martes, 30 de julio de 2013

La casa de Asterión - Jorge Luis Borges

         
 Jorge Luis Borges fotografiado por Grete Stern (1951).

       Hoy da inicio una nueva sección en el blog: cuentos extraordinarios de diferentes autores. El primer cuento que les presento es La casa de Asterión, de Jorge Luis Borges (escritor argentino, 1899-1986), cuya primera versión apareció primero en Los Anales de Buenos Aires (mayo-junio de 1947) y después fue incluido en El Aleph, ese mismo año, y en cuyo epílogo el autor explica que "A una tela de Watts, pintada en 1896, debo 'La casa de Asterión' y el carácter del pobre protagonista."

        Este es uno de mis cuentos y autores favoritos, por lo que esta sección abre con una pieza extraordinaria. Sin más distracciones, a continuación, el cuento.


La casa de Asterión


Y la reina dio a luz un hijo que se llamó Asterión.
Apolodoro: Biblioteca, III, I.


Sé que me acusan de soberbia y tal vez de misantropía y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito)* están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aquí ni el bizarro aparato de los palacios pero sí la quietud y la soledad. Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la tierra. (Mienten los que declaran que en Egipto hay una parecida). Hasta mis detractores admiten que no hay un solo mueble en la casa. Otra especie ridícula es que yo Asterión, soy un prisionero. ¿Repetiré que no hay una puerta cerrada, añadiré que no hay una cerradura? Por lo demás, algún atardecer he pisado la calle; si antes de la noche volví lo hice por el temor que me infundieron las caras de la plebe, caras descoloridas y aplanadas, como la mano abierta. Ya se había puesto el sol, pero el desvalido llanto de un niño y las toscas plegarias de la grey dijeron que me habían reconocido. La gente oraba, huía, se prosternaba; unos se encaramaban al estilóbato del templo de las Hachas, otros juntaban piedras. Alguno, creo, se ocultó bajo el mar. No en vano fue una reina mi madre; no puedo confundirme con el vulgo aunque mi modestia lo quiera.

El hecho es que soy único. No me interesa lo que un hombre pueda transmitir a otros hombres; como el filósofo pienso que nada es comunicable por el arte de la escritura. Las enojosas y triviales minucias no tienen cabida en mi espíritu, que está capacitado para lo grande; jamás he retenido la diferencia entre una letra y otra. Cierta impaciencia generosa no ha consentido que yo aprendiera a leer. A veces lo deploro, porque las noches y los días son largos.

Claro que no me faltan distracciones. Semejante al carnero que va a embestir, corro por las galerías de piedra hasta rodar al suelo, mareado. Me agazapo a la sombra de un aljibe, o a la vuelta de un corredor y juego a que me buscan. Hay azoteas desde las que me dejo caer, hasta ensangrentarme. A cualquier hora puedo jugar a estar dormido, con los ojos cerrados y la respiración poderosa. (A veces me duermo realmente, a veces ha cambiado el color del día cuando he abierto los ojos.) Pero de tantos juegos el que prefiero es el de otro Asterión. Finjo que viene a visitarme y que yo le muestro la casa. Con grandes reverencias le digo: Ahora volvemos a la encrucijada anterior oAhora desembocamos en otro patio o Bien decía yo que te gustaría la canaleta o Ahora verás una cisterna que se llenó de arena o Ya verás como el sótano se bifurca. A veces me equivoco y nos reímos buenamente los dos.

No sólo he imaginado esos juegos; también he meditado sobre la casa. Todas las partes de la casa están muchas veces, cualquier lugar es otro lugar.

No hay un aljibe, un patio, un abrevadero, un pesebre; son catorce [son infinitos] los pesebres, abrevaderos, patios, aljibes. La casa es del tamaño del mundo; mejor dicho, es el mundo. Sin embargo, a fuerza de fatigar patios con un aljibe y polvorientas galerías de piedra gris he alcanzado la calle y he visto el Templo de las Hachas y el mar. Eso no lo entendí hasta que una visión de la noche me reveló que también son catorce [son infinitos] los mares y los templos. Todo está muchas veces, catorce veces, pero dos cosas hay en el mundo que parecen estar una sola vez: arriba, el intrincado sol; abajo, Asterión. Quizá yo he creado las estrellas y el sol y la enorme casa, pero ya no me acuerdo.

Cada nueve años entran en la casa nueve hombres para que yo los libere de todo mal. Oigo sus pasos o su voz en el fondo de las galerías de piedra y corro alegremente a buscarlos. La ceremonia dura pocos minutos. Uno tras otro caen sin que yo me ensangriente las manos. Donde cayeron quedan, y los cadáveres ayudan a distinguir una galería de las otras. Ignoro quienes son, pero sé que uno de ellos profetizó, en la hora de su muerte, que alguna vez llegaría mi redentor. Desde entonces no me duele la soledad, porque sé que vive mi redentor y al fin se levantará sobre el polvo. Si mi oído alcanzara todos los rumores del mundo, yo percibiría sus pasos. Ojalá me lleve a un lugar con menos galerías y menos puertas. ¿Cómo será mi redentor?, me pregunto. ¿Será un toro o un hombre?

¿Será tal vez un toro con cara de hombre? ¿O será como yo?

El sol de la mañana reverberó en la espada de bronce. Ya no quedaba ni un vestigio de sangre.

-¿Lo creerás Ariadna? -dijo Teseo-. El minotauro apenas se defendió.

A Marta Mosquera Eastman.


* El original dice catorce, pero sobran motivos para inferir que, en boca de Asterión, ese adjetivo numeral vale por infinitos.



miércoles, 24 de julio de 2013

Purga - Sofi Oksanen



Algún día se reconstruiría a sí misma.”
Oksanen en Purga.

Hace unos días recibí, por parte de la revista Yaconic (en la que ahora estaré colaborando con reseñas literarias y donde ya pueden encontrar la de Purga) mi primer libro en físico para comentar. Encontrarán varias cosas interesantes en ella, sobre todo relacionadas con cultura y arte contemporáneos, por lo que recomiendo ampliamente una visita.

Pero antes de comenzar la reseña, les presento a Sofi Oksanen, autora de 'Purga', último libro que leí. Primera escritora que me sorprende por su apariencia (bueno, Bellatin y su prótesis metálica y Pedro Lemebel en sus presentaciones ya me habían asombrado), ha ganado varios premios literarios y actualmente se encuentra en la lista de los mejores autores europeos contemporáneos. El libro me acercó a momentos históricos específicos a través de una narración fuerte y emotiva, con una narrativa característica de sus congéneres pero con un toque personal. La leí sin haberla visto y ha sido una grata sorpresa encontrarme con ella:



Reñesa personal: Purga de Sofi Oksanen (escritora finlandesa, 1977) es una novela publicada en 2008 y que en 2012 se publica en México a través de las editoriales Salamandra y Almadía.

Esta es la tercer novela de la autora y con la que se hizo acreedora, en 2010, al Premio Europeo a la mejor Novela del Año, el Premio de Novela FNAC de Francia, el Premio de Literatura del Consejo Nórdico y un gran número de ventas (que superan los 170.000 ejemplares), gracias a lo cual ha logrado obtener un lugar primordial entre los autores contemporáneos europeos. Fuera de los parámetros de las grandes premiaciones y estratosféricas ventas, siempre habrá que tener un criterio propio para la obra, y en referencia a esto, Purga es una novela que merece lo que ha ganado y puede justificar a la perfección su gran éxito comercial, que no demerita su valor literario.

Oksanen sigue la línea de los autores rusos clásicos, tan próximos a ella geográficamente: el narrador omnisciente y las descripciones minuciosas nos recuerdan que estamos ante una autora rusa, que a través de diferentes técnicas literarias, enriquece tanto la ficción que logra crear una historia tan realista que en ocasiones es difícil imaginar que aquello no haya sucedido en realidad.

Lo innovador de esta autora radica en la ruptura de la forma tradicional de la novela para dar paso a una especie de narración seccionada en entradas de diario, con la respectiva fecha, subtítulo y acontecimientos, que oscilan entre el presente y el pasado, específicamente entre los años de 1949 y 1992. Tres generaciones atrapadas en diferentes problemas que en el fondo siguen siendo los mismos: son presas de aquellos que tienen el poder, sufren el horror a ser descubiertos y se encuentran en una huida constante, al menos dentro de sí mismos. Temen tanto por su propia vida como la de sus seres queridos, y el miedo se hace más grande cuando se trata de una desaparición, pues pierden la certeza de saber ese cuerpo a salvo, al menos a través de la muerte. Toda la historia está permeada por unas inmensas ganas de sobrevivir, a costa de cualquier circunstancia.

Purga es la cruda historia, en una zona rural de Estonia, de dos mujeres unidas a través de algo mucho más fuerte que la simple casualidad, un vínculo consanguíneo que se revela de la manera más estremecedora. Oksanen no escribe emociones, las describe de manera tal que en ocasiones la lectura resulta un fuerte golpe al recuerdo, a esa empatía natural que se tiene por otro ser humano por el simple hecho de ser un semejante, sin importar la raza, el sexo o su condición social. Zara, la más joven, es víctima de la trata de mujeres en Alemania, mientras que Aliide, mayor ya, fue víctima de vejaciones de los militares. Una telaraña fina de amor, celos, mentiras, rivalidad, anhelos, sueños, odio, recuerdos, injusticias y repudio se entreteje gracias a cada personaje y su desarrollo, que aportan más carga íntima conforme se descubren sus disímiles personalidades.

La trama de la novela crece, se entrelaza y todas las cuestiones son explicadas en algún momento. La fuerza de la obra radica en la tercera y cuarta parte del libro, punto a partir del cual resulta casi imposible dejar de leer. La intensidad y la energía de la historia, la conjunción entre los hechos del pasado y del presente, que sitúan la atmósfera en el mismo grado de tensión, son la parte clave de la lectura. La crudeza de los hechos y la fuerza de las imágenes crean una atmósfera tensa, y es precisamente esa particularidad donde reside el dinamismo de la escritora: lograr sensaciones y emociones reales a través de sus letras.

Purga incluso tiene tintes de novela histórica, por los datos fidedignos utilizados en el contexto temporal en el que se desarrolla la obra, pues otorga datos políticos y sociales fidedignos, como la segunda guerra mundial, la brutal invasión comunista, el espionaje y las traiciones propias de tales acontecimientos alarmantes.

Purga es el reflejo de una sociedad marcada por los conflictos bélicos, que llevan diversas problemáticas incluso a lo más íntimo del hogar y la vida privada y que no se marcharán jamás. Purga es precisamente eso, la depuración de personas en Rusia a través de campañas de represión y persecución políticas que se realizaron en la década de los 30 gracias a Stalin. La purga se convierte entonces en una depuración de sentimientos y recuerdos, de vivencias que será imposible olvidar y con las cuales se tiene que vivir, a pesar de todo. Purga es el reflejo de una lucha por la vida en las adversidades más catastróficas y a través de las cuales, finalmente, se debe vivir. Purga es una delación que no se debe pasar por alto y a la que debemos prestar ojos, oídos y corazón para poder entender un presente no muy lejano al nuestro.

Estas son algunas de mis frases favoritas en la novela:

Intentaba imitar la voz que había usado a veces tiempo atrás, cuando se topaba con algún viejo conocido en la tienda o por la calle. Esa voz le resultaba lejana y extraña, impropia del cuerpo del que salía. Le recordaba un mundo al que ya no pertenecía y una casa a la que ya no podía volver.” 
P. 34.

Aguanta ahí. Ayúdame. Desarrolla una historia palabra por palabra. Una buena historia. Una historia que me permita quedarme aquí...” P. 35.

Apartó el tapiz con un dedo y debajo una araña correteó nerviosa. Estuvo a punto de apretar el tapiz para aplastarla, pero recordó que matar una araña significaba la muerte de la madre propia. Acarició el tapiz.” P. 67.

El que desentierra cosas viejas merece que se le clave una astilla en el ojo, aunque sería mejor una estaca.” P. 106.

Algún día se reconstruiría a sí misma.” P. 290

El porte de quienes calzan botas capaces de pisotear cualquier cosa.” P. 329

Nadie de su familia debería haber tenido descendencia. Bastaba con que se hubieran limitado a vivir su propia vida hasta el fin.” P. 351.

domingo, 14 de julio de 2013

Entelequia

 The Chamber of Dry Prodigies - José Hernández


-Hay ausencias que representan un verdadero triunfo
-articuló increíblemente Oliveira.’
Julio Cortázar


Para J.F.


Despierto diario con la misma pregunta en la cabeza. A muchos otros iluminados les había ocurrido lo mismo, ¿por qué no podría formar yo parte de ese grupo? La ficción se ha vuelto la finalidad de mi existencia y la forma oral siempre gana a la escrita, la historia que debo relatar me carcome la mente y no decido dejarla salir, darle vida y traerla al mundo. Pero he de contártela antes.

Sabes que siempre somos ella y yo, con mi eterno síndrome de persecución, pero ahora también están ellos. No importa saber quiénes son, sino lo que hacen; el sentido o sinsentido de sus acciones, de la búsqueda.

Está búsqueda mutua necesaria pero importuna, perseguido y perseguidor que alternan papeles dependiendo la representación. La observación se volvió parte de sus parámetros de selección, una observación escrutadora que no cesa, una especie de Gran hermano de las letras que supervisa el aprovechamiento de tu tiempo. Seres que se ocultan tras un rostro desconocido pero a quienes otorgamos las decisiones sobre nuestro futuro a través de un presente incierto y expectante. Si te da rabia de sólo pensarlo, ahora imagina lo que es vivirlo.

Para acercarme a ellos, nos hemos mudado. En una ciudad nueva es difícil saber el precio de las cosas, sobre todo de la tranquilidad, y hemos perdido la nuestra por un módico precio. Vivir en un cuarto piso en medio de esta selva tiene una única desventaja: los gritos se escuchan todo el tiempo. A diferentes distancias e intensidades, esos llamados incomprensibles a nuestros oídos no tienen significado alguno, pero podrían ser las más desesperadas de las convocaciones. Aullidos que interrumpen el sueño, alaridos que alejan la concentración y clamores que cortan el frenesí, aunque en ocasiones pueden hacer lo contrario.

Ocasionalmente salimos, y al volver, las carrerillas por llegar primero al apartamento resultan siempre de la misma manera: inician en la planta baja, pero de algún modo, ella siempre llega con un piso de antelación, debido a que su planta baja se convierte en el sexto piso, de forma que ella debe bajar solamente dos pisos, mientras yo subo tres. Para ambos, ese cambio de realidades es lo más usual e incluso predecible, una especie de pronóstico de lo anormal como algo ordinario.

Ir pasaporte en mano a cualquier lugar es imprescindible, pues no sabes dónde podrías terminar. Los afortunados, quienes que no vamos más allá de unas cuadras, logramos volver sin dificultad, pero los que osan cancelar sus planes intrascendentes abren posibilidades inimaginadas y hasta ese punto sólo posibles en realidad alternas en su (y quizá alguna otra) mente.

Hemos llegado a un punto en el que no preparar correctamente la calefacción es motivo de una discusión. De una separación momentánea que podría durar días, meses o incluso años. Ya no existen los triángulos amorosos, lo que vivimos ahora son hexágonos o heptágonos, relaciones tanto reales como imaginarias al servicio de la humanidad, vínculos desechables a la menor provocación, pues siempre existirán las sospechas infundadas. Sabes que es tanto el miedo a lidiar con nuestros propios horrores como el de afrontar la verdad.

¿Vienes a mí en busca de un consejo? Abriré una posibilidad que puede resultar peligrosa, por el efecto real que pudiera tener… recuerda que, a través de tu historia, siempre puedes matar a quien quieras.


Lola Ancira, México, 2013.

sábado, 13 de julio de 2013

Presentación tardía

Para mis lectores de la quinta dimensión:

Hace más de un año que escribo en este blog y no había hecho esto, que creo necesario pero había estado postergando. Al iniciar el blog, lo hice de lado y comencé con lo que tenía planeado hacer, directamente: la publicación de uno de mis cuentos.

Hace unos días me recomendaron escribirlo y aquí estoy, dando la bienvenida, 14 meses después. Es “necesaria” porque las buenas justificaciones dan bases firmes y anuncian trayectos al lector (en este caso) e incluso recuerdan objetivos e intenciones que se tengan en mente y no se hayan realizado aún.

Otro de los motivos por el que creo pertinente esta entrada, es por el cariz personal que tienen las reseñas y sobre todo los cuentos, que hasta ahora sólo son de mi autoría, así que haré una breve presentación: soy Lola Ancira, amante de las letras y los mininos (como es fácil adivinar, por el título del blog), me fascina el cuento y la novela de autores tan variados como Borges, Cortázar, Meyrink, Tario, Bradbury, Dávila, Poe, Quiroga, Gorey, Goethe, Chimal, Aira y un gran etcétera. Otro de mis grandes intereses es la creación literaria, específicamente el cuento. He publicado en algunas revistas independientes (digitales e impresas) y estamos trabajando en la edición para la publicación de mi primer libro, de lo que les daré noticias más adelante.

El propósito principal del blog es acercar la literatura a l@s interesad@s a través de reseñas literarias, cuentos que yo he escrito (y próximamente subiré mensualmente cuentos fascinantes de otros autores), entrevistas y biografías de diversos escritores y artículos (también de mi autoría) en relación con lo literario; desde hace unos meses decidí hacer por lo menos una entrada cada semana, alternando entre estas temáticas. Trataré de hacer más vistoso esto con imágenes, se el tedio que puede provocar a veces un espacio sólo con letras o lo pesado que podría resultar visualmente, es sólo cuestión de tiempo...

Sin más por el momento, son libres de buscar, leer y opinar sobre lo que gusten. También se aceptan sugerencias de reseñas o para mejorar el sitio. Cabe aclarar que una de mis pocas reglas es no escribir sobre un libro que no me gustó, por el simple hecho de que prefiero utilizar mi tiempo y espacio (y también el suyo) para hablar de cosas que realmente lo valgan.

Fin del comunicado
(hasta la siguiente visita, lectura o viaje interespacial).