martes, 23 de abril de 2013

Raza de víctimas – Édgar Adrián Mora




Reseña personal: Raza de víctimas de Édgar Adrián Mora (escritor de Puebla, México, 1976) fue publicado en 2012 en una Edición Digital por VozEd Editorial y fue un libro que escribió con el apoyo del FONCA (México) entre 2006 y 2007.

Mora actualmente es profesor de Historia de América Latina y de Lengua y Literatura, es autor de otros 3 libros ya publicados y obtuvo el Premio Nacional de Narrativa Joven María Luisa Puga (novela), el Premio Nacional de Narrativa Joven UACM 2005 (cuento) y el premio 33 de la revista Punto de partida (ensayo y crónica); es uno de los más constantes colaboradores de la revista cultural VozEd.

El libro está conformado por diez relatos: el sumario está constituido por dos títulos que congregan cada uno cinco historias, dando como resultado una obra bífida pero donde la temática será la misma: la alienación, la enajenación de los individuos pertenecientes a una moderna sociedad disfuncional y excluyente, donde las agresiones y la violencia (física y/o psicológica) son actos cotidianos y habituales.

Fluctuando entre una voz narrativa en primera persona en algunos de los relatos y otra en tercera persona, mentalmente en el lector se crea un “nosotros” del que ahora forma parte y se hace cómplice a través de la lectura, confiriéndole así el autor una experiencia mucho más realista y personal de los actos crueles a los que asiste a través del lenguaje.

Algunos relatos están relacionados por alguna particularidad, suceso o personaje, haciendo uso de lo que, en cuanto a la técnica literaria se refiere, es llamado vasos comunicantes, y cada narración aporta una vivencia única y espectacular, pero siempre teñida de intensidad y un crudo realismo.

Los sitios en que ocurren las historias son en su mayoría cerrados: el interior de una camioneta o de un apartamento, una casa muy humilde o una mansión, el frigorífico de una morgue o una estancia donde han instalado una computadora con internet.

La hipocresía natural del ser humano, incluso entre los lazos consanguíneos más directos que pudiera tener (madre-hijo), se muestra en I am your mother, donde las ideas de un niño sobre las posibles formas y repercusiones de asesinar a su madre se construyen en el trayecto al colegio, en el cual la madre también recuerda aquella vez en que pensó que matar a uno de sus hijos no le tomaría más de algunos segundos. Pensamientos más naturales y recurrentes en el hijo que en la madre, quien sentía a la locura rondar con tales ideas.

En Gemelos, unos hermanos muy unidos en algún momento de su infancia y distanciados después, se reúnen de nuevo con motivo de la muerte de la madre, para pactar un destino estupefaciente y mortal y donde la frase “El mundo es más bonito en los libros. Sobre todo si esos sitios no existen.” demuestra que anhelar una realidad alterna es algo natural cuando la existencia resulta tan insulsa.

El relato más fantástico del libro es El corazón de los condenados, donde un cazador de fieras, que destrozan y devoran seres humanos, relata su más grande y mítica batalla al derrotar a una de las bestias más viejas y experimentadas, de donde transcribo una de mis frases predilectas y con la que me identifiqué a la perfección: “... permitió que la chica se alejara con la prisa con que camina la gente que no sabe si está molesta o arrepentida. O si tiene miedo.”

Presionar el botón demuestran que el morbo puede ser inexistente cuando se trata de observar, a través de una pantalla, el grado de perversidad y crueldad al que puede llegar un ser humano vesánico, pues la estupefacción generada crea una curiosidad nociva hacia una realidad existente pero insospechada.

Ajuste de cuentas ejemplifica a la perfección esa aversión que sienten algunas de las llamadas vacas sagradas de cualquier facultad contra algún estudiante de ingenio superior; siendo precisamente el personaje Dr. Vaca Sagrada quien hace de la vida de Pequeño Saltamontes (un estudiante sobresaliente) una verdadera odisea en el presidium, generándole una impotencia que nace desde los seudónimos opuestos, después de lo cual Pequeño Saltamontes recibe la forma justa y precisa para cobrar venganza del afamado Dr. Vaca Sagrada. Este relato también denuncia “el anonimato destinado al corrector” y ese anhelo vehemente de editar para posteriormente poder ser editado, ya con el título real de autor y no el invisible de editor. Los nombres adjetivizados de los personajes resultan de lo más cómicos y certeros y la atmósfera creada es propicia para que los estudiantes universitarios que hayan vivido algo parecido se sientan más que identificados.

Por último, Rendirse de madrugada describe cómo son algunos días de juerga para un hombre joven que, tras horas de ingerir bebidas alcohólicas y al llegar el amanecer, considera esa batalla como una victoria más sobre sí mismo, sobre la realidad, sobre sus propios fantasmas a los que tiene que ahogar en aquel barbitúrico personalizado: “Con esas ganas de amigos que se ven sólo cuando la soledad apremia lo suficiente como para enfrentarse a los demonios de lo que uno es.

Los vestigios anteriores de algunos de los cuentos son suficientes para involucrar al lector en esta serie de relatos que es imposible leer sin quedar impresionado. Mora logra un realismo tal que crea un acercamiento entre lo que muchos censurarían, para mantener un fingido orden, de lo que otros buscan por las razones contrarias: para conocer más de la psiquis humana y los trastornos que la aquejan.

El eBook lo pueden encontrar a la venta en Amazon y en Smashwords.



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