, una bella antología que reúne textos y semblanzas de todos los participantes, una interesante gaceta con fragmentos de nuestros textos, fotografías y parte de nuestras biografías y una linda pulsera tradicional con cuentas de ámbar. Conocí el nucú, una ciudad hermosa y gente amable y sonriente, los alimentos típicos y excéntricos, la gran empatía e interés tanto de los organizadores como de sus familias y amigos por mostrarnos la belleza de su tierra y hacernos sentir como en casa. Las experiencias, el cariño y sus palabras se quedan en el corazón.





Ciudad de México y mente en construcción






Como comentó Joel en una de las primeras mesas del carruaje: lo más importante de un encuentro es la convivencia, las relaciones que se crean a partir de las noches y días compartidos fuera de los espacios culturales. Regreso feliz y muy agradecida por esta oportunidad y por crear nuevos lazos en el ámbito literario.

La literatura y sus autores, las letras y sus creadores, poetas y narradores. Entre ellos Balam Rodrigo, Mariana Rergis, José Manuel Cuellar, Aniela Rodríguez, Will Rodríguez, Luis Armenta Malpica, Luis Téllez-Tejeda, Sandra Becerril, Ronnie Medellín, Carlos Martín Briceño, Hanna Figueroa, Armando Salgado y, por supuesto, Fernando Trejo y Joel Flores.

Los libros, en un encuentro, se multiplican, dividen, intercambian y pasan de mano en mano todo el tiempo. Regresé feliz y con múltiples lecturas para los siguientes meses, que aparecerán reseñadas conforme las realice.

Para finalizar, transcribo el hermoso texto de Luis Armenta Malpica sobre este Carruaje de pájaros 2015, que expresa a la perfección el sentimiento de ser parte de una reunión tan entrañable y que ya es parte de muy gratos recuerdos.







Carruaje de pájaros 2015



Son extraños los caminos de las aves. Dependen más del aire que de sus propias alas. Y esto, que pareciera atentar contra el destino, no consigue sino facilitar su travesía. Así conocen, por ejemplo, Tuxtla Gutiérrez, Comitán de Domínguez y San Cristóbal de Las Casas. Escuchan, además de sus trinos, los poemas y cuentos de quienes han volado enotro cielo: azules, grises, amarillos, nubosos y hasta en crisis según Óscar Oliva. Siento no estar de acuerdo con el homenajeado; me parece que hay búsquedas diversas, riesgos y tradición, antípodas y líneas convergentes. Son usos y costumbres en algunos, y los cambiantes husos en la hora más actual por otro lado. Vuelos que están a tiempo o retrasados, como a veces sucede. 



Siempre será mayor el asombro que el tedio en estos viajes. Yo regreso cansado, contento y muy agradecido con los organizadores: Fernando Trejo, Joel Flores y un equipo entusiasta y generoso. Aterricé con algo de nostalgia y todavía me cuesta comprender que se acabaron los mezcales, la charla, los libros que van de mano en mano, ligeros en su pluma y vastos en alcance. Tampoco en mi ventana aparecen los colores vistosos que me sitúan en Chiapas. En mi mesa no están los tamales de coco y de mumú, ni el chocolate o el agua de pepino. Lejos está la gente que queremos o la que conocimos. Sin embargo, tan cerca (es un milagro laico), porque la respiramos. Y lo que está en el aire es todo nuestro. Es un camino sin obstrucción ni fechas. Levantamos la vista y es tan cielo esa nube que parece un carruaje. Y sé que estoy allí, con otros pájaros, más allá del cartel o los recuerdos. Detenido en el tiempo, no en la vista ni en las ganas de estar por siempre juntos. 



Ya no somos extraños o es un ave el camino. Es un encuentro nuevo el que empieza a formarse luego de la clausura del encuentro anterior. Si en algo se parecen estas aves a los seres humanos es, no me cuesta decirlo, que creen en el amor. Y hubo literatura en Chiapas, ni dudarlo. Pero hubo más amor y mucho mayor cielo, de ese aire que permite las mayores alturas en el hombre. Por eso digo gracias en una bocanada. Y esa nube se multiplica y viaja, junto a mi corazón, también en un carruaje, silencioso, como lo planetario.


Guadalajara, Jalisco.
19 de mayo de 2015
VIII Encuentro Nacional de Poetas y Primero 
de Narradores Carruaje de pájaros.


2 comentarios:

  1. qué chingón, carmen <3!me da muchomucho gusto leerte feliz sabiendo que todo lo has logrado gracias a tu voluntad y esfuerzo por sacar a las palabras tu universo interno :D

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