“Algún
día se reconstruiría a sí misma.”
Oksanen
en
Purga.
Hace
unos días recibí, por parte de la revista Yaconic (en la que ahora
estaré colaborando con reseñas literarias y donde ya pueden encontrar la de Purga) mi primer libro en
físico para comentar. Encontrarán varias cosas interesantes en ella, sobre todo
relacionadas con cultura y arte contemporáneos, por lo que recomiendo
ampliamente una visita.
Pero antes de comenzar la reseña, les
presento a Sofi Oksanen, autora de 'Purga',
último libro que leí. Primera escritora que me sorprende por su
apariencia (bueno, Bellatin y su prótesis metálica y Pedro Lemebel
en sus presentaciones ya me habían asombrado), ha ganado varios
premios literarios y actualmente se encuentra en la lista de los
mejores autores europeos contemporáneos. El libro me acercó a
momentos históricos específicos a través de una narración fuerte
y emotiva, con una narrativa característica de sus congéneres pero
con un toque personal. La leí sin haberla visto y ha sido una grata
sorpresa encontrarme con ella:
Reñesa personal:
Purga
de Sofi Oksanen (escritora finlandesa, 1977) es una novela publicada
en 2008 y que en 2012 se publica en México a través de las
editoriales Salamandra y Almadía.
Esta
es la tercer novela de la autora y con la que se hizo acreedora, en
2010, al Premio Europeo a la mejor Novela del Año, el Premio de
Novela FNAC de Francia, el Premio de Literatura del Consejo Nórdico
y un gran número de ventas (que superan los 170.000 ejemplares),
gracias a lo cual ha logrado obtener un lugar primordial entre los
autores contemporáneos europeos. Fuera de los parámetros de las
grandes premiaciones y estratosféricas ventas, siempre habrá que
tener un criterio propio para la obra, y en referencia a esto, Purga
es una novela que merece lo que ha ganado y puede justificar a la
perfección su gran éxito comercial, que no demerita su valor
literario.
Oksanen sigue la línea de los autores rusos clásicos, tan próximos
a ella geográficamente: el narrador omnisciente y las descripciones
minuciosas nos recuerdan que estamos ante una autora rusa, que a
través de diferentes técnicas literarias, enriquece tanto la
ficción que logra crear una historia tan realista que en ocasiones
es difícil imaginar que aquello no haya sucedido en realidad.
Lo innovador de esta autora radica en la ruptura de la forma
tradicional de la novela para dar paso a una especie de narración
seccionada en entradas de diario, con la respectiva fecha, subtítulo
y acontecimientos, que oscilan entre el presente y el pasado,
específicamente entre los años de 1949 y 1992. Tres generaciones
atrapadas en diferentes problemas que en el fondo siguen siendo los
mismos: son presas de aquellos que tienen el poder, sufren el horror
a ser descubiertos y se encuentran en una huida constante, al menos
dentro de sí mismos. Temen tanto por su propia vida como la de sus
seres queridos, y el miedo se hace más grande cuando se trata de una
desaparición, pues pierden la certeza de saber ese cuerpo a salvo,
al menos a través de la muerte. Toda la historia está permeada por
unas inmensas ganas de sobrevivir, a costa de cualquier
circunstancia.
Purga
es la cruda historia, en una zona rural de Estonia, de dos mujeres
unidas a través de algo mucho más fuerte que la simple casualidad,
un vínculo consanguíneo que se revela de la manera más
estremecedora. Oksanen no escribe emociones, las describe de manera
tal que en ocasiones la lectura resulta un fuerte golpe al recuerdo,
a esa empatía natural que se tiene por otro ser humano por el simple
hecho de ser un semejante, sin importar la raza, el sexo o su
condición social. Zara, la más joven, es víctima de la trata de
mujeres en Alemania, mientras que Aliide, mayor ya, fue víctima de
vejaciones de los militares. Una telaraña fina de amor, celos,
mentiras, rivalidad, anhelos, sueños, odio, recuerdos, injusticias y
repudio se entreteje gracias a cada personaje y su desarrollo, que
aportan más carga íntima conforme se descubren sus disímiles
personalidades.
La trama de la novela crece, se entrelaza y todas las cuestiones son
explicadas en algún momento. La fuerza de la obra radica en la
tercera y cuarta parte del libro, punto a partir del cual resulta
casi imposible dejar de leer. La intensidad y la energía de la
historia, la conjunción entre los hechos del pasado y del presente,
que sitúan la atmósfera en el mismo grado de tensión, son la parte
clave de la lectura. La crudeza de los hechos y la fuerza de las
imágenes crean una atmósfera tensa, y es precisamente esa
particularidad donde reside el dinamismo de la escritora: lograr
sensaciones y emociones reales a través de sus letras.
Purga
incluso tiene tintes de novela histórica, por los datos fidedignos
utilizados en el contexto temporal en el que se desarrolla la obra,
pues otorga datos políticos y sociales fidedignos, como la segunda
guerra mundial, la brutal invasión comunista, el espionaje y las
traiciones propias de tales acontecimientos alarmantes.
Purga
es el reflejo de una sociedad marcada por los conflictos bélicos,
que llevan diversas problemáticas incluso a lo más íntimo del
hogar y la vida privada y que no se marcharán jamás. Purga
es precisamente eso, la depuración de personas en Rusia a través de
campañas de represión y persecución políticas que se realizaron
en la década de los 30 gracias a Stalin. La purga se convierte
entonces en una depuración de sentimientos y recuerdos, de vivencias
que será imposible olvidar y con las cuales se tiene que vivir, a
pesar de todo. Purga
es el reflejo de una lucha por la vida en las adversidades más
catastróficas y a través de las cuales, finalmente, se debe vivir.
Purga
es una delación que no se debe pasar por alto y a la que debemos
prestar ojos, oídos y corazón para poder entender un presente no
muy lejano al nuestro.
Estas
son algunas de mis frases
favoritas
en la novela:
“Intentaba
imitar la voz que había usado a veces tiempo atrás, cuando se
topaba con algún viejo conocido en la tienda o por la calle. Esa
voz le resultaba lejana y extraña, impropia del cuerpo del que
salía. Le recordaba un mundo al que ya no pertenecía y una casa a
la que ya no podía volver.”
P. 34.
P. 34.
“Aguanta
ahí. Ayúdame. Desarrolla una historia palabra por palabra. Una
buena historia. Una historia que me permita quedarme aquí...” P.
35.
“Apartó
el tapiz con un dedo y debajo una araña correteó nerviosa. Estuvo a
punto de apretar el tapiz para aplastarla, pero recordó que matar
una araña significaba la muerte de la madre propia. Acarició el
tapiz.” P. 67.
“El
que desentierra cosas viejas merece que se le clave una astilla en el
ojo, aunque sería mejor una estaca.” P. 106.
“Algún
día se reconstruiría a sí misma.” P. 290
“El
porte de quienes calzan botas capaces de pisotear cualquier cosa.”
P. 329
“Nadie
de su familia debería haber tenido descendencia. Bastaba con que se
hubieran limitado a vivir su propia vida hasta el fin.” P. 351.
No hay comentarios:
Publicar un comentario