viernes, 31 de octubre de 2014

Tusitala de obitos - reseña por Roberto Wong




Me complace anunciarles que poco antes de concluir el año, hay una nueva reseña de Tusitala de óbitos por Roberto Wong (escritor mexicano, 1982), autor de París D.F., obra con la que ganó el premio Dos Passos a la primera novela este año. Actualmente escribe para la revista digital Letras Libres y El Anaquel es su sitio web personal, en el que encontrarán diversas reseñas e interesantes textos que escribe con frecuencia.

Agradezco infinitamente sus bellas y acertadas palabras para mi primogénito, y espero con ansias tener en mis manos París D.F., leerla y presentárselas. Es, sin duda, un autor del que escucharemos mucho más próximamente.

Transcribiré, a continuación, algunos párrafos de la reseña, que pueden leer completa directamente en la entrada de su sitio web.


Tusitala de óbitos – Lola Ancira
POR ROBERTO WONG el 30 OCTUBRE, 2014


No hay, en México, una antología de nuestros raros. Propondría, por citar únicamente algunos nombres, a Arreola, Garro, Tario, Chimal, Bellatín. De conformarse dicho grupo, Lola Ancira (Querétaro, 1987), podría postular a un espacio. Su primer volumen de cuentos, publicado por Pictographia Editorial, gira en torno a temas poco frecuentes en la literatura mexicana: el sueño, la locura, la muerte.

No hay, en México, una antología de nuestros raros. Propondría, por citar únicamente algunos nombres, a Arreola, Garro, Tario, Chimal, Bellatín. De conformarse dicho grupo, Lola Ancira (Querétaro, 1987), podría postular a un espacio. Su primer volumen de cuentos, publicado por Pictographia Editorial, gira en torno a temas poco frecuentes en la literatura mexicana: el sueño, la locura, la muerte.

En otro extremo de su literatura se lee un importante rechazo al mundo y sus normas. “Un inminente progreso” es, al estilo de Huxley, una distopía en la que el personaje escoge la muerte ante lo terrible de la realidad. En “El dueño de los sinos”, el protagonista pretende cambiar el destino y muere consumido. “Jeremiades” intenta repetir la creación y se encuentra rodeado de esperpentos. En síntesis, los múltiples universos de Ancira parecen castigar lo contranatura –la opción al mundo parece siempre ser la muerte. ¿Es esto una crítica frontal a nuestra realidad? ¿Un sino de la autora?

jueves, 30 de octubre de 2014

Poéticas de los 80, proyecto de Joel Flores

Imagen hecha por Joel Flores


Poéticas de los 80 es un proyecto del escritor zacatecano Joel Flores, autor de El amor nos dio cocodrilos y de Rojo semidesierto, ganador del Certamen Internacional de Literatura 2012 Sor Juana Inés de la Cruz. Este año se hizo también acreedor del Premio Bellas Artes Juan Rulfo para Primera Novela, con Nunca más su nombre y actualmente es becario del FONCA en la categoría de novela. Un escritor que, sin duda, tiene claro su camino y destino.

Este proyecto, que reúne a 12 escritores mexicanos nacidos en la década de los 80, plantea crear un acervo de sus obras publicadas y dar a conocer esta literatura, una literatura contemporánea, tan diversa como las personalidades de sus creadores y que oscila entre el realismo y lo fantástico.

En lo personal, es un placer formar parte de este grupo de escritores coetáneos con mi libro Tusitala de óbitos. Entre los otros once autores que conforman este proyecto se encuentran Gabriel Rodríguez con Niños tristes y Mariel Iribe Zenil con El último intento, así como Israel Terrón, con Artemisa Café, Bernardo Araujo con Toque de queda y Eduardo Ruiz Sosa con Anatomía de la memoria (tres de mis siguientes lecturas). 

Pueden leer la entrada original del escritor en su blog. A continuación transcribo sus palabras, necesarias para deducir la relevancia de este proyecto:

A inicios de octubre decidí cerrar el primer bloque de entrevistas a escritores
nacidos durante el 80, que empecé en enero publicando en La gualdra y en esta página. Quien me motivó fue Fernando Trejo, al invitarme a convertir este trabajo 
en conferencia y a ofrecer el resultado en la Feria Internacional del libro de Chiapas Centroamérica, más precisamente en Tuxtla, que es su tierra natal. 
Para Fernando, como poeta y promotor cultural que siempre se ha preocupado 
por el diálogo entre escritores, era bueno hablar en el Sur 
sobre ¿quiénes son y qué están escribiendo los narradores de nuestra generación?

Fue así como en una semana Flor y yo empezamos a trabajar en lo que primero
 fueron las diapositivas de la conferencia, para después, tras un par de bocetos 
e ideas que se fueron desechando, terminar haciendo este catálogo compuesto por 12 escritores que están publicando en fondos editoriales estatales y nacionales,
 así como en editoriales del país y españolas. Esto apenas es un inicio 
de un proyecto que está en continúa construcción y crecerá. 
Pues su objetivo es, como se lee en el texto introductorio que acompaña el catálogo, 
ofrecer un mapa completo de los narradores jóvenes de México e invitar no sólo al lector, 
sino también a otros escritores, a conocerlos.

Les dejo aquí el catálogo para su consulta. De verdad no tiene desperdicio, 
sobre toda la creatividad que le puso Flor en el diseño.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Gente del mundo – Alberto Chimal




Gente del mundo (Ediciones Era, 2014) de Alberto Chimal (escritor mexicano, 1970) es una compilación de más de 70 textos breves fantásticos que describen las prácticas, costumbres y vida de ciertos seres humanos peculiares. Este libro es una reedición “corregida y aumentada”, pues se publicó por primera vez en 1998.



El autor y yo el día de la presentación del libro 


Mi colorida y misteriosa dedicatoria


Chimal ha ganado diversos premios y reconocimientos y ha sido becario del FONCA, ha publicado dos novelas, más de 15 libros de cuento o mini ficción, ensayo y teatro. Actualmente es profesor de literatura e imparte un taller de narrativa.

Conocí a este escritor en 2011, cuando el profesor en turno de Literatura mexicana, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM,  lo llevó como invitado. El primer libro que leí de él fue Grey (2006), que también es una compilación de textos cortos fantásticos, y ahora quiero leer su segunda novela, La torre y el jardín (2012), finalista del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos 2013.






Gente del mundo recuerda los relatos de viajes del s. XV de Américo Vespucio sobre el descubrimiento de América o  a la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo del s. XVI. Se asemeja a un bestiario medieval pero de seres humanos, tanto reales como fantásticos, que habitan (o han habitado) en algún lugar recóndito del mundo. Seres que, por sus singulares tradiciones o culturas, parece que no han logrado sobrevivir hasta nuestros días, pero basta con un análisis superfluo para reconocer sus múltiples legados en algunos cuantos de nosotros, como aquellos que no tienen la certeza de saberse reales o verdaderos, los que pierden la esperanza cuando empiezan a reconocer que su sombra los acecha, los que encuentran la belleza fuera del canon o quienes sólo entienden de despedidas definitivas, pues saben imposible el regreso de quienes parten.

Mis relatos favoritos son “Los oficios”, donde narra una parte fundamental de la vida de los notaravas, quienes justifican su existencia eligiendo (o creando) la profesión para la que nacieron y a la cual dedicarán sus cualidades y habilidades, como ser sumadores de muertos. Finaliza con una hermosa frase: Lo que cuenta, dicen sus sabios, es la perseverancia. Y la belleza de cuanto se hace bien.

“La hora de la muerte” y “Los últimos ritos” están unidos por la temática de los ritos funerarios. El primero precisa el momento exacto en que una vida ha de concluir su existencia, pero este mandato es llevado a una escala mucho más grande donde cientos, tal vez miles, pactan para realizar el último viaje acompañados. El segundo refiere que los pobladores del Páramo de Rhunga sólo pueden cortar a sus muertos hasta la desaparición, pues resulta más que imposible cavar en su superficie. Ambos aluden al entierro o funeral celeste tibetano, ceremonia fúnebre sobrecogedora.

En “Los sistemas” y en el “Segundo apéndice: de Auko la ignota” hay claras referencias al Libro egipcio de los muertos, donde los nombres designan, de forma más certera y profunda gracias a su extensión y donde se busca el camino del alma hacia la perfección. La vida es, entonces, una eterna búsqueda de la mejor manera para retornar al universo y siempre cede, como el dolor, al tiránico paso del tiempo.

“La verdad” muestra esa dualidad interna con la que hay enfrentamientos constantes. Porque todos somos dos, e incluso tres o cuatro. Lo difícil, más allá de tratar de comprender la existencia en su totalidad, es entendernos a nosotros mismos.

“Disenso” es la parodia de la realidad que mueve a las sociedades de muchos países, pero sobre todo a los latinos, causas radicalmente distorsionadas con un discurso caduco que siguen rigiendo al pueblo.

 “Valor”,  “Apego”, “Odio”, “Plenitud” e “Historia” son relatos perfectos derivados de la palabra, de una sola palabra con el poder de desplegar el contenido de su fuerza a través de representaciones precisas descritas por un imaginario perfecto.

Las láminas, que forman parte de este repertorio a manera de recuadros con dos o tres líneas, son pequeños universos que lo mismo pueden contener el terror que la esperanza, específicamente “(Lámina 201 de Auko)” y “(Lámina 1229 de Auko)”.

 “La paz” y “La memoria” son relatos que se contraponen, el primero elogiando la magia del olvido, experimentando la existencia sin precedentes, y el segundo vanagloriándose en los recuerdos intactos de una memoria que se posterga a través de la escritura.

“La vergüenza” es la descripción del infierno en la tierra, una consciencia que cobra formas y espacios que conviven con sus creadores hasta colmar sus vidas e impedir que vivan sin recordar sus peores errores.

Esta gente del mundo, tan diversa en sus nombres y definiciones como en sus prácticas y creencias, no nos es más ajena que cualquier persona que habite del otro lado del globo terráqueo. Gente del mundo está conformado de pensamientos náufragos, lanzados en botellas de vidrio esperando al lector adecuado. Y resulta que ese lector está en cada uno de nosotros.

El sitio web de Chimal es Las historias y en el pueden encontrar reseñas literarias, fascinantes cuentos de otros autores, e incluso un concurso de microficción mensual y diversos textos más.

Dato importante: tras las últimas problemáticas de la literatura realista con la literatura fantástica el autor, en esta entrevista con Carmen Aristegui, contundentemente define qué es lo que en realidad sucede:


¿De qué manera la fantasía dialoga con el presente?

Cualquier obra de imaginación fantástica dialoga con el presente. 
Primero, porque está escrita por alguien que vive en un contexto real. 
Por muy estrafalario que sea el libro fue realizado por alguien común. 
Segundo, algunas de las obras de quienes se imaginan las cosas de otra manera, 
sí pueden observar la realidad de lado o por reflejo, más que por lo inmediato. 
Hay literatura de género que alcanza a decir cosas que el realismo no dice. 
El realismo tiene ciertas capacidades, lo mismo sucede con la imaginación fantástica 
que puede ver aspectos ocultos. Creo que ambas vertientes son complementarias.


Pueden adquirir Gente del mundo en Gandhi o El Péndulo.

También pueden descargar el libro 83 novelas, de su autoría, en este enlace.

Para finalizar, transcribo las frases más contundentes y representativas de las vidas de esta gente:

“(…) han tenido que fingirse espectros, o fugitivos del mundo de los sueños (…)” P. 15

“(…) sólo se dejan ver cuando arrojan al vacío, desde los riscos más inaccesibles, a sus niños recién nacidos.” P. 16

“En sus lápidas, talladas toscamente por ellos mismos, están estas palabras: ‘No queda ni la esperanza de su  vuelta’.” P. 18

“La raíz de su credo es la noción de la indignidad de los hombres, la altura ínfima que les corresponde en la escala del mundo (…)” P. 32

“Piedras y diamantes, astillas y sedas, ratas muertas y sabrosos frutos: todo es para ellos igualmente precioso.” P. 35

“Ninguno entre ellos, se dice, ha conseguido aún reproducir la última Cortesía de Eibro, que él insinuó tan sólo en sus cuadernos y por la cual un cuerpo moribundo podría ser convencido, si se tiene paciencia, de no dejar escapar al espíritu.” P. 58

“Sólo han fracasado en la búsqueda del Nombre Final, que se revela en el momento de la muerte y es uno para todas las criaturas y todas las cosas.” P. 62

“Grande es el dolor de quienes los ven marcharse; casi nunca regresan.” P. 65

“Creen sólo en esa clase de magia que excluye a los demás (…)” P. 73

“(…) estamos cerca ya de haber agotado las empresas humanas, de haber descubierto todo lo que estaba por descubrirse, de haber dicho todo lo que es dable decir.” P. 87

“(…) podrían cambiar el universo desde su principio y hacer ‘que siempre hubiera sido más amable, más triste, o más cruel, sin que nadie sospechara que una vez, de algún modo, fue diferente’.” P. 91

“(…) y el resto de la gente del mundo sólo merece su desdén.” P. 92

“Nada sino el sonido de la boca, dicen, delata la presencia de los hombres a los ciegos espíritus del mal (…)” P. 101

“Al abrir el cuarto secreto de una casa, cerrado por generaciones, se encuentran adentro, abrazados, los cadáveres de dos pequeñas niñas que habían desaparecido pocos días antes. No hay signo de violencia ni huella alguna en el polvo de siglos.” P. 104

“(…) el recorrido por el mundo y sus habitantes podría ser todo una mera ficción (…)” P. 115 

“(…) y pudo levantar la vista y admirarse y rechazar la locura y la muerte. Allí dijo: Quiero vivir.” P. 120


“Las palabras estaban dichas y las palabras pesan y son ciertas.” P. 121

lunes, 20 de octubre de 2014

Irreverencias maravillosas: Terror y fascinación, la dualidad en lo ignorado



El texto de este mes para mi columna mensual, Irreverencias maravillosas, de la Revista VozEd, está dedicado a una pseudociencia que ha maravillado al ser humano desde tiempos remotos: la criptozoología.

Pueden leer una versión más corta (directamente en la revista) en este enlace.


Terror y fascinación, la dualidad en lo ignorado

La criptozoología –o estudio de los animales ocultos, por su etimología griega– es una pseudociencia (pues no cumple con un método científico ni evidencias o teorías científicas) que investiga y realiza búsquedas de los animales que no han sido clasificados porque no se ha comprobado su existencia, aquellos que se han determinado extintos e incluso de seres mitológicos. Estas criaturas reciben el nombre de críptidos y la evidencia recabada en torno a ellos pocas veces es auténtica, pues en su mayoría son avistamientos que no pueden ser corroborados, así como imágenes de mala calidad o alteradas. Una característica importante es que deben ser parte del folclore de alguna población a través de la tradición oral.

Actualmente es mucho mayor el riesgo de ser engañados gracias a los múltiples adelantos tecnológicos. Uno de los estafadores más conocidos es Rick Dyer, un fanático de Pie grande que ha tenido múltiples problemas legales, el más reciente por vender videos en Internet donde aparentemente captura a dicho espécimen.

La taxidermia está ligada a este estudio debido a los diversos procesos que utiliza para  modificar y realizar uniones antinaturales de los cuerpos tratados, como la sirena de Barnum o de Fiji (1842), cuyo descubrimiento causó gran furor al referirse a ella como el descubrimiento de una belleza acuática única, cuando en realidad era la unión de la cabeza y parte superior de un mono con la cola de un salmón disecado. Después de varios casos más como estos, cuando en 1798 John Hunter descubrió al ornitorrinco, la gente pensó que se trataba de otra estafa, pues parecía más el cuerpo de un mamífero pequeño unido al pico y patas de un pato que una especie nueva y real. Cuadrúpedos alados, aves con dos o tres cabezas y seres con extremidades extras forman parte del compendio anterior.


Newspaper Clippings from The Los Angeles Herald, advertising my amazing and curious specimen


Algunas de los críptidos más conocidos son los siguientes: el Yeti, Pie grande, el monstruo del lago Ness (Nessy), serpientes marinas gigantes, vampiros, humanoides, sirenas, o el Kraken (que no debe confundirse con los calamares gigantes).


 Photo by Peter A. Macnab, Urquhart Bay (1955)


En lengua inglesa hay múltiples páginas dedicadas a la criptozoología e incluso un museo internacional en Portland, Maine. Hay también cerca de 400 libros en esta lengua y temática, publicados a partir de 1915, como The Book of the Damned (1919) de Charle Fort, Stranger Than Science (1959) de Frank Edwards, Searching for Hidden Animals: An Inquiry into Zoological Mysteries (1980) de  Roy P. MacKal, A Dictionary of Cryptozoology (2004) de Ronan Coghlan o Sea Monsters on Medieval and Renaissance Maps (2013) de Chet Van Duze, que contienen un sinfín de ilustraciones y fotografías asombrosas. En español, son muy pocas las publicaciones al respecto, entre ellas El gran libro de la criptozoología (2008) de Gustavo Sánchez Romero, David Heylen y José Gregorio González.

En cuanto a la literatura fantástica, existen tres obras fascinantes: El libro de los seres imaginarios (1957) de Jorge Luis Borges en colaboración con Margarita Guerrero, donde hablan sobre más de 80 seres que han existido en parte del imaginario de los seres humanos desde tiempos recónditos, en cuyo prólogo él mismo afirma:

Nos hemos atenido, sin embargo, a lo que inmediatamente sugiere la locución "seres imaginarios", hemos compilado un manual de los extraños entes que ha engendrado, a lo largo del tiempo y del espacio, la fantasía de los hombres.

Bestiario (1959) de Juan José Arreola es una obra en la que, a través del análisis del comportamiento de ciertas criaturas, el autor logra analogías con los seres humanos. El título tiene claras reminiscencias de los bestiarios de la edad media (bestiarum vocabulum), una especie de manual ilustrado de animales y plantas con la respectiva historia y explicación de su existencia. Después surgieron los bestiarios mitológicos (s. XII), en lo que reunían a diferentes seres mitológicos y animales ficticios o monstruosos. Por otro lado, Bestiario (1951), el primer libro de cuento de Julio Cortázar, no tiene que ver con críptidos en absoluto.


Página de Historiae Animalium  (1575) de Konrad Gesner (tomada de Gesner bestiary)


El mundo es inmenso y desde hace millones de años han existido en él infinidad de criaturas y seres vivos, por lo que resultaría extraño es que ningún críptido existiera. Actualmente, sólo el 15% de las especies vivas han sido catalogadas. Vivimos en un planeta donde es mucho más probable que una especie desconocida se extinga antes de ser descubierta y logre ser catalogada, en un planeta donde (según un estudio publicado hace unas semanas en la revista PLoS Biology), entre los 5 reinos de la naturaleza, existen 8.7 millones de especies coexistiendo y de las cuales la ciencia sólo tiene conocimiento de 1.2 millones. Con estas estadísticas, quizá es más probable que la raza humana se extinga antes de conocer al menos la mitad de estas especies, gracias a su nefasta tendencia por buscar y exterminar todo aquello que sea diferente, todo lo desconocido e incluso su propio hogar.

Existen infinidad de criaturas a las que las leyendas e historias de estos míticos seres les quedarían cortas, algunos de los cuales han sido descubiertos recientemente: el pez de cabeza transparente, el calamar vampiro o la mantis marina.


 Vampire squid by Steve Haddock/Monterey Bay Aquarium Research Institute



Mantis Shrimp by Roy Caldwell


Los críptidos son seres fascinantes que, a pesar de que no se pueda justificar su existencia, son seres sobre los que se han construido infinidad de impresionantes historias que han vivido en la imaginación del hombre muy probablemente desde que tuvo la capacidad de relatar oralmente, y que no se extinguirán mientras que la imaginación y curiosidad del ser humano no sean suprimidas.