El pasado miércoles 23 de julio a las 19:00 hrs, tuve el honor de presentar Niños tristes, Premio Nacional de Narrativa María Luisa Puga 2010 y publicado por el Fondo Editorial Tierra Adentro en 2013, de Gabriel Rodríguez Liceaga en Casa Refugio Citlaltépetl.
Llegamos (el escritor, algunos amigos suyos y yo) a la hora precisa y en el lugar ya habían varias personas esperando.
Fui la primera en tomar la palabra y, tras agradecer la presencia de todos y la invitación de Gabriel, leí un texto que preparé para el momento.
Los otros escritores hicieron lo propio y entre evocaciones, comentarios, lecturas vertiginosas y palabras reunidas con un mismo fin, le dimos otra bienvenida a esta obra.
Lo más emotivo fue el discurso final, el de Gabriel, quien inevitablemente conmueve con la facilidad que tiene para impregnar sus ideas con las palabras precisas y reales, con esa cercanía de lo verídico y las experiencias amargas (y risibles) compartidas.
Aquí pueden leer mi reseña de Niños tristes. En la página de CONACULTA publicaron un texto sobre la presentación, (titulado con una de las frases que leí ese día) Niños tristes, libro sobre personas disfrazadas de adultos que pretenden comprender la vida. Y, finalmente, pueden leer acá una entrevista con el autor, pocos días antes de la presentación, en la que da una maravillosa definición de "cuento":
“Uno se da cuenta de qué pasta está hecho un escritor
al ver cómo entiende lo que es un cuento.
A mí me gusta creer en el cuento como una estructura perfecta,
algo que planteo al mundo sólo existe en ese cuento
y no puede quedar ningún cabo suelto,
si dejas un cabo suelto, no es redondo.
Estos nueve relatos creo que son los que más se relacionaban
con la forma como entiendo que debe estar un cuento”.
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