jueves, 29 de noviembre de 2012

Las puertas de la percepción - Aldous Huxley




Reseña personal: Las puertas de la percepción de Aldous Huxley (filósofo y escritor inglés, 1894) es un ensayo que publicó en 1954 y que complementaría dos años después con el ensayo Cielo e infiero. En estos ensayos, Huxley relata sus experiencias con la toma de mescalina, el principal alcaloide del peyote y que tiene propiedades alucinógenas. En esta etapa de su vida, Huxley entró en una especia de decepción por los avances tecnológicos de la época y lo superfluo de la sociedad, motivos por los cuales intervino en el ambiente psicodélico1 a través de la creación de estos dos ensayos, que han llegado a ser los más representativos de esta corriente.

Ambos títulos surgen de la obra Matrimonio del celo y el infierno de William Blake, y es precisamente esta cita la que utiliza como epígrafe del primer ensayo: “Si las puertas de la percepción quedaran depuradas, todo se habría de mostrar al hombre tal cual es: infinito.”

Son ensayos detalladamente narrados e inmersos en la reflexión, desarrollados a través de la investigación del peyote y su uso en grupos indígenas y la experiencia del propio autor, cuyo propósito es por completo doctrinal y se enfoca en la búsqueda de una salida de la sociedad consumista y su juicio prefabricado, evocándola a partir de una perspectiva estética diferente y cuya esencia fuera artística, desde un plano existencial completamente metafísico y abstracto que sólo se comunica con el mundo “real” a través de su lenguaje y sus símbolos (convenciones de las que ya no se puede escapar), entrando así a una atmósfera abrumadora de colores y texturas que sobrepasan sus nombres y designios, a un espacio conformado por una extrema sensibilidad visual.

La investigación de Huxley para estos trabajos fue ardua, pues también cuenta con una amplia documentación médica y psicológica sobre los diferentes estados y resultados a los que pueden llevar estas modificaciones de las sustancias cerebrales, ya sea por administración externa o por alteraciones naturales, integrándolo con sus disertaciones místicas y filosóficas.

Lo que más critica de la cultura occidental es precisamente (mencionado anteriormente) esta imposibilidad de escapar de lo más básico: el lenguaje, pues en su afán por aprehenderlo y controlarlo todo por medio de la razón; occidente ha dejado de lado lo fundamental, lo no verbal y lo inherente al ser humano, que es su propia existencia.

Específicamente en Cielo e infierno es donde hace énfasis en que estos estados alterados de conciencia a los que induce la mescalina logran tener acceso a lugares de la mente -propia o ajena- que habían permanecido cerrados u ocultos (nuevamente, una alusión a las puertas) y también habla sobre las mismas experiencias de artistas, religiosos y científicos idealistas, dando un fundamento más sólido al fomento de estas prácticas personales para tener acceso al inconsciente y liberarnos de los filtros artificiales creados por las convenciones sociales.

También relata las formas naturales de estados visionarios, a través de enfermedades mentales como la esquizofrenia o por la desnutrición en el Medievo, razones que fueron identificadas mucho tiempo después y que en un principio dieron motivos a creencias y juicios falsos e incluso mortales.

Huxley creó una atípoda2 a la cultura occidental, abrió las puertas que habían sido cerradas y tapiadas por el individualismo y el aislamiento social de occidente, creando así la posibilidad de una perspectiva fundada en la esencia del ser humano y su relación con el universo y la energía que se encuentran en constante movimiento.

Se asoció con el movimiento hippie de tal forma que se convirtió en su manual y de la mano con los poemas de William Blake fue la inspiración para el nombre de la banda “the Doors”. A pesar de haber sido escritos hace más de 50 años, es una lectura que sigue del todo vigente y que no ha sido superada y a mi parecer debe ser una lectura obligada, pues lo que más hace falta ahora, justo como Huxley lo veía en su época, son seres humanos preocupados más por autodescubrirse y convivir en armonía no sólo con sus congéneres, sino con todo tipo de vida y energía que lo rodea.

Y finalmente, algunas frases y fragmentos más representativos que encontré en el libro:

“Vivimos juntos y actuamos y reaccionamos los unos sobre los otros, pero siempre, en todas las circunstancias, estamos solos.” P. 16

“Las sensaciones, los sentimientos, las intuiciones, imaginaciones y fantasías, son siempre cosas privadas y, salvo por medio de símbolos y segunda mano, incomunicables.” P. 16

“(...) la función del cerebro, el sistema nervioso y los órganos sensoriales es principalmente eliminativa, no productiva. La función del cerebro y del sistema nervioso es protegernos, impedir que quedemos abrumados y confundidos por esta masa de conocimientos en gran parte inútiles y sin importancia (...) admitiendo únicamente la muy reducida y especial selección que tiene probabilidades de sernos prácticamente útil.”     
P. 24

“Lo que, en el lenguaje de la religión, se llama “este mundo” es el universo del conocimiento reducido, expresado y, por decirlo así, petrificado por el lenguaje” P. 25

“El muy desarrollado sentido del color que tiene el hombre es un lujo biológico, precioso para él como ser intelectual y espiritual, pero innecesario para su supervivencia como animal.” P. 28

“Por expresivos que sean, los símbolos no puedes ser las cosas que representan.” P. 30

“(...) que una crucifixión parezca tan serena que resulte casi alegre que unos estigmas sean casi intolerablemente sexuales(...)” P. 33

“Los ropajes, como he descubierto ahora, son mucho más que recursos para la introducción de formas no representativas en las pinturas y esculturas naturalistas.” P. 33

“La percepción del artista no está limitada a lo que es biológica o socialmente útil.” P. 33

“(...) como una paciente espera de esa inspiración sin la que ni el más prosaico escritor puede aspirar a realizar nada.” P. 40

“Por encima del quietista está el contemplativo-activo(...)” P. 41

“La familiaridad engendra el desdén y el cómo sobrevivir es un problema cuya urgencia va de lo crónicamente tedioso al auténtico tormento. El mundo exterior es aquello a lo que nos despertamos cada mañana de nuestras vidas, es el lugar donde, nos guste o no, tenemos que esforzarnos por vivir. En el mundo interior no hay en cambio ni trabajo ni monotonía. Lo visitamos únicamente en sueños o en la meditación, y su maravilla es tal que nunca encontramos el mismo mundo en dos sucesivas ocasiones. ¿Cómo puede extrañar entonces que los seres humanos, en su búsqueda de lo divino, hayan preferido generalmente mirar hacia adentro? ” P. 44

“La totalidad está presente hasta en los pedazos rotos. Más claramente presente tal vez que en una obra completamente coherente.” P. 48

“La esquizofrenia tiene sus paraísos, del mismo modo que sus infiernos y sus purgatorios (...)” P. 50

“La mayoría de los tomadores de mescalina experimentan únicamente la parte celestial de la esquizofrenia. La droga sólo procura infierno y purgatorio a quienes han padecido poco antes una ictericia o son víctimas de depresiones periódicas o ansiedad crónica.” P. 51

“El miedo, según lo advertido al analizarlo en retrospectiva, era quedar aplastado, a desintegrarme bajo la presión de una realidad más poderosa de la que una inteligencia acostumbrada la mayor parte del tiempo al cómodo mundo de los símbolos.” P. 52

“Cualquier cosa antes que el brillo abrasador de la Realidad sin mitigaciones. ¡Cualquier cosa!” P. 52

“El esquizofrénico es un alma no solamente no regenerada, sino además desesperadamente enferma. Su enfermedad consiste en su incapacidad para escapar de la realidad interior y exterior y refugiarse -como hace habitualmente la persona sana- en el universo de fabricación casera del sentido común, en el mundo estrictamente humano de las nociones útiles, los símbolos compartidos y las convenciones socialmente aceptables. El esquizofrénico es como un hombre que está permanentemente bajo la influencia de la mescalina y que, por tanto, no puede rechazar la experiencia de una realidad con la que no puede convivir porque no es lo bastante sano, que no puede explicar porque se trata del más innegable y porfiado de los hechos primarios y que, al no permitirle nunca mirar al mundo con ojos meramente humanos, le asusta hasta el punto de hacerle interpretar su inflexible esquivez, su abrasadora intensidad de significado, como manifestaciones de malevolencia humana o hasta cósmica, de malevolencia que reclama las más desesperadas reacciones, desde la violencia asesina, o suicidio psicológico, en el otro.” P. 53

“La única acción razonable es abrir puertas mejores, con la esperanza de que hombres y mujeres cambien sus viejas malas costumbres por hábitos nuevos y menos dañinos. Algunas de estas puertas mejores podrán ser de naturaleza social y tecnológica, otras religiosas o psicológicas, y otras más dietéticas, educativas o atléticas. Pero subsistirá indudablemente la necesidad de tomarse frecuentes vacaciones químicas del intolerable sí mismo y del repulsivo ambiente. Lo que hace falta es una nueva droga que alivie y consuele a nuestra doliente especie sin hacer a la larga más daño del bien que hace a la corta. Una droga así tiene que ser poderosa en muy pequeñas dosis y sintetizable. Si no posee estas cualidades, su producción, como la del vino, la cerveza, los licores y el tabaco, dificultará el cultivo de los alimentos y fibras indispensables. Debe ser menos tóxica que el opio o la cocaína, tener menos probabilidades que el alcohol o los barbitúricos de producir consecuencias sociales desagradables y hacer menos daño al corazón y los pulmones que los alquitranes y la nicotina del tabaco. Y, en el lado positivo, debe producir cambios en la conciencia que sean más interesantes e intrínsecamente valiosos que el mero alivio o la mera ensoñación, que ilusiones de omnipotencia o escapes de la inhibición.” P. 60

“El empleo para fines religiosos de sustancias tóxicas está “extraordinariamente difundido”.” P. 62

“Estamos, por tanto, no ante hechos excepcionales, que podrían con justificación ser pasados por alto, sino ante un fenómeno general, y en el más amplio sentido de la palabra, un fenómeno humano, la clase de fenómeno que no puede ser desdeñada por nadie que trate de descubrir qué es la religión y las hondas necesidades que la religión debe satisfacer.” P. 62

“-expresiones gratas al alma de impulsos fundamentales-.” P. 65

“Ser arrancados de raíz de la percepción ordinaria y ver durante unas horas sin tiempo el mundo exterior e interior, no como aparece a un animal obsesionado por la supervivencia o a un ser humano obsesionado por palabras y nociones, sino como es percibido, directa e incondicionalmente, por la Inteligencia Libre, es una experiencia de inestimable valor para cualquiera y especialmente para el intelectual.” P. 67

“Hablamos demasiado. Deberíamos hablar menos y dibujar más. A mí, personalmente, me gustaría renunciar totalmente a la palabra y, como la naturaleza orgánica, comunicar cuanto tenga que decir por medio de dibujos.” P. 67 (cita de Goethe)

“Cuanto más pienso en ello, más me convenzo de que hay algo inútil, mediocre y hasta -siento la tentación de decirlo- afectado en la palabra.” P. 67

“Debemos aprender a manejar con eficacia las palabras, pero al mismo tiempo, debemos preservar y, en caso necesario, intensificar nuestra capacidad para mirar al mundo directamente y no a través del medio semiopaco de los conceptos, que deforma cualquier hecho determinado dándole el aspecto demasiado conocido de algún marbete genérico o algunas abstracción explicativa.” P. 68

"(...) estudiantes de Humanidades que nada saben de humanidad, ni de la suya ni de la ajena." P. 68

“En un mundo donde la educación es predominantemente verbal, las personas muy cultas hallan punto menos que imposible dedicar una seria atención a lo que no sea palabras y nociones.” P. 69

Cielo e infierno

“(...) material biológicamente inútil, pero estética y a veces espiritualmente valioso.” P. 76

“(...) para ser efectivos, los símbolos no precisan del color.” P. 79

“Las cosas determinadas tienen color; en cambio carece de él lo que juntan nuestro intelecto y nuestra fantasía, creadores de símbolos.” P. 80

“Siempre estamos tratando de convertir las cosas en signos para las abstracciones más inteligibles de nuestra propia invención. Pero, al hacer esto, robamos a estas cosas buena parte de su ser natural.” P. 80

“Los objetos materiales que más se parecen a estas fuentes de iluminación visionaria son las piedras preciosas. Una de estas piedras es adquirir algo cuyo valor está garantizado por su existencia en el Otro Mundo.” P. 89

“Cuando los fieles ofrecen flores en el altar, están devolviendo a los dioses cosas que saben o que oscuramente -si no son visionarios- comprenden que pertenecen al cielo.” P. 90

“La familiaridad engendra la indiferencia.” P. 98

“(...) la percepción es (o por lo menos puede ser, debería ser) lo mismo que la Revelación(...)” P. 102

“Esto explica la enorme impresión que transciende de lo estético, causada en el espectador por las grandes obras maestras estáticas del arte religioso. Las figuras esculpidas de los dioses y los dioses-reyes de Egipto, las vírgenes y los pantocráteres de los mosaicos bizantinos, los bodhisattvas y lohans de China, los budas sedentes de khmer, las estelas y estatuas de Copán y los ídolos de madera del África tropical tienen una característica en común: una profunda quietud. Y es eso precisamente lo que les atribuye su cualidad inspiradora, su poder para sacar al espectador del Viejo Mundo de la experiencia cotidiana y llevarlo muy lejos, hacia los antípodas visionarios de la siquis humana.” P. 103

“Lo que es cierto de un artista individual puede serlo de toda una escuela.” P. 105

“(...) el sexo es el sung hindú y el vino el impresionismo persa.” P. 105

“A pesar de una Historia Natural que no era más que una serie de símbolos melancólicamente moralistas, en las garras de una teología que, en lugar de considerar las palabras como signos de las cosas, trataba las cosas y los hechos como signos de palabras bíblicas o aristotélicas, nuestros antepasados permanecieron relativamente en su sano juicio.” P. 107

“La naturaleza de la mente es tal que el pecador que se arrepiente y hace un acto de fe en un poder superior tiene más probabilidades de tener una experiencia visionaria bienaventurada que el pilar de la sociedad satisfecho de sí mismo, con sus justas indignaciones, sus afanes en materia de posesiones y pretensiones y sus inveterados hábitos de culpar, despreciar y condenar. Tal es la razón de la enorme importancia que se atribuye, en todas las grandes tradiciones religiosas, al estado de ánimo en el momento de la muerte.” P. 116

Apéndices
(fragmentos)

Apéndice II
“Sabiendo como sabe -o como puede saberlo si lo desea- cuáles son las condiciones químicas de la experiencia trascendental, el aspirante a místico debe dirigirse, en busca de ayuda técnica, a los especialistas en farmacología, en bioquímica, en fisiología y neurología, en psicología, psiquiatría y parapsicología. Y, por otra parte, desde luego, los especialistas -si aspiran a ser genuinos hombres de ciencia y seres humanos completos- deben dirigirse, saliendo de sus respectivos casilleros, al artista, al profeta, al visionario, al místico, a cuantos, en pocas palabras, han tenido la experiencia del Otro Mundo y saben, a sus modos respectivos, qué hacer con esa experiencia.” P. 131

Apéndice III
“Los fantásticos atuendos de reyes, papas y sus respectivos séquitos, militares y eclesiásticos, tienen una finalidad esencialmente práctica: impresionar a las clases inferiores con una sensación muy viva de la sobrehumana grandeza de sus amos.” P. 135

“(...) hay una nueva apreciación de valores y una nueva definición de significados de acuerdo con lo presentes gustos y preocupaciones. Con los mismos documentos, monumentos y obras de arte, cada época inventa su propia Edad Media, su China privada, su Hélade patentada y registrada. Hoy, gracias a los recientes avances en la técnica de la iluminación, podemos ir más adelante que nuestros predecesores.” 
P. 144

Apéndice IV
“(...) hay una correspondencia entre la obra del artista y su carácter.” P.148

Apéndice VI
“Muchos esquizofrénicos pasan la mayor parte de su tiempo, no en la tierra o el cielo, ni siquiera en el infierno, sino en un mundo gris y sombrío de fantasmas e irrealidades.” P.153

“El mundo de las sombras habitado por algunos esquizofrénicos y neuróticos se parece mucho al mundo de los muertos, tal como ha sido descrito en algunas de las primeras tradiciones religiosas.” P. 153

Apéndice VIII
Descipción de Carlyle sobre su estado, el cual denominaron 'una asombrosa descripción de un estado mental psicótico, en gran parte depresivo, pero en parte también esquizofrénico':
“Los hombres y mujeres a mi alrededor -escribe Carlyle-, hasta cuando me hablaban, eran únicamente figuras; y había olvidado prácticamente que estaban vivos, que no eran meros autómatas. En medio de sus atestadas calles y reuniones, yo iba solitario y me sentía feroz (aunque era mi propio corazón, no el de otro, lo que estaba devorando) como el tigre en la selva... Para mí, el universo carecía de vida, de propósito, de volición y hasta de hostilidad; era una enrome, inconmensurable y muerta máquina de vapor, girando con la indiferencia de lo muerto para triturarme miembro a miembro... Sin esperanza, no tenía ningún miedo definido, ni del hombre ni del diablo. Sin embargo, de modo extraño, vivía en un termo continuo, indefinido y agotador; era un hombre trémulo, pusilánime, temeroso de no sé qué; me parecía que todas las cosas, las de arriba, en el cielo, y las de abajo, en la tierra, iban a hacerme daño; como si el cielo y la tierra fueran las ilimitadas mandíbulas de un monstruo devorador, mientras yo, palpitante, permanecía a la espera de ser devorado.” P. 158


1 Definición de la RAE: Adj. Perteneciente o relativo a la manifestación de elementos psíquicos que en condiciones normales están ocultos, o a la estimulación intensa de potencias psíquicas.
2 Definición de la RAE: I. Adj. Geogr. Se dice de cualquier habitante del globo terrestre con respecto a otro que more en lugar diametralmente opuesto. U. m. c. s., especialmente en m. pl.
II. adj. Coloq. Que se contrapone totalmente a alguien o algo. U. m. c. s., especialmente en m. pl.

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