El año pasado, Aniela Rodríguez y yo tuvimos el placer de presentar Época de cerezos, el segundo libro de cuento de Laura Baeza. Hace poco, Cartografía Editorial MX publicó mi reseña de este libro, ganador del Premio Nacional de Narrativa Gerardo Cornejo 2017.
En el siguiente video podrán escuchar a la autora responder algunas preguntas en torno a su nuevo libro en una entrevista para Juego de pomos.
La reseña:
Catástrofe de múltiples consecuencias
Época de cerezos de Laura Baeza.
Por Lola Ancira*
Las circunstancias o situaciones al borde de la calamidad o de un riesgo fatal, se denominan “peligros antropogénicos”, son causados por la acción o la pasividad humana, son mortales y derivan en catástrofes ecológicas. Los desastres nucleares son el mejor ejemplo de estos peligros, como el accidente de Three Mile Island en Estados Unidos en 1979, el accidente nuclear de Chernóbil en 1986 y el de Fukushima, en 2011, sin olvidar la explosión en un campo de prueba con armas nucleares en Sarov, al norte de Rusia, hace poco más de dos meses.
Época de cerezos (Editorial Paraíso Perdido, 2019), libro de cuento de Laura Baeza (Campeche, 1988) ganador del Premio Nacional de Narrativa Gerardo Cornejo 2017 y cuya crítica social generalizada gira en torno al pésimo manejo de la central nuclear de Laguna Verde, en Veracruz, se inserta en la tradición (si se le puede llamar así) de la literatura conformada en torno a los desastres nucleares que surgió con Voces de Chernóbil, de la Nobel de Literatura Svetlana Aleksiévich en 1997, una crónica en torno al accidente nuclear de Chernóbil. Después llegó la novela Chernóbil, de Iliana Olmedo, premio Siglo XXI de Narrativa 2017 publicada en 2018. Y este año, dentro de la ficción televisiva, se expuso Chernóbil, la miniserie de drama histórico de HBO, basada en el libro de Svetlana, que revivió con todas sus caras y voces el desastre nuclear del 86.
Estos dramas que nos resultan familiares, se inscriben en un contexto imaginario cuya proximidad está latente, son una advertencia de lo que podría ocurrir»
Laura coloca en nuestro mapa uno de estos peligros antropogénicos en la frontera del sur de México, sitio descrito por ella como “el rabo del país” o ese “pedazo de selva donde inicia nuestra patria”. Ahí, una planta de energía nuclear construida al extremo de una laguna, detona debido a un fallo en los ductos.
El resultado son edificios y paredes derrumbados, envenenamiento por radiación, aire seco y espeso como polvo. Cientos de vidas tocadas, de alguna u otra manera, por el infortunio que no cesa ahí, sino que se expande en una ola de alcances inimaginables.
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