domingo, 31 de julio de 2016

Mariposas - Samanta Schweblin (cuento)





Mariposas


Ya vas a ver qué lindo vestido tiene hoy la mía, le dice Calderón a Gorriti, le queda tan bien con esos ojos almendrados, por el color, viste; y esos piecitos... Están junto al resto de los padres, esperan ansiosos la salida de sus hijos. Calderón habla pero Gorriti sólo mira las puertas todavía cerradas. Vas a ver, dice Calderón, quedate acá, hay que quedarse cerca porque ya salen. ¿Y el tuyo cómo va? El otro hace un gesto de dolor y se señala los dientes. No me digás, dice Calderón. ¿Y le hiciste el cuento de los ratones...? Ah, no; con la mía no se puede, es demasiado inteligente. Gorriti mira el reloj. En cualquier momento se abren las puertas y los chicos salen disparados, riendo a gritos en un tumulto de colores, a veces manchados de témpera, o de chocolate. Pero por alguna razón, el timbre se retrasa. Los padres esperan. Una mariposa se posa en el brazo de Calderón, que se apura a atraparla. La mariposa lucha por escapar, pero él une las alas y la sostiene de las puntas. Aprieta fuerte para que no se le escape. Vas a ver cuando la vea, le dice a Gorriti sacudiéndola, le va a encantar. Pero aprieta tanto que empieza a sentir que las puntas se empastan. Desliza los dedos hacia abajo y comprueba que la ha marcado. La mariposa intenta soltarse, se sacude y una de las alas se abre al medio como un papel. Calderón lo lamenta, intenta inmovilizarla para ver bien los daños, pero termina por quedarse con parte del ala pegada a uno de los dedos. Gorriti lo mira con asco y niega, le hace un gesto para que la tire. Calderón la suelta. La mariposa cae al piso. Se mueve con torpeza, intenta volar pero ya no puede. Al fin se queda quieta, sacude cada tanto una de sus alas, pero ya no intenta nada más. Gorriti le dice que termine con eso de una vez y él, por el propio bien de la mariposa por supuesto, la pisa con firmeza. No alcanza a apartar el pie cuando advierte que algo extraño sucede. Mira hacia las puertas y entonces, como si un viento repentino hubiese violado las cerraduras, las puertas se abren, y cientos de mariposas de todos los colores y tamaños se abalanzan sobre los padres que esperan. Piensa si irán a atacarlo, tal vez piensa que va a morir. Los otros padres no parecen asustarse; las mariposas sólo revolotean entre ellos. Una última cruza rezagada y se une al resto. Calderón se queda mirando las puertas abiertas, y tras los vidrios del hall central, las salas silenciosas. Algunos padres todavía se amontonan frente a las puertas y gritan los nombres de sus hijos. Entonces las mariposas, todas ellas en pocos segundos, se alejan volando en distintas direcciones. Los padres intentan atraparlas. Calderón, en cambio, permanece inmóvil. No se anima a apartar el pie de la que ha matado, teme, quizá, reconocer en sus alas muertas, los colores de la suya.

sábado, 30 de julio de 2016

Charles Bukowski - The Pleasures of the Damned




The Pleasures of the Damned. Poems, 1951-1993 (HarperCollins, 2007) de Charles Bukowski, reúne los poemas más representativos del prolífico autor en más de quinientas páginas.

El libro fue editado por John Martin (quien fue su amigo cercano, lo asesoró durante décadas y lo convenció de dedicarse por completo a la escritura), mismo que ha sido criticado por las modificaciones que realizó a los textos que se publicaron tras la muerte del autor (89 en este libro), pero cabe señalar que Martin es, probablemente, su lector más asiduo y quien más conoce su obra. 

En un artículo sobre la poesía americana del siglo XX, Michael Basinski se refirió a los poemas de Bukowski como «viñetas narrativas» que reflejaban lo absurdo de la sociedad americana.

Los poemas de Bukowski son biográficos, en ellos representa lo cotidiano con un lenguaje simple pero peculiar, crea composiciones con experiencias y situaciones comunes en su vida diaria, formando una especie de diario en el que documentó con su percepción particular específicamente lo insoportable de la existencia misma. Aunque registró lo melancólico y lo angustiante, también hay en ellos algunos destellos de felicidad y satisfacción, justo como ocurre en la vida misma.

A pesar de la aparente sencillez de sus versos libres y lo incómodo de su contenido, plasmó para la posteridad testimonios inquietantes, emotivos y líricos. Bukowski exhibe en estas letras su vulnerabilidad y una sorprendente sensibilidad.

Por extraño que parezca, «So you want to be a writer», publicado en Sifting Through the Madness for the Word, the Line, the Way: New Poems tres años antes que esta compilación, no aparece aquí. Vuelvo a compartirlo en video porque este repertorio de advertencias es simplemente maravilloso, y escucharlo es un recordatorio de lo fascinante que es la creación literaria.














Otro de mis videos favoritos sobre textos de este autor es el titulado «All the way», que no es un poema, sino un fragmento de su novela Factotum, publicada en 1975, pero que habla también sobre la creación y la dedicación que implica.








La siguientes son algunas frases que tomé del libro y que podrían funcionar como una especie de aforismos.


He burned away in sleep


jump
while you
can.


I felt better when everything was in
disorder.


and then she would smile, to show me how, and it was the
saddest smile I ever saw.


what I will become
what I have become
frightens me.


a writer who can’t write any
more is dead.


it’s always early enough to die and
it’s always too late.


men who walk as if melody had never been invented.


it’s all quite dramatic and I enjoy it.


mercy, I think, doesn’t the human race know anything about mercy?


it’s a lonely world
of frightened people,
just as it has always
been.


if there is light
it will find
you.


yet the dead are not ugly
but the near-dead surely
are
most
surely are.


and the room is black
as everything has always been.


but we joke and laugh
otherwise we would start
screaming.


(I can’t go on. I don’t belong here.)


my stories were jagged, harsh, with self-inflicted wounds.


I realize hell is only what we
create.


I’m glad when they arrive
and I’m glad when they leave.


there is somethings wrong with me
besides
melancholia.


stay away from god
remain disturbed.


what matter most is
how well you
walk through the
fire.


Por cierto, «Goldfish», publicado en su libro The roominghouse madrigals en 1988, me recordó «Axolotl», un cuento genial de Cortázar publicado en 1956.

Éstos fueron algunos de mis poemas favoritos: «On the sidewalk and in the sun», «Carson McCullers», «The girls an the birds», «The genius of the Crowd»,  «Eulogy to a hell of a dame», «Oh, yes», «The young lady who lives in Canoga Park», «The genius», «About the PEN conference», «She comes from somewhere», «The last generation», «Poetry», «Goldfish», «The history of a tough motherfucker», «My cats», «Hug the dark», «How is your heart?», y, por supuesto, «The bluebird» (y sí, también es la segunda vez que lo comparto en el blog).








El libro lo pueden comprar en El Péndulo o en Librerías Gandhi.

viernes, 29 de julio de 2016

Irreverencias maravillosas: Los «otros»






El texto de este mes para Irreverencias maravillosas, mi columna mensual en la Revista VozEd, describe brevemente  la teoría queer y las construcciones y convenciones sociales cada vez menos funcionales, como el género. 

La versión completa del texto se encuentra en este enlace



                                                      Los «otros»


El género es una construcción cultural;
por consiguiente, no es el resultado causal del sexo
ni tan aparentemente fijo como el sexo…
Judith Butler

DURANTE LOS 90 emergieron los grupos de militancia «transgenérica» y, con ellos, lo que hoy se conoce como la teoría queer, lo que ayudó al empoderamiento y asunción del derecho a la voz de grupos antes silenciados.
El término inglés queer tiene diversas acepciones, como «singular» o «raro», y fue resignificado por la comunidad gay norteamericana para referirse tanto a sí mismos como a una reflexión de índole postmoderna acerca de este tipo de identidad. Según el dosier «¿Cómo se piensa lo “queer” en América Latina?», publicado en la revista de Ciencias Sociales Íconos de Quito en 2011, «El término queer no es un sinónimo de gay o de homosexual pues cada uno tiene diferentes trayectorias teleológicas, ontológicas y epistemológicas». El concepto queer es, para Latinoamérica, un elemento lingüístico aceptado y no estigmatizado que hace referencia a todas las singularidades genéricas y «que permite observar que el deseo o la sexualidad no son aspectos menos importantes para la comprensión de las sociedades como la economía o la religión», según el citado dosier.


La teoría queer afirma que cualquier rol social impuesto es anómalo y rehúsa las categorías establecidas, pues comprende a cada individuo como un acervo de variaciones culturales y elecciones personales imposibles de jerarquizar entre sí. Esta alteración en los roles ancestrales basada en la reformulación genérica modifica por completo la interpretación de aspectos sociales relacionados con el comportamiento del ser humano, su forma de encarar prácticas vitales y la influencia de esto en sus actividades públicas y privadas. 
Esta teoría enuncia que tanto el concepto de «género» como la filiación e identidad sexual de las personas son consecuencia de construcciones y convenciones sociales en las que sólo existen los roles binarios típicos hombre-mujer instaurados por las instituciones y los sistemas sociales que consolidan la heteronormatividad. Propone que lo que debería existir son diferentes maneras colectivas de ejercer uno o más papeles sexuales en la sociedad e insiste en la identidad como algo individual, promoviendo así la disolución de las reglas establecidas para identificar el sexo biológico más allá de lo físico, buscando la formación de una identidad en una perseverante innovación donde se tenga la libertad para actuar y aceptar a los demás independientemente de sus prácticas. 
Jo B. Paoletti, historiadora de la Universidad de Maryland y autora de Pink and Blue: Telling the Girls From the Boys in America (2011), describe en su libro que, antes 1914, los bebés  eran vestidos con ropa blanca hasta sus primeros años de vida. El mismo año en que estalló la Primer Guerra Mundial varios artículos en revistas y periódicos publicaron que, según las convenciones sociales, el color rosa definía la masculinidad por su afinidad al tono rojo y al poder, y el azul la feminidad por ser un color más suave, especificación que la mercadotécnia y la publicidad se encargaron de difundir. Más de dos décadas después, la selección de colores se invirtió y se convirtió en un estereotipo mundial.



Según las teorías del desarrollo infantil, los niños son conscientes de su sexo a partir de los 3 años de edad, y después de los 6 son conscientes de que es algo que no cambiará. Éste es el rango de edad en el que la publicidad y los juguetes refuerzan los estereotipos de género. You are you es un campamento anual que dura un fin de semana organizado por las familias de niños entre 5 y 12 años con inconformidad de género en diversas ciudades de Estados Unidos, y cuyas sedes son algunos centros de retiros cristianos y judíos. La fotógrafa Lindsay Morris creó, en 2007,  un proyecto homónimo en el que, durante 6 años, se dedicó a fotografiar a los chicos de dicho campamento, mismos a los que ella llama «niños LGBT». Su trabajo ha sido publicado en la revista TIMEGEOMarie Claire y Elle.



Niño del campamento participando en una pasarela rodeada de padres, 
fotografía por Lindsay Morris


Fotografía por Lindsay Morris

JeongMee Yoon es otra fotógrafa cuyo proyecto The Pink and Blue (2005) busca examinar las tendencias y gustos de las familias de diferentes culturas y etnias; cómo se presentan el género y la identidad ante la sociedad y el vínculo del consumismo y el capitalismo con el género. Otro de sus propósitos es mostrar la forma en que los objetos y juguetes populares dirigidos a niñas y niños los predisponen a seguir ciertos comportamientos o a tener ciertos pensamientos, pues los de las niñas son, en general, rosas o morados y tienen qué ver con labores domésticas, la moda, el maquillaje o la maternidad, y los destinados a los niños son generalmente azules o verdes y con frecuencia están relacionados con las ciencias, los objetos bélicos, la construcción o los deportes extremos, lo que fomenta la división de los géneros, afecta en la identidad de los niños e influye en su aprendizaje social.



A partir de 2011, Australia da la opción en su pasaporte de seleccionar el género con una X en lugar de las tradicionales F o M, misma alternativa que empezó a ofrecer Nueva Zelanda a partir del siguiente año. Desde 2013, en Alemania se aprobó una ley que permite a los padres de bebés hermafroditas registrarlos como «indeterminados» para evitar que elijan precipitadamente el género del recién nacido, quien, después de cierta edad, podrá elegir su género o permanecer en la tercera opción, a la que se propone asignarle también la letra X.

Existen diversas y emotivas charlas TED relacionadas con el tema, como «Why is Gender Identity so Important?» de Rikki Arundel, una mujer transgénero que cuestiona la importancia que se le ha asignado al género y diserta, entre otros temas, sobre la «rosificación» (el fenómeno antes mencionado en el que todos los objetos destinados a las mujeres se fabrican en color rosa u otros similares) y los estereotipos rígidos, y finaliza pidiendo respeto para todas las personas independientemente de cualquier particularidad.



Diversas películas retratan la problemática entre sexo y género, entre ellas Glen o Glenda (1953), Mi vida en rosa (1997), Hedwig and the Angry inch (2001), y, la más reciente, The Danish Girl (2016).
El escritor chileno Pedro Lemebel afirmó que «No somos, jugamos, ése es el peligro, en cualquiera puede aparecer la hembra-macho, somos una dualidad elaborada». Dicha declaración puede confirmarse gracias a un estudio realizado por una neurocientífica en Israel a finales de 2015 demostró que, a pesar de que un cerebro masculino tiene algunas características diferentes al femenino, la gran mayoría de los cerebros humanos reúnen estructuras de ambos sexos. 





El hecho social que coloca en una marginación superlativa a todos los grupos que no encajan en la heteronormatividad es indudable, y la búsqueda de éstos, independientemente de la aceptación, es el respeto, una deferencia necesario entre todos los seres humanos.~