lunes, 20 de octubre de 2014

Irreverencias maravillosas: Terror y fascinación, la dualidad en lo ignorado



El texto de este mes para mi columna mensual, Irreverencias maravillosas, de la Revista VozEd, está dedicado a una pseudociencia que ha maravillado al ser humano desde tiempos remotos: la criptozoología.

Pueden leer una versión más corta (directamente en la revista) en este enlace.


Terror y fascinación, la dualidad en lo ignorado

La criptozoología –o estudio de los animales ocultos, por su etimología griega– es una pseudociencia (pues no cumple con un método científico ni evidencias o teorías científicas) que investiga y realiza búsquedas de los animales que no han sido clasificados porque no se ha comprobado su existencia, aquellos que se han determinado extintos e incluso de seres mitológicos. Estas criaturas reciben el nombre de críptidos y la evidencia recabada en torno a ellos pocas veces es auténtica, pues en su mayoría son avistamientos que no pueden ser corroborados, así como imágenes de mala calidad o alteradas. Una característica importante es que deben ser parte del folclore de alguna población a través de la tradición oral.

Actualmente es mucho mayor el riesgo de ser engañados gracias a los múltiples adelantos tecnológicos. Uno de los estafadores más conocidos es Rick Dyer, un fanático de Pie grande que ha tenido múltiples problemas legales, el más reciente por vender videos en Internet donde aparentemente captura a dicho espécimen.

La taxidermia está ligada a este estudio debido a los diversos procesos que utiliza para  modificar y realizar uniones antinaturales de los cuerpos tratados, como la sirena de Barnum o de Fiji (1842), cuyo descubrimiento causó gran furor al referirse a ella como el descubrimiento de una belleza acuática única, cuando en realidad era la unión de la cabeza y parte superior de un mono con la cola de un salmón disecado. Después de varios casos más como estos, cuando en 1798 John Hunter descubrió al ornitorrinco, la gente pensó que se trataba de otra estafa, pues parecía más el cuerpo de un mamífero pequeño unido al pico y patas de un pato que una especie nueva y real. Cuadrúpedos alados, aves con dos o tres cabezas y seres con extremidades extras forman parte del compendio anterior.


Newspaper Clippings from The Los Angeles Herald, advertising my amazing and curious specimen


Algunas de los críptidos más conocidos son los siguientes: el Yeti, Pie grande, el monstruo del lago Ness (Nessy), serpientes marinas gigantes, vampiros, humanoides, sirenas, o el Kraken (que no debe confundirse con los calamares gigantes).


 Photo by Peter A. Macnab, Urquhart Bay (1955)


En lengua inglesa hay múltiples páginas dedicadas a la criptozoología e incluso un museo internacional en Portland, Maine. Hay también cerca de 400 libros en esta lengua y temática, publicados a partir de 1915, como The Book of the Damned (1919) de Charle Fort, Stranger Than Science (1959) de Frank Edwards, Searching for Hidden Animals: An Inquiry into Zoological Mysteries (1980) de  Roy P. MacKal, A Dictionary of Cryptozoology (2004) de Ronan Coghlan o Sea Monsters on Medieval and Renaissance Maps (2013) de Chet Van Duze, que contienen un sinfín de ilustraciones y fotografías asombrosas. En español, son muy pocas las publicaciones al respecto, entre ellas El gran libro de la criptozoología (2008) de Gustavo Sánchez Romero, David Heylen y José Gregorio González.

En cuanto a la literatura fantástica, existen tres obras fascinantes: El libro de los seres imaginarios (1957) de Jorge Luis Borges en colaboración con Margarita Guerrero, donde hablan sobre más de 80 seres que han existido en parte del imaginario de los seres humanos desde tiempos recónditos, en cuyo prólogo él mismo afirma:

Nos hemos atenido, sin embargo, a lo que inmediatamente sugiere la locución "seres imaginarios", hemos compilado un manual de los extraños entes que ha engendrado, a lo largo del tiempo y del espacio, la fantasía de los hombres.

Bestiario (1959) de Juan José Arreola es una obra en la que, a través del análisis del comportamiento de ciertas criaturas, el autor logra analogías con los seres humanos. El título tiene claras reminiscencias de los bestiarios de la edad media (bestiarum vocabulum), una especie de manual ilustrado de animales y plantas con la respectiva historia y explicación de su existencia. Después surgieron los bestiarios mitológicos (s. XII), en lo que reunían a diferentes seres mitológicos y animales ficticios o monstruosos. Por otro lado, Bestiario (1951), el primer libro de cuento de Julio Cortázar, no tiene que ver con críptidos en absoluto.


Página de Historiae Animalium  (1575) de Konrad Gesner (tomada de Gesner bestiary)


El mundo es inmenso y desde hace millones de años han existido en él infinidad de criaturas y seres vivos, por lo que resultaría extraño es que ningún críptido existiera. Actualmente, sólo el 15% de las especies vivas han sido catalogadas. Vivimos en un planeta donde es mucho más probable que una especie desconocida se extinga antes de ser descubierta y logre ser catalogada, en un planeta donde (según un estudio publicado hace unas semanas en la revista PLoS Biology), entre los 5 reinos de la naturaleza, existen 8.7 millones de especies coexistiendo y de las cuales la ciencia sólo tiene conocimiento de 1.2 millones. Con estas estadísticas, quizá es más probable que la raza humana se extinga antes de conocer al menos la mitad de estas especies, gracias a su nefasta tendencia por buscar y exterminar todo aquello que sea diferente, todo lo desconocido e incluso su propio hogar.

Existen infinidad de criaturas a las que las leyendas e historias de estos míticos seres les quedarían cortas, algunos de los cuales han sido descubiertos recientemente: el pez de cabeza transparente, el calamar vampiro o la mantis marina.


 Vampire squid by Steve Haddock/Monterey Bay Aquarium Research Institute



Mantis Shrimp by Roy Caldwell


Los críptidos son seres fascinantes que, a pesar de que no se pueda justificar su existencia, son seres sobre los que se han construido infinidad de impresionantes historias que han vivido en la imaginación del hombre muy probablemente desde que tuvo la capacidad de relatar oralmente, y que no se extinguirán mientras que la imaginación y curiosidad del ser humano no sean suprimidas.

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