lunes, 26 de julio de 2021

Fantasmas y ron - reseña de Solar, de Javier Elizondo



La última reseña que escribí es la de la novela Solar, de Javier Elizondo, y tuve la fortuna de que se publicara en la nueva revista de Literaria, Centro Mexicano de Escritores. 

Es una obra que me fascinó y que se puede descargar de manera gratuita o comprar en formato impreso directamente con la editorial independiente que lo publicó, Cáspita.



Reseñas

Fantasmas y ron

 

Por Lola Ancira*

 

¿Qué anhelamos más que hablar con nuestros muertos, volver a verlos? Lo aparentemente imposible se desea con fervor, y ese mismo deseo ardiente nos lleva a idear cómo lograrlo.

            Mi abuelo juraba haber mantenido un diálogo con un fantasma en 1962 y escribió un libro sobre eso en 1963. Éstas palabras figuran en la primera página de Solar (Taller Editorial Cáspita, 2020), novela con la que Javier Elizondo debuta como autor.

           El libro aludido escrito por el patriarca es La primera escucha. Dio origen a una secta que adoptó el nombre, cuya finalidad era contactar y conversar con los espíritus de los muertos a través de una serie de rituales e invocaciones, pero del que también surgió una trágica maldición familiar.

        Solar es, entonces, una novela escrita en torno a La primera escucha, historia de la que nacen varias más a modo de muñecas rusas y donde los elementos fundamentales son dos: los fantasmas y el ron. Destacables son, además, el cuidado de interiores de las casi doscientas páginas y su edición artesanal.

            La narración transcurre en la Ciudad de México a lo largo de varias décadas, abarca cinco generaciones condenadas y está divida en dos secciones, la primera mucho más extensa que la segunda.

            La parte 1 está en voz de Inés, nieta del autor de La primera escucha, y es un recuento del pasado. Inés habla de su vida con Pura, su madre, ambas “víctimas indefensas de una maldición (…), un sacrificio necesario”. Gracias a la transcripción de fragmentos del diario de Pura, se sabe que ésta fue la única de los diez hijos que, hasta sus últimos días, formó parte de la secta, y se atestigua su conformación durante los primeros años: a través de dos narradoras, conocemos los terribles secretos del grupo, que llevaban al límite físico y emocional a sus miembros.

            Por otro lado, Inés, capaz de ver apariciones y comunicarse con ellas, reflexiona en torno a estos sucesos sobrenaturales de forma profunda e incluso científica, dando incluso una explicación detallada de lo que es un fantasma y cómo es que se hacen presentes: por “obligatoria costumbre y adicción”. Conforme avanza la trama se muestra que ella, una víctima, se convierte en victimaria feroz. (Continuar leyendo aquí...)

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