Reseña personal: El amor nos dio cocodrilos de Joel Flores (escritor de Zacatecas, México,
1984) fue publicado en 2012 en una edición digita por VozEd Editorial y es el
primer libro de relatos del autor, escrito entre el 2007 y 2009 bajo el apoyo
del FONCA (México) y la Fundación Antonio Gala (España).
Respecto al autor, es Licenciado en Letras por la Universidad Autónoma
de Zacatecas, ha publicado en varios medios impresos y digitales, entre ellos
las revistas Tierra adentro y Carátula, y los periódicos La
Jornada (México) y El
Informador (Nicaragua), y ya tiene un segundo libro de relatos, titulado Rojos semidesierto (que por supuesto
tendré que conseguir).
El libro está conformado por siete relatos, disímiles entre sí en cuanto a la problemática central pero
siempre semejantes en cuanto a diversas temáticas, como la muerte, el dolor por
la pérdida, los distintos trastornos mentales de los personajes y el asombro de
lo desconocido o inesperado. El propio título crea una atmósfera que envuelve a
todos los relatos, pues en todos ellos se encuentra un tipo de resultado
inesperado y cruel de una unión que en principio parecería positiva o que
usualmente resuelve sus problemáticas con ayuda externa, pero aquí todo se
desarrolla hasta sus últimas consecuencias.
La narrativa, siempre en primera persona, es en
partes de corte del realismo sucio y el papel de la ficción es tan ordinario o
normal que se conjuga a la perfección con la realidad misma del espacio
literario, fusión que crea un universo fantástico impactante y siempre posible, que se debate entre una creación verídica y un acontecimiento meramente
onírico.
Para especificar más lo anterior, escribiré
sobre cuatro de mis relatos favoritos del libro, empezando por el que
le da el título a la compilación: El amor
nos dio cocodrilos, en donde una pareja
joven adopta un cocodrilo por hijo, que después de un tiempo toma características humanas como el habla, la
maldad y los celos. Esto por supuesto no puede llevar a ningún buen término y el
final de la historia es tan sorprendente como inesperado.
En Hector
Foley, es precisamente como lo refiere el autor en la misma historia: “El
espectador busca lo que no se oculta, lo que le hace ver nuestra jodida
realidad.” Es una descripción cruda
del contexto de un psicópata libre en la sociedad, como tantos, con altibajos
de autoestima y que se sabe perdido en una sociedad donde no encaja, pero que
no por eso debe ser él quien abdique del
mundo.
El visitante es un cuento de narrativa daviliana, en
el que Flores deja confirmada su admiración por la escritora también zacatecana
Amparo Dávila, una de mis escritoras favoritas y por quien conocí a Flores,
pues buscando información sobre ella, encontré el blog del escritor, donde
encontré un relato de hace algunos años inspirado en nuestra mentora, logré ponerme en contacto con él y descubrí su obra más actual y todo lo que hay por aprender. Este cuento
se desarrolla en un espacio cerrado y rodeado de peligro, el problema es cuando
parte de ese peligro logra entrar por una invitación y el terror entonces se
convierte en algo contundente pero psicológico, no físico. Y este es un terror mucho más angustiante.
Por último,
Hiperbólico, un cuento narrado a través de la voz de un escritor (detalle
singular) que realiza su declaración a otro escritor, para que pueda
transcribir su historia y la de a conocer fuera del lugar donde se encuentran,
pero sin cambios o alteraciones. Es el cuento del que más tengo que decir.
El escritor, acusado y sentenciado, le dice
entonces al otro escritor:
“Si usted quiere ser
de verdad un escritor le tengo que dar dos claves para que lo logre. Primera:
no haga caso del canto de las sirenas. O usted enséñeles a cantar a su ritmo.
Segunda: intuición, caballero, para todo la intuición. No sólo en lo que escriba,
sino en lo que le cuenta a la gente y en lo que la gente le cuenta a usted.”
Enseñarlas a cantar a nuestro ritmo es poder
escribir cuando se quiera hacer, no sólo cuando la “inspiración” nos visite.
Hacerla venir, hacerla llegar.
“Yo, fiel amante de la
literatura y de la idea de renovar el canon literario, maté a cuatro inocentes
y lo volvería hacer si es necesario.” Me hizo recordar también una pregunta que alguna
vez me hicieron: ¿se puede escribir de lo que no has vivido/experimentado? A lo
que sin dudar contesté que no… para darme cuenta, unos minutos después, de mi
garrafal error. Claro que puedes escribir de lo que no has vivido, de hecho la
mayoría de la literatura de ficción está construida por sucesos que jamás han
sucedido y poco probables de ocurrir, pero fundados o basados en lo mínimo en
hechos o experiencias reales, asimiladas en otras fantásticas, para tales
efectos. Claro que puedes escribir de lo que no has experimentado y sobre todo
cuando ese algo supone o conlleva problemas legales, científicos o físicos,
rompe o va en contra de alguna ley natural o civil y por tanto es ilegal. En
este relato, el escritor necesita realizar el acto del que tanto escribe pero
no ha realizado, pues a través de la experiencia real podrá llegar a ese objetivo final de la manera más acertada posible, para poder concluir monumentalmente
su obra literaria:“Recordé que mis
historias podían ser famosas por el escándalo que podían provocar. Estaba
seguro que renovaría muchas de las percepciones que se tienen sobre la
literatura y su creación.” Y es así como a través de un personaje, encontramos al
escritor abogando por una literatura diferente, fuera del canon literario
establecido, una literatura distinta y nueva, como la suya.
Tengo una afinidad muy grande del tipo “yo
quiero escribir algo así” con estas historias, y en algunas partes tuve que
releer párrafos o líneas completas tres o cuatro veces, debido a lo impactante
del suceso o la declaración.
Los finales abiertos dejan una especulación muy
grande y deseos de saber qué pasa después, cómo se soluciona el conflicto o
saber las respuestas de las incógnitas ya hechas. Respuestas y soluciones que
cada quien tratará de hacer mental e individualmente, y aún si se dejan en una
interrogante eterna (como ha dejado algunos el autor), los cuentos, sus problemáticas
y revelaciones ya habrán sido apropiados por el lector con el simple hecho de
haberlos leído.
A los afines a la literatura de ficción y
suspenso queda más que recomendado, para aquellos que después de leer esta
reseña tengan dudas o quieran resolver el misterio de las historias, también.
Y para aquellos puristas del lenguaje (grupo
del que debo confesar que yo formaba parte hasta hace unos años) sólo les digo
lo que se afirma en el libro: “Uno debe
empuercar el lenguaje para hacer literatura”.
Dejo el enlace del blog del autor, donde podrán
encontrar artículos y más material escrito por él, incluido el cuento El huesped y su contacto en facebook:
http://bunker84.blogspot.mx/search/label/cuentos
El e-book lo pueden comprar en Amazon, a través
del siguiente enlace:
No hay comentarios:
Publicar un comentario