Todos
los ruidos del mundo
(Editorial Paraíso Perdido, 2016) es el tercer libro de cuento de Cecilia
Magaña (escritora mexicana, 1978).
Magaña exhibe en estos diez relatos,
donde impera el narrador en tercera persona, una imaginación prodigiosa y un estilo particular donde se
privilegia la percepción sonora. Estas páginas reúnen una compilación de voces
en distintos formatos y con diversos propósitos que tienen un papel esencial en
cada trama, y nos permite diseccionar psicológicamente a cada personaje.
«De médiums y poetas» demuestra que el
resultado de contactar a algún espíritu, aunque haya pertenecido a una persona
cercana y amada, puede traer más desasosiego que calma. En esta entrevista
para Revista Morbífica, la propia autora afirmó que los escritores también tienen
facultades paranormales, pues los personajes hablan a través de ellos.
«23 escalones» muestra literalmente cómo
los desechos de una persona pueden ser valorados (e incluso adorados) por otra,
cómo los desperdicios son algo sumamente íntimo y que refleja con fidelidad la
vida de cualquier persona.
«Un palo» evidencia la transformación de
la sociedad con el uso frecuente de las redes sociales y el bullying. Este relato bien podría ser un
cortometraje de la serie de Netflix Black
Mirror.
El trastorno de identidad disociativo, la
despersonalización, la existencia de un doble, el terror de permanecer atrapado
en el tiempo o incluso el mito del Doppelgänger son posibles explicaciones para
los sucesos que experimenta el personaje principal de «¿Se te olvidó algo?».
Con un sentido el humor ácido, la autora
nos presenta «Síndrome», un cuento intrépido, original y divertido que describe
pormenorizadamente el mayor terror de la juventud femenina.
Una inhumación anual se lleva a cabo en «Bazar»,
historia en la que las mujeres de una familia nuclear recrean esta ceremonia
con el consentimiento implícito del involucrado a manera de catarsis para todos
los asistentes.
Con la construcción de cada uno de sus
personajes, Magaña nos otorga la información suficiente para poder continuar
con la narración tras el último párrafo de cada cuento, pues todos culminan en finales
que, de manera intencional, no son realmente cierres.
La
autora cumple con la siguiente aseveración de Quiroga: «El cuentista tiene la capacidad
de sugerir más de lo que dice». Sobre este tema, Piglia, en Nueva tesis sobre el cuento y en
referencia a Borges, habla sobre «su particular manera de cerrar las historias:
siempre con ambigüedad, pero a la vez siempre con un eficaz efecto de clausura
y de inevitable sorpresa», misma que, sin duda, remite a este libro.
Al respecto, en esta entrevista para
Paraíso Perdido, Magaña afirma que decidió concluir sus relatos de esa manera
porque confía en que el lector los finalice de la mejor forma posible,
y habla brevemente sobre el soundtrack inmerso
en la creación de este libro, que incluye a los Arctic Monkeys, Eel y Eminem.
El libro está a la venta en la página de la editorial y en librerías Péndulo.
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