No respiramos: Inflamos fantasmas (Posdata Editores, 2014) de Édgar Omar Avilés (escritor mexicano, 1980) es el quinto libro de cuento publicado por el autor. Estas páginas reúnen ochenta minificciones peculiares y sorprendentes, bellas y también terroríficas que en un espacio muy breve de tiempo reconfiguran la realidad.
En el universo de Avilés, la realidad no es más que una cadena de suposiciones o hipótesis colectivas (como lo declara en esta entrevista para Revista Marabunta en 2015) que ocultan mucho más de lo que tratan de esclarecer, mismas que con el distintivo particular de lo fugaz, el autor traduce en un catálogo de ingeniosas interpretaciones.
El inconsciente y los sueños, las descripciones, los esclarecimientos, el origen de los suspiros e historias circulares e infinitas que imitan a los ancestrales símbolos de los uróboros permiten conocer una parte de la creatividad ilimitada y maravillosa de Avilés.
En particular, su relato breve «Una gota de rocío» remite al cuento «El incidente del Puente del Búho» de Ambrose Bierce, y «Little boy» ofrece un desarrollo alterno que, sin embargo, resulta en el mismo desenlace para los habitantes de Hiroshima que fallecieron en 1945 debido a la explosión de la bomba atómica nombrada de esa forma.
Las siguientes son sólo algunas de mis preferidas:
Vestir
Nacemos por pudor: las almas cubren su desnudez con un cuerpo.
Neonatos
De algunos ahogados no se encuentra el cadáver porque se supieron en el vientre de su madre y volvieron a nacer.
Es la noche hermosa
Y va creciendo el resplandor de las estrellas, hasta que se impactan todas en la tierra.
Luz
La noche es luz de un sol negro. Con esa luz vemos lo que realmente hay en el mundo: nada. En la clara oscuridad del día, los focos prendidos y el fuego de las velas, no vemos: imaginamos ciudades y rostros que no existen.
Siete confesiones
(fragmento)
Uno de cada cinco humanos no existe, y los otros cuatro lo imaginan.
Escribo para que el rencor de mis personajes no se vuelva contra mí.
No respiramos: inflamos fantasmas.
Felipe Garrido afirma, al finalizar su Credo para el Encuentro Internacional de Cuentistas de la FIL de Guadalajara 2014, que «La estética del cuento corto es la estética del relámpago», y los relatos breves de Avilés tienen precisamente la duración que tiene un rayo, y también una energía contundente. Son el filo del hacha a la que se refería Kafka al hablar sobre literatura: «Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado dentro de nosotros».
Pueden leer varias de estas historias cortas en el primer número del suplemento «Letras para llevar» de la Gaceta Nicolaita de la Universidad Michoacana.
El libro está a la venta en la página de Kichink de la editorial.
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