Breve reseña personal: Crónicas Marcianas, de Ray Bradbury (escritor estadounidense, 1920 – 2012) es una serie de relatos en que se narra la colonización de marte por parte de los seres humanos en un futuro -ya no tan- lejano. La habilidad, veracidad y simpleza con que Bradbury describe lo atroz de la naturaleza humana son lo más representante de ésta obra.
Más allá de profundizar en elementos
científicos o inventores, este viaje a marte es más un viaje de
introspección a la esencia terrible y monstruosa del ser humano, que
sólo se sacia mediante la destrucción de todo lo externo y
desconocido.
A través de diálogos entre sus
personajes, Bradbury expresa su parecer e ideología sobre sus
congéneres, quienes usualmente actúan y piensan de manera arrogante
y codiciosa, y entre los que reconoce a unos pocos que valdría la
pena rescatar en caso de haber una verdadera guerra nuclear mundial.
De magníficas descripciones, marte se
nos muestra como una tierra prometida, donde los seres que la habitan
tienen una conciencia hacia la naturaleza y su planeta mucho mayor
que los seres humanos, seres en quienes incluso llega a ser nula, característica que los hace superiores a nosotros y dejando una
pregunta al aire, ¿quién es en realidad el alienígena, el extraño,
en el basto universo?
A continuación, una selección personal de las mejores frases del libro.
“-Es bueno renovar nuestra capacidad
de asombro – dijo el filósofo -. Los viajes interplanetarios nos
han devuelto a la infancia.” (Epígrafe)
“(...) mientras leía un libro de
metal con jeroglíficos en relieve sobre los que pasaba levemente la
mano como quien toca el arpa. Y del libro, al contacto de los dedos,
brotaba un canto, una voz antigua y suave que hablaba(...)” P. 17
“Las flores enjauladas emiten débiles
suspiros de advertencia.” P. 29
“-¿Me permite que lo felicite? ¡Es
usted un genio psicópata! Ha hecho usted un trabajo completo. (...)
¡Su demencia es hermosísimamente completa!” P. 53
“Los amenazó con los puños y les
dijo que quería irse de la Tierra; todas las gentes con sentido
común querían irse de la Tierra.” P. 56
“-Desde cuándo estáis aquí,
abuela? - preguntó Lustig.
-Desde que nos morimos – replicó la
mujer.
El capitán John Black puso el vaso en
la mes.
-¿Desde cuándo?
-Ah, si. -Lustig asintió. -Murieron
hace treinta años.” P. 69
“(...) las bautizaremos de nuevo,
pero sus verdaderos nombres son los antiguos” P. 87
“Lo destrozaremos, le arrancaremos la
piel y lo transformaremos a nuestra imagen y semejanza.” P. 88
“Nosotros, los habitantes de la
Tierra, tenemos un talento especial para arruinar las cosas grandes y
hermosas.” P. 88
“El arte siempre fue algo extraño
entre nosotros. Lo guardamos en el cuarto del loco de la familia, o
lo tomamos en dosis dominicales, tal vez mezclado con religión.”
P. 101
“Para el norteamericano común, lo
que es raro no es bueno.” P. 101
“¿Recuerda usted lo que pasó en
México cuando Cortés y sus magníficos amigos llegaron de España?
Toda una civilización destruida por unos voraces y virtuosos
fanáticos. La historia nunca perdonará a Cortés.” P. 102
“Estoy solo contra todos los granujas
codiciosos y opresores que habitan la Tierra. Vendrán a arrojar aquí
sus cochinas bombas atómicas, en busca de bases para nuevas
guerras. ¿No les basta haber arruinado un planeta y tienen que
arruinar otro más?.” P. 102
“¿Para qué vivir? La
respuesta era la vida misma. (...) y vivir la mejor vida posible.”
P. 104
“Sentir en la piel la caricia del
sol, dejar que el sol trabaje en uno, escuchar música, leer un
libro. ¿Qué me ofrece en cambio la civilización de usted?” P.
106
“El dedo del gobierno señalaba desde
letreros a cuatro colores, en innumerables ciudades: ¡VISITE MARTE!
Y los hombres se lanzaban al espacio.” P. 112
“¿Qué olor tenía el tiempo? El
olor del polvo, los relojes, la gente.” P. 124
“Todo es siempre adecuadamente
'siniestro'” P.158
“Allí ardieron Poe y Lovecraft y
Hawthrone y Ambrose Bierce, y todos los cuentos de miedo, de fantasía
y de horror, y con ellos lso cuentos del futuro. Implacablemente.”
P. 159
“Siempre había una minoría que
tenía miedo de algo, y una gran mayoría que tenía miedo de la
oscuridad, miedo del futuro, miedo del presente, miedo de ellos
mismos y de las sombras de ellos mismos.” P. 159
“¡Oh, el realismo! ¡Oh el aquí, oh
el ahora, oh el infierno!” P. 163
“Sexuados, pero sin sexo, los robots.
Nominados, pero sin nombre, con todas las características humanas
menos la humanidad, en una muerte que ni siquiera era muerte, ya que
nunca había sido vida, los robots miraban fijamente las tapas
cerradas de sus cajas (...)” P. 167
“-Me siento irónico. No interrumpa a
un hombre que se siente irónico. No sea descortés. Ya está.” P. 174
“¿Sabe usted por qué le hago esto?
Por que quemó los libros del señor Poe sin haberlos leído. Le
bastó la opinión de los demás. Si hubiera leído los libros,
habría adivinado lo que yo le iba a hacer, cuando bajamos hace un
momento. La ignorancia es fatal (...)” P. 175
“Cuando no se puede tener la
realidad, bastan los sueños.” P. 189