viernes, 31 de julio de 2020

25 Instantáneas de Lola Ancira o Yo ya me voy, sólo vengo a despedirme - entrevista por Héctor Alvarado Díaz





Hace unos días tuve el gusto de responder una original y breve entrevista para Héctor Alvarado Díaz, misma que se publicó en el sitio cultural El artefacto, y que pertenece a su proyecto 25 instantáneas, que reúne el pensamiento condensado de escritores mexicanos contemporáneos de distintas partes del país como Isaí Moreno, Ana Clavel o Ave Barrera.



1. ¿Hasta dónde llega tu paciencia?
No muy lejos.
2. ¿Te has sentido habitada por otro ser?
No, pero sí visitada.
3. ¿Cómo destrabas los bloqueos creativos?
Leyendo, viendo películas y series.
4. ¿Lo fantástico está en tu genoma?
Desde que empecé a leer por placer y a escribir.
5. Dejarías de escribir si…
No hubiera alguien dispuesto a leerme. (Continuar leyendo en El artefacto...)

jueves, 23 de julio de 2020

Plataforma de lectura Léeme - Secretaría de Cultura de la Ciudad de México





Hace unos días se realizó por Facebook el lanzamiento de la plataforma de lectura Léeme, desarrollada por el Laboratorio de Tecnologías El Rule.

Esta plataforma se creó con el objetivo de promover la lectura digital mediante ePubs gratuitos de la obra de escritores que han habitado o habitan la Ciudad de México y han escrito acerca de ella.

A través de nueve grandes colecciones se dividen dichas obras según su género, como Microciudad (minificciones como "Día común", de Alberto Chimal, o "Accidente", de Cristina Rascón), Ciudad y Ficción (historias surgidas de la CDMX, como "Como dos gotas de agua que caen al mar", de Bernardo Esquinca, o "El derrumbe", de Josemaría Camacho), Nuestras narradoras (historias escritas por narradoras nacidas en la CDMX, como "Assassine", de Iliana Vargas, o "Las excavaciones", de Bibiana Camacho) y Ciudad y Futuro (historias de ciencia ficción como "El artefacto de Sor Ágata", de Gabriela Damian, o "El aire limpio olerá a albaricoque plateado" de Andrea Chapela).

Una de las particularidades de esta plataforma genial es reunir, en un solo espacio, una amplia gama de escritores muy diferentes que se lo mismo se inscriben en lo fantástico que en la ciencia ficción, el ensayo o la poesía, mostrando un acervo muy amplio de la literatura actual mexicana.

Tengo la fortuna de estar incluida en la colección Ciudad y Ficción con el cuento "Puedo soñar que ocurrió".





Ciudad y ficción
Puedo soñar que ocurrió
Sinopsis
Después de leer el libro Héctor. Novela histórica cristera, un joven, que asegura que ser "el elegido", planea el asesinato del presidente Díaz Ordaz como una forma de vengar a los estudiantes católicos asesinados en Tlatelolco. La escritora queretana, Lola Ancira, nos conduce por una inquietante historia.

Léeme

Es una plataforma que tiene como objetivo fomentar la lectura y que personas de todo el mundo conozcan la CDMX vista desde los ojos de aquellas escritoras y aquellos escritores que la recorren y la escriben. Este proyecto, que fue desarrollado por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México con apoyo de la Dirección General de Vinculación cultural de la Secretaría de Cultura Federal, hace también un recorrido por diversos géneros, como la poesía, el ensayo, el cuento, la minificción y la crónica, y por una amplia gama de voces, visiones y lenguas. La CDMX es su gente, es diversidad, es ruido, es silencio, son las cosas que vivimos en ella todos los días. Ciudad real, ciudad imaginada. Conoce, a través de Léeme, la obra de las autoras y autores que viven en ella o que la han habitado.

miércoles, 22 de julio de 2020

The Shining: la cautividad y sus ecos (ensayo publicado en Tierra Adentro)

Ilustración de Richard Zela



Para el último aniversario de The Shining publiqué un ensayo en Tierra Adentro en el que toco en especial el tema de la reclusión y las distintas formas en las que éste nos afecta en nuestro contexto de confinamiento actual. ¡Las ilustraciones de Richard Zela que acompañan al texto son geniales!



Ilustración por Richard Zela.





THE SHINING: LA CAUTIVIDAD Y SUS ECOS


A unos kilómetros del Parque Nacional de las Montañas Rocosas, en Colorado, se erige un sitio lujoso que fue inaugurado a principios del siglo XX, el emblemático hotel Stanley. El éxito que tuvo en un inicio se vio opacado tras el accidente casi mortal de una de las recamareras en la habitación 217, lo que inició el rumor de que en el hotel ocurrían fenómenos paranormales y que estaba habitado por fantasmas, historias que fueron corroboradas tanto por los trabajadores del hotel como por los huéspedes.
Décadas después, en los 70, debido a los escasos visitantes y a los duros meses de invierno que orillaban al dueño a cerrar las puertas del lugar durante largos periodos, el sitio estuvo al borde de la quiebra. En ese entonces, Stephen King, quien comenzaba a ser un escritor reconocido tras publicar su primera novela, Carrie (1974), se mudó junto con su familia a Colorado buscando inspiración para una nueva historia.
Él y Tabitha, su esposa, decidieron celebrar Halloween en el Stanley, donde se registraron el 30 de octubre del 74. El hotel estaba por cerrar sus puertas debido a la temporada invernal, por lo que ambos eran los únicos huéspedes.
La primera noche, después de cenar, Tabitha se fue a su habitación, la 217, mientras King paseaba por el sitio casi desierto. Al llegar al bar, trazó los primeros esbozos mentales del personaje principal, Jack Torrance, un hombre de carácter explosivo y con problemas de alcoholismo. A la mañana siguiente, King despertó de golpe: tuvo una pesadilla que involucraba a su hijo pequeño. Durante el tiempo que le tomó consumir el primer cigarro del día, ideó la novela que titularía The shining, obra que publicó tres años después, en 1977, y donde el hotel Stanley se convierte en el hotel Overlook.
El resplandor fue el primer best seller de King. En 1980, Stanley Kubrick adaptó la novela a la pantalla grande, película con la que King no estuvo muy contento debido a los cambios que realizó el director, como la eliminación de varias escenas importantes, la reducción de diálogos de Wendy, el cambio del número de la habitación y la modificación radical del final, pues Kubrick buscó un cierre mucho más profundo y metafórico que el de King.
The shining relata la historia de Jack Torrance (interpretado por el inigualable Jack Nicholson), un hombre desempleado, con problemas económicos y antecedentes de violencia y alcoholismo que acude a una entrevista de trabajo al hotel Overlook para obtener un empleo como cuidador del lugar durante los meses de invierno que permanecerá cerrado al público, pues las intensas nevadas bloquearán los caminos y lo aislarán por completo.
Durante la entrevista, el director, Stuart Ullman (Barry Nelson), le comenta a Jack que el aislamiento total podría resultar nocivo: el vigilante anterior se perturbó al punto de matar con un hacha a su esposa y dos hijas para, finalmente, suicidarse. Jack, tras escuchar la trágica y espeluznante historia, reafirma su interés y compromiso respecto al empleo y asegura que ese tiempo en confinamiento será ideal para poder concluir el libro que está escribiendo. (Continuar leyendo en Tierra Adentro...)

miércoles, 15 de julio de 2020

La narcosatánica: Sara Aldrete (ensayo publicado en Tierra Adentro)

Ilustración de Ray Patiño



Escribí un texto para la revista digital Tierra Adentro sobre Sara Aldrete, la Madrina de los llamados "narcosatánicos" cuyos crímenes conmocionaron al país hace más de 30 años. 

Además, cito mi canción favorita de La Casa Usher, y la ilustración de Ray Patiño es muy bella. ¡Pasen a leer! 





LA NARCOSATÁNICA: SARA ALDRETE


En los 80, el estrecho vínculo derivado de la santería entre Cuba y México, aquella adoración de los santos a través de ritos, adivinación, rezos y ofrendas que pueden incluir sacrificios animales, la cual admite que existe un solo dios y cuenta con una organización jerárquica bien definida y establecida de acuerdo a los conocimientos y capacidades de sus miembros; protagonizó uno de los sucesos más impresionantes en la historia del crimen en nuestro país: la noticia del hallazgo de un rancho en Matamoros donde se realizaban rituales y en el que encontró una fosa común con más de una docena de cadáveres. Las particularidades terroríficas de las evidencias llevaron a los medios de comunicación sensacionalistas a apodar a los involucrados como los narcosatánicos, a utilizar indistintamente el término “santería” y vincularlo sin inconvenientes con el narcotráfico, el satanismo y el asesinato, alimentando así la estigmatización de la práctica en el país.
Los nativos del oeste africano, tras ser esclavizados y arribar a países como Haití y Cuba, crearon la santería al incorporar a su propia religión algunas características del catolicismo que les fue impuesto. Practicada por los primeros esclavos y sus descendientes, se extendió por todo Cuba pero, al no ser aceptada abiertamente, sus ritos se realizaban de forma clandestina. Más adelante, en 1953, la revolución cubana causó que una gran cantidad de santeros migraran a sitios de Estados Unidos con una población hispana considerable como Miami, Los Ángeles y Florida, así como a Puerto Rico y México, dada la cercanía.
Durante los 60, los mexicanos comenzaron a incursionar en esta práctica religiosa que cada vez adquiría más adeptos. La mayoría pertenecía a un estrato social alto, específicamente, a la élite de artistas y políticos. Al igual que en Cuba, los ritos se realizaban de forma secreta, y a estos se fueron incorporando elementos del catolicismo, lo que los alejó cada vez más de su origen africano.
En 1987, Sara María Aldrete Villarreal, originaria de Tamaulipas, era una joven de clase media de 23 años, alta, rubia y de ojos claros; estudiante distinguida de la carrera en Educación Física en el Southmost College, en Brownsville, Texas, ciudad en la que realizó la mayor parte de sus estudios. Además, contaba con una beca para estudiar danza, y en su tiempo libre daba clases de tenis.
Dos años después, su rostro se exhibía sonriente junto al de Adolfo Constanzo en la nota roja bajo los titulares “A la caza de los diablos mayores”, “¡Más crímenes satánicos!”. Las multitudes, tan satisfechas como alarmadas, leían con avidez sobre los “templos satánicos” de “el rey de la cocaína”. Los llamados “narcosatánicos” fueron acusados de sacrificar niños y cercenar a sus víctimas, de secuestro y tortura y de buscar protección a través de ofrendas sangrientas. (Continuar leyendo en Tierra Adentro...)