domingo, 31 de marzo de 2013

Diario de un genio (1952-1964) – Salvador Dalí







Y, si, en esta época de casi-enanos, el colosal escándalo de haber nacido genio nos permite no ser lapidados como perros o no morir de hambre, sólo a dios se lo deberemos.
Salvador Dalí

Reseña personal: Diario de un genio (1952-1964) de Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech (pintor, grabador y escultor español, 1904-1989) es una autobiografía que reúne poco más de una década de la vida de Dalí en forma de diario personal, tal como el título lo indica. Las entradas no tienen una continuidad establecida y pueden ser desde una o dos líneas hasta páginas completas que describen minuciosamente sus actividades a través del día (incluso las más humanas, las más ordinarias).

Sobre el autor, existe toda una atmósfera de misticismo que lo ha rodeado desde sus primeros años de vida y que seguirá sujeta a su nombre hasta el fin de los días, debido, en parte, a su comportamiento y pensamiento estrafalarios. 

Dalí comenzó en 1922 sus estudios en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, por lo que se fue a vivir a la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde cohabito con la generación del 27, a la que pertenecieron grandes artistas y escritores españoles como Federico García Lorca, Luis Buñuel, Dámaso Alonso, Guillermo de Torre, Alejandro Casona y Manuel Altolaguirre. 

En 1926 fue expulsado de la Academia debido a su conducta insubordinada y viaja a París, donde conoce a Picasso, quien sería su mentor en los siguientes años y fue cuando empezó a usar el distintivo bigote que llevó hasta sus últimos días y de los cuales se encuentra la explicación en Diario de un genio, pues el mismo Dalí dice que "los bigotes constituyen la constante trágica del rostro del hombre" y, a diferencia de los bigotes del autor alemán Nietzsche, los suyos "no serían deprimentes, catastróficos, colmados de música wagneriana y de brumas. Serían afilados, imperialistas, ultrarracionalistas, y apuntando hacia el cielo.”

En 1929 se unió al grupo de los surrealistas, del que fue expulsado cinco años después por ser sus ideologías políticas opuestas a las del grupo, a lo que Dalí respondió atinadamente: “Yo soy el surrealismo”.

En los años que transcurren en el Diario, Dalí vive con Gala en su casa de Port Lligat, en Cadaqués, Gerona (España). Es una casa amplia que cuenta con un muelle y una pequeña embarcación, perteneciente a Gala. A lo largo del libro podemos encontrar algunos dibujos, imágenes y fotografías de diferentes lugares y personas que, junto con la narración, nos transportan 50 años en el tiempo y nos dan un veredicto más fiel que el recuerdo y la imaginación.

En su Diario habla del 'Método paranóico-crítico', el cual creó en la década de 1950 y con el cual trabajaría a partir de entonces, descrito por él mismo como un método espontáneo de conocimiento irracional basado en la objetividad crítica y sistemática de las asociaciones e interpretaciones de fenómenos delirantes” y del cual André Bretón (líder de los surrealistas) opinó que sería de gran utilidad para cualquier actividad artística. El método consistía en apreciar, interpretar y descifrar acontecimientos y obras artísticas a través de un estado paranoico-objetivo que logra una aproximación más reflexiva y trascendente a la que se había logrado llegar en un estado anímico común, sin perturbaciones mentales.

Para Dalí, “El esnobismo consiste en situarse siempre en lugares a los que los demás no tienen acceso, lo cual crea en éstos un sentimiento de inferioridad.” Con esta afirmación hace referencia a la época en que podía entrar a diversos lugares por diferentes motivos y convivir con gente de ideologías y creencias disimiles a las suyas pero a los que asistía por el simple hecho de decir que estuvo ahí y poder decirlo frente a las personas que jamás tendrían accesos a sitios como esos.

Sobre Freud, por quien sentía una gran admiración y a quien conoció personalmente y consideraba como su padre al estar dentro del grupo de los surrealistas, se refiere a él en su libro de la siguiente manera: “Encasillo a Freud sin la menor vacilación en la categoría de los héroes. Ha desplazado, en el aprecio del pueblo judío, al más grande de sus héroes, el que hasta ahora gozaba de mayor prestigio: Moisés.

Una de mis partes favoritas es la cronología de las manzanas históricas, a saber: “La Manzana Del pecado original de Eva, la manzana anatómica de adán, la manzana estética del juicio de París, la manzana de la afectividad de Guillermo Tell, la manzana de la ley de gravedad de Newton y la manzana estructural de Cézanne.” Ese objeto al que no le había otorgado tal importancia y que se encuentra tan presente en la cultura artística y popular.

En el Diario se refleja la personalidad de Dalí, sus reflexiones y opiniones estéticas y técnicas, su afición por Gala, amistades y relaciones sociales, frases realmente inspiradoras o geniales e incluso fragmentos de un tratado de flatulencias como El arte de tirarse pedos o manual del artillero socarrón por el conde de la trompeta , médico del caballo de bronca, para el uso de persona estreñidas. La lectura se torna amena y placentera gracias a la burla mordaz; y la ironía y honestidad (siempre presentes) son el distintivo de la narrativa.

Para Dalí importa mucho más el ingenio, la creatividad y la fantasía que el intelecto: “La inteligencia no hace sino conducirnos hacia las brumas de los matices del escepticismo, y tiene por objeto principal reducirlos a coeficientes de una incertidumbre gastronómica y supergelatinosa, proustiana (...)

También manifiesta que sueña “con un método para curar todas las enfermedades, cuando menos las psicológicas.” Pero me temo que de haberlo encontrado, hubiera sanado su parte de genio y la alienación que nos legó a través de su arte.

De Dalí no conozco mucho, pero este libro (que por cierto me prestaron) fue un muy buen acercamiento a su obra y en específico a la persona y a todo su universo surrealista. Podría pensarse que Dalí creó un personaje, pero después de leer su diario, me convencí de que Dalí es un personaje de tiempo completo o una persona sumamente singular, pero en cualquier caso, de la que no se puede dar un veredicto u opinión sin conocer más a fondo.

Esta autobiografía nos deja ver la parte más humana del artista y es en cierta forma una conversación íntima con él mismo, un acercamiento profundo a su interior y a su mundo personal, sin duda una invitación a su obra artística y a confrontar las suscitadas opiniones en contraste.

Termino con una atinada frase del escritor británico Geroge Orwell sobre la personalidad de Dalí:

Uno debería ser capaz de conservar en la cabeza simultáneamente las ideas de que Dalí era al mismo tiempo un excelente dibujante y un irritante ser humano. La una no invalida, o efectivamente, no afecta a la otra.”
Sólo objetaría que se puede sustituir la palabra 'irritante' por egocéntrico, narcisista o hedonista, pero en cualquier caso, una conducta que hay que realizar con porte, orgullo y naturalidad, justo como lo hacía Dalí.

viernes, 22 de marzo de 2013

El amor nos dio cocodrilos – Joel Flores




Reseña personal: El amor nos dio cocodrilos de Joel Flores (escritor de Zacatecas, México, 1984) fue publicado en 2012 en una edición digita por VozEd Editorial y es el primer libro de relatos del autor, escrito entre el 2007 y 2009 bajo el apoyo del FONCA (México) y la Fundación Antonio Gala (España).

Respecto al autor, es Licenciado en Letras por la Universidad Autónoma de Zacatecas, ha publicado en varios medios impresos y digitales, entre ellos las revistas Tierra adentro y Carátula, y los periódicos La Jornada (México) y El Informador (Nicaragua), y ya tiene un segundo libro de relatos, titulado Rojos semidesierto (que por supuesto tendré que conseguir).

El libro está conformado por siete relatos, disímiles entre sí en cuanto a la problemática central pero siempre semejantes en cuanto a diversas temáticas, como la muerte, el dolor por la pérdida, los distintos trastornos mentales de los personajes y el asombro de lo desconocido o inesperado. El propio título crea una atmósfera que envuelve a todos los relatos, pues en todos ellos se encuentra un tipo de resultado inesperado y cruel de una unión que en principio parecería positiva o que usualmente resuelve sus problemáticas con ayuda externa, pero aquí todo se desarrolla hasta sus últimas consecuencias.

La narrativa, siempre en primera persona, es en partes de corte del realismo sucio y el papel de la ficción es tan ordinario o normal que se conjuga a la perfección con la realidad misma del espacio literario, fusión que crea un universo fantástico impactante y siempre posible, que se debate entre una creación verídica y un acontecimiento meramente onírico.

Para especificar más lo anterior, escribiré sobre cuatro de mis relatos favoritos del libro, empezando por el que le da el título a la compilación: El amor nos dio cocodrilos, en donde una pareja joven adopta un cocodrilo por hijo, que después de un tiempo toma características humanas como el habla, la maldad y los celos. Esto por supuesto no puede llevar a ningún buen término y el final de la historia es tan sorprendente como inesperado.

En Hector Foley, es precisamente como lo refiere el autor en la misma historia: El espectador busca lo que no se oculta, lo que le hace ver nuestra jodida realidad.”  Es una descripción cruda del contexto de un psicópata libre en la sociedad, como tantos, con altibajos de autoestima y que se sabe perdido en una sociedad donde no encaja, pero que no por eso debe ser él quien  abdique del mundo.

El visitante es un cuento de narrativa daviliana, en el que Flores deja confirmada su admiración por la escritora también zacatecana Amparo Dávila, una de mis escritoras favoritas y por quien conocí a Flores, pues buscando información sobre ella, encontré el blog del escritor, donde encontré un relato de hace algunos años inspirado en nuestra mentora, logré ponerme en contacto con él y descubrí su obra más actual y todo lo que hay por aprender. Este cuento se desarrolla en un espacio cerrado y rodeado de peligro, el problema es cuando parte de ese peligro logra entrar por una invitación y el terror entonces se convierte en algo contundente pero psicológico, no físico. Y este es un terror mucho más angustiante.

Por último, Hiperbólico, un cuento narrado a través de la voz de un escritor (detalle singular) que realiza su declaración a otro escritor, para que pueda transcribir su historia y la de a conocer fuera del lugar donde se encuentran, pero sin cambios o alteraciones. Es el cuento del que más tengo que decir.

El escritor, acusado y sentenciado, le dice entonces al otro escritor:

“Si usted quiere ser de verdad un escritor le tengo que dar dos claves para que lo logre. Primera: no haga caso del canto de las sirenas. O usted enséñeles a cantar a su ritmo. Segunda: intuición, caballero, para todo la intuición. No sólo en lo que escriba, sino en lo que le cuenta a la gente y en lo que la gente le cuenta a usted.”

Enseñarlas a cantar a nuestro ritmo es poder escribir cuando se quiera hacer, no sólo cuando la “inspiración” nos visite. Hacerla venir, hacerla llegar.

“Yo, fiel amante de la literatura y de la idea de renovar el canon literario, maté a cuatro inocentes y lo volvería hacer si es necesario.” Me hizo recordar también una pregunta que alguna vez me hicieron: ¿se puede escribir de lo que no has vivido/experimentado? A lo que sin dudar contesté que no… para darme cuenta, unos minutos después, de mi garrafal error. Claro que puedes escribir de lo que no has vivido, de hecho la mayoría de la literatura de ficción está construida por sucesos que jamás han sucedido y poco probables de ocurrir, pero fundados o basados en lo mínimo en hechos o experiencias reales, asimiladas en otras fantásticas, para tales efectos. Claro que puedes escribir de lo que no has experimentado y sobre todo cuando ese algo supone o conlleva problemas legales, científicos o físicos, rompe o va en contra de alguna ley natural o civil y por tanto es ilegal. En este relato, el escritor necesita realizar el acto del que tanto escribe pero no ha realizado, pues a través de la experiencia real podrá llegar a ese objetivo final  de la manera más acertada posible, para poder concluir monumentalmente su obra literaria:“Recordé que mis historias podían ser famosas por el escándalo que podían provocar. Estaba seguro que renovaría muchas de las percepciones que se tienen sobre la literatura y su creación.” Y es así como a través de un personaje, encontramos al escritor abogando por una literatura diferente, fuera del canon literario establecido, una literatura distinta y nueva, como la suya.

Tengo una afinidad muy grande del tipo “yo quiero escribir algo así” con estas historias, y en algunas partes tuve que releer párrafos o líneas completas tres o cuatro veces, debido a lo impactante del suceso o la declaración.

Los finales abiertos dejan una especulación muy grande y deseos de saber qué pasa después, cómo se soluciona el conflicto o saber las respuestas de las incógnitas ya hechas. Respuestas y soluciones que cada quien tratará de hacer mental e individualmente, y aún si se dejan en una interrogante eterna (como ha dejado algunos el autor), los cuentos, sus problemáticas y revelaciones ya habrán sido apropiados por el lector con el simple hecho de haberlos leído.

A los afines a la literatura de ficción y suspenso queda más que recomendado, para aquellos que después de leer esta reseña tengan dudas o quieran resolver el misterio de las historias, también.

Y para aquellos puristas del lenguaje (grupo del que debo confesar que yo formaba parte hasta hace unos años) sólo les digo lo que se afirma en el libro: “Uno debe empuercar el lenguaje para hacer literatura”.

Dejo el enlace del blog del autor, donde podrán encontrar artículos y más material escrito por él, incluido el cuento El huesped y su contacto en facebook:

http://bunker84.blogspot.mx/search/label/cuentos

El e-book lo pueden comprar en Amazon, a través del siguiente enlace:

viernes, 15 de marzo de 2013

Roba como un artista – Austin Kleon




Reseña personal: Roba como un artista (Las 10 cosas que nadie te ha dicho acerca de ser creativo) de Austin Kleon (descrito en su página como un joven escritor que dibuja y que vive en Austin, Texas) es un libro publicado en 2012 y es un manual o compendio ilustrado (y bastante didáctico) para desarrollar la creatividad a través del desarrollo de 10 premisas que se encuentran justo en la contraportada:

  1. Roba como un artista
  2. No esperes saber quién eres para poner las cosas en marcha
  3. Escribe el libro que quieres leer
  4. Usa tus manos
  5. Los proyectos extras y los hobbies son importantes
  6. El secreto: haz un buen trabajo y compártelo
  7. La geografía ya no manda
  8. Sé amable. (El mundo es un pañuelo)
  9. Sé aburrido. (Es la única forma de trabajar)
  10. Creatividad también es restar

Vi este libro en alguna librería y me llamó la atención precisamente por el título y la contraportada, que es todo lo que necesita un libro que está hecho para venderse (pues finalmente, no todos los best-sellers son basura).

Algún tiempo después, lo compré para un regalo, y finalmente hoy lo leí. Al ser un tipo de álbum ilustrado, su lectura es muy ligera, y su narración testimonial hace sencillo el seguimiento de las ideas del autor y sus consejos. Es precisamente esta forma de llevar a cabo la obra la que le da un toque bastante personal y asequible para la mayoría del público, pues utiliza un lenguaje común y es una guía que incluso el autor recomienda desde las primeras páginas para cualquier persona (utilizando un 'debería' en cursivas bastante respetuoso):

Las ideas aplican para cualquiera que trate de inyectar
creatividad en su vida y en su trabajo. (Eso debería
describirnos a todos.)

En otras palabras: este libro es para ti.
Seas quien seas y hagas lo que hagas.


El libro está plagado de referencias literarias, musicales y artísticas, que le dan un toque de legitimación a los consejos derivados de las experiencias de Kleon a través de su vida como creador y artista.

Las fotografías se intercalan con imágenes o dibujos alterados digitalmente, lo que da cuenta de un trabajo manual y nos lleva también a uno de los consejos del autor: en esta época digital hay que trabajar con las manos y el cuerpo, no solamente con la mente.

No describiré de qué trata cada uno de los pasos, pero haré una evocación de los consejos que me parecieron más importantes y útiles, pues como bien dice Kleon al finalizar el libro:

Algunos consejos pueden
resultar un vicio.
Tómate la libertad de elegir
lo que te sirve y dejar
lo demás.
No hay reglas.


Así que quizá lo que a mí me sirve, no le servirá a alguien más, y viceversa. No describir aquí todos los consejos del libro es en cierta forma un incentivo para que quien no lo ha leído se sienta tentado a hacerlo.


Bien, pues yo me quedo con los siguientes:

  • Traer siempre papel y lápiz, puede ser una libreta, hojas sueltas o cualquier lugar en el que se pueda escribir y conservar la idea, al menos, hasta pasarla a un lugar más seguro.

  • Crear un “archivo morgue”, que es un archivo (físico o digital) donde guardaremos todo aquello que nos inspire a crear, ya sean textos, imágenes, fotografías, pinturas o cualquier cosa que al ver o leer nos impulse a crear algo. Se llama “archivo morgue” precisamente porque de ahí se rescataran o 'resucitan' documentos 'muertos' (sin rango específico de tiempo) que estén guardados ahí.

  • Crear un árbol genealógico personal, pero de quienes admiramos o nos inspiran. Este árbol se hará en manera ascendente y a cada una de esas personas le precederán tres personas más, y así, hasta llegar a la última influencia de todas ellas, o al menos, en lo posible.
    En mi caso, uno de los tres primeros sin duda sería Jorge Luis Borges, y sobre él estarían Alfonso Reyes, Quevedo y Hitchcock; otro sería Horacio Quiroga, y sobre él Edgar Allan Poe, Leopoldo Lugones y Alfonsina Storni; y el tercero podría ser Bioy Casares, y sobre el George Wells, Robert Louis Stevenson y Dante Alighieri.Y así sucesivamente. Kleon recomienda una investigación y lectura amplia sobre cada persona que integre nuestro árbol genealógico personal, y después de haberlo logrado, otorgarle las raíces necesarias a partir de nuestra creación.

  • Aquí debo aclarar entonces a que se refiere con 'robar', porque puede ser confuso desde un principio. La trillada frase “No hay nada nuevo bajo el sol” es una cita bíblica y resume a la perfección lo que Kleon quiere decir: no se puede crear nada nuevo. Todo y todos tienen influencias de algo o alguien más en mayor o menor medida. Lo que se debe hacer es crear algo a partir de lo ya existente pero con un toque personal, con eso que lo hará diferente a todas las demás creaciones. Robamos de nuestros maestros o artistas favoritos porque usamos sus creaciones para crear las nuestras, por mínima que sea su influencia. Esto no es para nada algo malo, es lo más común, pero lo que debemos hacer es aceptar esta influencia y en algún punto de nuestras obras, llegar a descubrir quienes somos en realidad:
Piensa en tu obra de arte favorita y en tus héroes creativos.
¿Qué les falta? ¿Hay algo que no lograron? ¿Qué podría
mejorar? Si siguieran vivos, ¿qué estarían haciendo ahora? Si
se reunieran todos tus creadores favoritos y colaboraran, ¿qué
obra crearían contigo a la cabeza del equipo?

Ve y haz justo eso.

El manifiesto es éste: dibuja el arte que quieres ver, empieza
el negocio que quieres administrar, toca la música que quieres
oír, escribe los libros que quieres leer, crea los productos que
quieres usar. Haz el trabajo que quieres que se haga.

  • Tener dos escritorios o dividir la zona de trabajo: una estación digital (aparatos electrónicos de todo tipo) y una estación análoga para trabajar directamente con las manos (hojas de papel, tijeras, periódicos y revistas, plumas y lápices).

  • No realizar sólo un tipo de actividad, pues la combinación perfecta para actividades intelectuales o mentales son los ejercicios físicos. Hacer cosas o hobbies diferentes mantiene activadas diversas conexiones neuronales, y realizar acciones diferentes creará nuevas conexiones. El ejercicio físico es un buena opción para las personas que realizan la mayoría de sus actividades con la mente, pues libera una sustancia llamada serotonina, tema sobre el cual les recomiendo un artículo de Joel Flores (un escritor también joven y mexicano), titulado 'Raros rituales y procesos de escritura':

  • Con incomodar la zona de confort, Kleon se refiere a que es bueno e incluso deseado viajar, pues cambiar nuestro contexto social (aún por unos días) es esencial para vivir nuevas experiencias y ver el mundo a través de otra cultura. No hay que cambiar de país, incluso en una ciudad aledaña a la nuestra podemos percibir esto, o en algunos de sus municipios.

  • Uno de los temas que desarrolla a partir de la premisa 7 me dejó con una sonrisa, lleva por subtitulo Construye tu propio mundo y transcribo aquí algunas líneas:

Diría que el 90% de mis mentores y compañeros no viven en
Austin. Viven en todos lados. Los conozco por internet. Lo
que quiere decir que la mayoría de mis pensamientos y mis
conversaciones relacionadas con arte, ocurren en línea. En vez
de una escena artística geográfica, tengo amigos de Twitter y
Google Reader.

Así que recomiendo fan mail público. Internet es genial para
esto. Escribe un post en tu blog acerca del trabajo de alguien
que admiras y pon un enlace directo a su página de internet.
Haz algo y dedícalo a tu héroe...

Quizá tu héroe vea tu trabajo, quizá no. Quizá te responda,
quizá no. Lo importante es que muestres tu aprecio sin esperar
nada a cambio, y encuentres nueva inspiración.

No puedo evitar comentar que yo he escrito algunos fan mail a mis héroes vivos y he tenido la grandiosa fortuna de que me han respondido. Que alguien que admiras se tome un tiempo para responderte o hablar contigo algunos minutos, es algo tan valioso como haberlos conocido a través de su obra. Kleon alienta a hacer cosas para y por las personas a las que admiramos, aunque no sea principalmente contactarlas o solicitar su aprobación sobre nuestro trabajo.


Al leer todo lo que he escrito, sólo les puedo asegurar que el libro está construido por muchas más recomendaciones y sugerencias interesantes, pero dejaré que las descubran por ustedes mismos.

viernes, 8 de marzo de 2013

La Celestina – Fernando de Rojas




René Descartes afirmó que «Leer buenos libros es como conversar con las mejores mentes del pasado», y no pudo expresarse mejor en cuanto a los clásicos.

La Celestina es una popular obra atribuida a Fernando de Rojas (dramaturgo español, ca. 1470-1541), cuyo título original fue Comedia de Calisto y Melibea (compuesta por 16 actos), de la que pocos años después surgió otra versión titulada Tragicomedia de Calisto y Melibea (compuesta por 21 actos). Es una obra híbrida y de transición entre la Edad Media y el Renacimiento publicada durante el último año del siglo XV y que, gracias a sus aciertos estéticos, al carácter psicológico de sus personajes y a su originalidad, constituye una de las bases sobre las que se estableció el nacimiento de la novela y el teatro dentro de la literatura clásica española. Compara y confronta muy hábilmente idealismo y egoísmo, sabiduría y locura y mesura y procacidad en el mismo registro lingüístico de la época.

En el agitado y feroz contexto histórico de esta obra, el de un país en plena transición hacia el Renacimiento en el que el humanismo se abría paso tras la publicación de la primera Gramática castellana, destaca la unificación de la península ibérica y la imposición del cristianismo, lo que culminó con la Inquisición (de la que fue víctima, entre tantas otras, la propia familia de De Rojas).

Tres son los personajes protagónicos: Celestina, una mujer mayor, hedonista consumada, usurera lujuriosa y codiciosa que goza del poder de convencimiento que ha adquirido a través de la experiencia de los muchos años ejerciendo su oficio. El segundo es Melibea: una sumisa doncella, hermosa y joven, que pertenece a una familia acaudalada y poderosa, que ignora los placeres corporales y los sentimientos amorosos. El tercero es Calisto: un atractivo, egocéntrico y desenfrenado joven de buena posición social acostumbrado a saciar cualquier capricho y a obtener siempre, a cualquier costo, lo que desea.

Calisto, después de un encuentro inesperado con Melibea, no logra olvidarla y anhela tener un idilio con ella, pues ha nacido en él el vigoroso y lacerante sentimiento del amor: «Si tú sintieses mi dolor, con otra agua rociarías aquella ardiente llaga que la cruel flecha de Cupido me ha causado… esta mi pena y fluctuoso dolor no se rige por razón, no quiere avisos, carece de consejo…». Bajo esta desesperación, ignorada al parecer por Melibea, Calisto contrata los servicios de Celestina, quien hará todo lo posible para que Melibea tenga un encuentro íntimo con Calisto. Aunque en la obra no se habla explícitamente de que exista un impedimento para que puedan estar juntos, los padres de Melibea han planeado ya quién será su esposo, según algunas conveniencias sociales y económicas para la familia.

Finalmente, tras algunas visitas y regalos de Celestina a Melibea, quien en un principio se muestra renuente a la petición de conocer a Calisto, accede a las peticiones de Celestina y consiente una cita con Calisto. La sensualidad despierta en ella mediante las palabras fuertes pero dulces de Celestina, quien rompe con el yugo moral que la tenía oprimida. Melibea descubre entonces su naturaleza femenina y se sabe ya responsable de su destino. Surge en ella el sentimiento de un amor intenso y una sexualidad opresora que la doblega: «¡Oh género femíneo, encogido y frágil! ¿Por qué no fue también a las hembras concedido poder descubrir su congojoso y ardiente amor, como a los varones? Que ni Calisto viviera quejoso, ni yo penada». Melibea cobra consciencia de las sensaciones de su cuerpo, de su naturaleza femenina y su derecho a la libertad, por lo que decide revelarse y descubrir ese vetado placer. Ahora desea no volver a sentir el yugo de la prohibición de su autonomía.

La fortaleza que le da este sentimiento liberador a Melibea, así como la entrega, la gloria y el placer, son lo que engrandecen al personaje, dándole un toque demasiado humano y que la conduce hacia la inminente tragedia: aquel primer encuentro accidental con Calisto será la ruina de ambos y de muchos más.

Las presiones sobre Melibea son muy fuertes: una sociedad moralista, un amor inconstante y secreto, la amenaza del pecado, el destino ignoto, el azar hostil, la mentira y el engaño. A pesar de lo anterior, es consciente de su madurez y responsabilidad, y consuma sus propios deseos conociendo sus posibles y atroces consecuencias, pues sabe que incurre en una falta muy grave hacia sus padres. El placer se convierte entonces en su dicha y su perdición, la pasión la vuelve más sagaz y le abre la mente a aquella posibilidad que le habían ocultado: el sentimiento perturbador del amor, mismo que Celestina le anticipa y describe de manera acertada y predictiva a Melibea a través de varios oxímoron como «...un fuego escondido, una agradable llaga, un sabroso veneno, una dulce amargura, una delectable dolencia, un alegre tormento, una dulce y fiera herida, una blanda muerte».

A través de la tragicomedia, el personaje de Melibea se transforma de manera inusual, se vuelve valerosa, independiente y destila sensualidad, mientras muestra tres marcadas identidades paulatinas: la de guardada doncella, la de amante placentera y la de la suicida decidida; cambios coherentes con el crecimiento psicológico de su personaje, bien fundamentados y decisivos en su transformación e incluso propiciados por ella misma. La voluptuosidad y el arrebato se unen para iniciar un vuelo raudo y definitivo con un trayecto inalterable.

Calisto y Melibea viven sólo el presente, gozan noches de deleite y se preocupan únicamente por ver llegar la hora en que sus cuerpos se reúnan de nuevo en la oscuridad cómplice de la noche. Al igual que ellos, todos los personajes coinciden en la atracción sexual y el goce de los cuerpos jóvenes y hermosos, pues se saben dentro de un tiempo de vida fugaz y tienen una interacción bastante estrecha con la muerte. Les importa vivir el presente, ya que el destino es desconocido y lo mismo podría ser glorioso que nefasto. Por ello rechazan los conceptos tradicionales de moral y crean su propio código, en el que todo vale para obtener placeres y beneficios propios, lo que alude a la famosa premisa Live fast, die young and have a good-looking corpse! popularizada por la película norteamericana de 1949 Knock On Any Door.

Tras la repentina muerte de Calisto, Melibea opta por quitarse la vida para no seguir formando parte de este juego cruel del destino. Comprende ahora que los seres humanos sólo pueden gozar momentáneamente de la vida y rechaza la suya sin éste. Fiel a sí misma, decide seguir a su amado a través de la fatal transición hacia lo desconocido. Camus explicaría la elección de la muerte no como una evasión, sino como una declaración: «Matarse, en cierto sentido, y como en el melodrama, es confesar. Es confesar que se ha sido sobrepasado por la vida o que no se la comprende. (…) Es solamente confesar que eso ‘no merece la pena’».

La sensualidad de Melibea y su entrega (física y psicológica) son algo inusual en las mujeres de la literatura española de la época, y en las últimas páginas de la obra, Pleberio, su padre, culpa precisamente al amor por la pérdida de su hija: «¿Quién forzó a mi hija a morir, sino la fuerte fuerza del amor? (…) ¡Oh amor, amor! ¡Que no pensé que tenías fuerza ni poder de matar a tus sujetos! (…) Dulce nombre te dieron, amargos hechos haces. Alegra tu sonido, entristece tu trato. La leña que gasta tu llama son almas y vidas de humanas criaturas». Algunos siglos después, Bécquer se referiría a este sentimiento de manera muy similar: «El amor es un misterio. Todo en él son fenómenos a cual más inexplicable; todo en él es ilógico, todo en él es vaguedad y absurdo».

En ese mismo monólogo filosófico, Pleberio reprende a la vida, al amor y al sino, pues ejercen un poder definitivo sobre los indefensos humanos, haciendo de ellos lo que les plazca. Se pregunta el porqué de la vida, e incluso si la única finalidad del hombre es nacer para sufrir y morir, pues incluso las alegrías pasajeras no compensan el inmenso dolor de ver partir a los seres amados ni a la muerte propia. Mediante el pensamiento de que todo lo que es creado tiene que llegar a su fin, aterriza en la afirmación de que la única verdad es que el mundo está desorganizado por completo y que la vida conlleva un inmenso dolor innecesario. Este monólogo recrea el sentimiento del hombre desde tiempos remotos de desconocer el significado de la vida, angustiándose ante el desasosiego y la incertidumbre tanto del futuro como de lo irracional de la propia existencia. 


Existe en la obra un fundamento ideológico muy grande, pues en ella se indagan desde los prejuicios sociales, la indiferencia y el individualismo humano, hasta el breve tiempo de vida que es otorgado a las personas, la fatalidad de la que todos son presa y la eterna duda sobre la existencia de un destino ya predicho o escrito. Como bien lo ha dicho el filósofo francés cuya cita sobre los libros clásicos fue usada para iniciar este texto, «Sería absurdo que nosotros, que somos finitos, tratásemos de determinar las cosas infinitas».