Reseña personal: La tienda de los suicidas (Le magasin des suicides, 2008, Ediciones B) de Jean Teulé (Guionista, caricaturista y escritor francés, 1953) es una novela publicada en 2007 y muy poco conocida, pero sin duda una maravilla del humor negro que debe ser leída por todo aquel atraído por el tema del suicidio y la gracia de la ironía, sobre la cual el mismo autor comentó en una entrevista: "Quería escribir un libro divertido sobre el tema menos divertido que existe”; finalidad que por supuesto logró.
El
estilo del autor es ágil y divertido, lo que involucra al lector en
una atmósfera de humor desde el inicio y que sólo es suplanta por
el asombro y el desconcierto en puntos decisivos de la historia. A
pesar de ser una novela de 160 páginas, está construida a través
de una narrativa que juega con una realidad alterna no muy distante a
la nuestra, donde la sociedad cuenta con una tienda especializada en
artículos para suicidas conocida como tal: “...
llevando en la mano una bolsa de plástico en la que se puede leer,
por un lado, «La Tienda de los Suicidas», y por el otro, «¿Su
vida ha sido un fracaso? ¡Con nosotros, su muerte será un éxito!».”
y
que es
el orgullo de los propietarios y su familia, estirpe dedicada desde
décadas atrás a asistir a los suicidas necesitados e inducir a los
dubitativos.
Teulé
nos introduce en el universo de la familia Tuvache, formada por los
padres y tres hijos, el más pequeño de tan sólo unos meses,
quienes con gran satisfacción llevan el negocio de la muerte. Es
precisamente este nuevo integrante el que dará una vuelta de 360° a
la vida de la familia, pues su personalidad es del todo diferente a
la de los demás Tuvache y a quien la madre, tras escuchar
disparatadas ideas sobre un cambio de costumbres, aconseja :
“Vamos,
duérmete y ten pesadillas, será más sensato.”
Un
guiño singular y estupendo es el que nos muestra Teulé a través de
los nombres de sus personajes, quienes portan distintivos nombres de
memorables suicidas: El padre es Mishima, por Yukio Mishima, uno de
los escritores japoneses más afamados y que cometió sepukku (un
suicidio ritual por desentrañamiento); La madre es Lucrèce,
por Lucrecia, una noble de la antigua Roma, quien decide suicidarse
para no vivir en el deshonor tras ser violada; La hermana mayor es
Marilyn, por Marilyn Monroe, actriz y cantante estadounidense que
murió debido a una sobredosis de barbitúricos; El siguiente hijo es
Vincent, por Vincent van Gogh, perturbado pintor neerlandés que puso
fin a sus días con un disparo en el pecho; y el hijo menor es Alan,
por Alan Turing, matemático, científico y filósofo británico
considerado uno de los padres de la computación e informática
moderna, que murió al comer una manzana envenenada con cianuro. Cabe
mencionar también que tres de estas muertes fueron consideradas
asesinatos, pero es una cuestión en la que no entraremos ahora.
Esta
sátira sobre las anodinas prioridades del ser humano y una presunta
ideología fatídica formada quizá por heredadas prácticas muestra
como sólo hace falta tener un enfoque distinto para apreciar la
existencia que se nos otorga y la dicha desapercibida.
Es
una novela única, donde las últimas tres últimas palabras son una
clave contundente y emotiva que cierra la historia de forma
brillante.
No
recuerdo cómo encontré este libro pero se que los libros nos
encuentran en el momento justo, así que ahora cumplo con mi deber de
reseñar para quien esté destinado a conocer esta obra a través de
estas letras.
Y por lo pronto yo “—...
Voy a acostarme. Porque
mañana habrá que seguir viviendo.”, siendo también que “Es
la hora en que, en otra parte, el enjambre de las pesadillas hace
retorcerse sobre las almohadas a las primeras personas dormidas.”
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