El escritor Víctor Roberto Carrancá reseñó, en abril de 2014, mi libro Tusitala de óbitos.
No transcribí, como suelo hacer en estos casos, el texto, y tampoco escribí la debida entrada, y de esto me percaté ayer. Sé que ya pasaron varios meses pero no quiero que quede fuera del archivo, así que aquí están estas gratas y satisfactorias palabras que Víctor le dedicó a Tusitala.
Agradezco de nuevo, como lo hice en su momento, y traigo al presente un fragmento del año anterior digno de recordar.
Para leer la reseña completa, visiten la entrada del autor en la revista Sexenio, en su columna El baúl del solitario.
Fragmento de la reseña:
Es sencillo (quizá demasiado) encontrar “comunes denominadores” entre escritores de literatura fantástica y de ciencia ficción, en México y Latinoamérica.
Los caminos se juntan, se arremolinan incluso, de manera que el efecto laberíntico, pretendido tantas veces, se pierde entre las similitudes y las intertextualidades.
Tusitala de óbitos, libro de cuentos de la queretana Lola Ancira, contraviene esa pretensión de establecer coincidencias temáticas. Lo hace, al menos, de fondo. A pesar de que se declara, de manera explícita durante gran parte de la obra, las influencias (de autores y temas) que cohabitan en los cuentos de este libro, la estructura y técnicas narrativas parecen declarar otra cosa.
Encontramos, como en el caso de “Cosmogonía de las parafilias (o de superpoderes a parafilias)”, los temas recurrentes encuentran explicaciones poco convencionales. Se trata de una pintura de muchos matices que resulta tan confusa como cautivadora. Imposible no mencionar la portada del libro, mural de palabras y símbolos que se mezclan de modo abrumador.
Este es el efecto invariable de la obra.
Una tonalidad divergente, difusa, que envuelve y, al mismo tiempo, arrebata.
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