Orange Road (Nitro/Press y Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán, 2019) es la última novela publicada de Isaí Moreno, y escribí algunas reflexiones sobre esta magnífica novela breve para el sitio digital Neotraba.
Hace poco, el autor habló acerca de su obra y su formación como escritor en el programa Palabra de autor con Mónica Lavín.
El libro está a la venta en librerías Gandhi, en El Sótano y en El Péndulo.
La interminable búsqueda
Por Lola Ancira (@Lola_Tusitala)
“Ya que el mundo adopta un curso delirante, debemos adoptar sobre él un punto de vista delirante.”, cita de Jean Baudrillard, es el epígrafe de Orange Road (Nitro/Press y Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán, 2019), y refleja puntualmente la esencia de la novela entera de Isaí Moreno, galardonada con el Premio Nacional de Novela Corta Juan García Ponce 2016.
La portada es en sí una señal de alerta, una previsión de la historia que resguarda. Si bien el camino es una invitación para desvelar el enigma de la carretera que parece no tener fin llamada Orange Road —el punto de fuga de una vía en medio del desierto donde contrastan el naranja y el negro—, la escena también se convierte en un símbolo de peligro: el color naranja, al originarse del rojo y el amarillo, se vincula con la exaltación y la energía, alude al sol y al fuego, a su luz incandescente e hipnotizadora, a la pasión o, incluso, la agresión.
En la misma novela, este color se asimila con la divinidad y está presente en todo momento: “el fulgor naranja”, “el sendero cubierto de polvillo casi rojo, casi naranja”, “el esplendor naranja de la inmensidad”.
Esta narrativa anuncia su peculiaridad desde el diseño editorial: algunos párrafos son precedidos por aforismos o reflexiones existencialistas. En esta historia de casi un centenar de páginas, Isaí condensa la ideología del funesto sectarismo estadounidense, manifiesto desde hace décadas, que ha originado sucesos estremecedores como los suicidios colectivos del Templo del Pueblo en Jonestown, en el 78, y de la secta Heaven’s Gate, en el 97, o la inmolación de los Davidianos de la Rama, en el 93. Generalmente, estos líderes se dan a conocer tras catástrofes similares que siempre son premeditadas, aposta. (Continuar leyendo en Neotraba...)
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