jueves, 29 de noviembre de 2012

Las puertas de la percepción - Aldous Huxley




Reseña personal: Las puertas de la percepción de Aldous Huxley (filósofo y escritor inglés, 1894) es un ensayo que publicó en 1954 y que complementaría dos años después con el ensayo Cielo e infiero. En estos ensayos, Huxley relata sus experiencias con la toma de mescalina, el principal alcaloide del peyote y que tiene propiedades alucinógenas. En esta etapa de su vida, Huxley entró en una especia de decepción por los avances tecnológicos de la época y lo superfluo de la sociedad, motivos por los cuales intervino en el ambiente psicodélico1 a través de la creación de estos dos ensayos, que han llegado a ser los más representativos de esta corriente.

Ambos títulos surgen de la obra Matrimonio del celo y el infierno de William Blake, y es precisamente esta cita la que utiliza como epígrafe del primer ensayo: “Si las puertas de la percepción quedaran depuradas, todo se habría de mostrar al hombre tal cual es: infinito.”

Son ensayos detalladamente narrados e inmersos en la reflexión, desarrollados a través de la investigación del peyote y su uso en grupos indígenas y la experiencia del propio autor, cuyo propósito es por completo doctrinal y se enfoca en la búsqueda de una salida de la sociedad consumista y su juicio prefabricado, evocándola a partir de una perspectiva estética diferente y cuya esencia fuera artística, desde un plano existencial completamente metafísico y abstracto que sólo se comunica con el mundo “real” a través de su lenguaje y sus símbolos (convenciones de las que ya no se puede escapar), entrando así a una atmósfera abrumadora de colores y texturas que sobrepasan sus nombres y designios, a un espacio conformado por una extrema sensibilidad visual.

La investigación de Huxley para estos trabajos fue ardua, pues también cuenta con una amplia documentación médica y psicológica sobre los diferentes estados y resultados a los que pueden llevar estas modificaciones de las sustancias cerebrales, ya sea por administración externa o por alteraciones naturales, integrándolo con sus disertaciones místicas y filosóficas.

Lo que más critica de la cultura occidental es precisamente (mencionado anteriormente) esta imposibilidad de escapar de lo más básico: el lenguaje, pues en su afán por aprehenderlo y controlarlo todo por medio de la razón; occidente ha dejado de lado lo fundamental, lo no verbal y lo inherente al ser humano, que es su propia existencia.

Específicamente en Cielo e infierno es donde hace énfasis en que estos estados alterados de conciencia a los que induce la mescalina logran tener acceso a lugares de la mente -propia o ajena- que habían permanecido cerrados u ocultos (nuevamente, una alusión a las puertas) y también habla sobre las mismas experiencias de artistas, religiosos y científicos idealistas, dando un fundamento más sólido al fomento de estas prácticas personales para tener acceso al inconsciente y liberarnos de los filtros artificiales creados por las convenciones sociales.

También relata las formas naturales de estados visionarios, a través de enfermedades mentales como la esquizofrenia o por la desnutrición en el Medievo, razones que fueron identificadas mucho tiempo después y que en un principio dieron motivos a creencias y juicios falsos e incluso mortales.

Huxley creó una atípoda2 a la cultura occidental, abrió las puertas que habían sido cerradas y tapiadas por el individualismo y el aislamiento social de occidente, creando así la posibilidad de una perspectiva fundada en la esencia del ser humano y su relación con el universo y la energía que se encuentran en constante movimiento.

Se asoció con el movimiento hippie de tal forma que se convirtió en su manual y de la mano con los poemas de William Blake fue la inspiración para el nombre de la banda “the Doors”. A pesar de haber sido escritos hace más de 50 años, es una lectura que sigue del todo vigente y que no ha sido superada y a mi parecer debe ser una lectura obligada, pues lo que más hace falta ahora, justo como Huxley lo veía en su época, son seres humanos preocupados más por autodescubrirse y convivir en armonía no sólo con sus congéneres, sino con todo tipo de vida y energía que lo rodea.

Y finalmente, algunas frases y fragmentos más representativos que encontré en el libro:

“Vivimos juntos y actuamos y reaccionamos los unos sobre los otros, pero siempre, en todas las circunstancias, estamos solos.” P. 16

“Las sensaciones, los sentimientos, las intuiciones, imaginaciones y fantasías, son siempre cosas privadas y, salvo por medio de símbolos y segunda mano, incomunicables.” P. 16

“(...) la función del cerebro, el sistema nervioso y los órganos sensoriales es principalmente eliminativa, no productiva. La función del cerebro y del sistema nervioso es protegernos, impedir que quedemos abrumados y confundidos por esta masa de conocimientos en gran parte inútiles y sin importancia (...) admitiendo únicamente la muy reducida y especial selección que tiene probabilidades de sernos prácticamente útil.”     
P. 24

“Lo que, en el lenguaje de la religión, se llama “este mundo” es el universo del conocimiento reducido, expresado y, por decirlo así, petrificado por el lenguaje” P. 25

“El muy desarrollado sentido del color que tiene el hombre es un lujo biológico, precioso para él como ser intelectual y espiritual, pero innecesario para su supervivencia como animal.” P. 28

“Por expresivos que sean, los símbolos no puedes ser las cosas que representan.” P. 30

“(...) que una crucifixión parezca tan serena que resulte casi alegre que unos estigmas sean casi intolerablemente sexuales(...)” P. 33

“Los ropajes, como he descubierto ahora, son mucho más que recursos para la introducción de formas no representativas en las pinturas y esculturas naturalistas.” P. 33

“La percepción del artista no está limitada a lo que es biológica o socialmente útil.” P. 33

“(...) como una paciente espera de esa inspiración sin la que ni el más prosaico escritor puede aspirar a realizar nada.” P. 40

“Por encima del quietista está el contemplativo-activo(...)” P. 41

“La familiaridad engendra el desdén y el cómo sobrevivir es un problema cuya urgencia va de lo crónicamente tedioso al auténtico tormento. El mundo exterior es aquello a lo que nos despertamos cada mañana de nuestras vidas, es el lugar donde, nos guste o no, tenemos que esforzarnos por vivir. En el mundo interior no hay en cambio ni trabajo ni monotonía. Lo visitamos únicamente en sueños o en la meditación, y su maravilla es tal que nunca encontramos el mismo mundo en dos sucesivas ocasiones. ¿Cómo puede extrañar entonces que los seres humanos, en su búsqueda de lo divino, hayan preferido generalmente mirar hacia adentro? ” P. 44

“La totalidad está presente hasta en los pedazos rotos. Más claramente presente tal vez que en una obra completamente coherente.” P. 48

“La esquizofrenia tiene sus paraísos, del mismo modo que sus infiernos y sus purgatorios (...)” P. 50

“La mayoría de los tomadores de mescalina experimentan únicamente la parte celestial de la esquizofrenia. La droga sólo procura infierno y purgatorio a quienes han padecido poco antes una ictericia o son víctimas de depresiones periódicas o ansiedad crónica.” P. 51

“El miedo, según lo advertido al analizarlo en retrospectiva, era quedar aplastado, a desintegrarme bajo la presión de una realidad más poderosa de la que una inteligencia acostumbrada la mayor parte del tiempo al cómodo mundo de los símbolos.” P. 52

“Cualquier cosa antes que el brillo abrasador de la Realidad sin mitigaciones. ¡Cualquier cosa!” P. 52

“El esquizofrénico es un alma no solamente no regenerada, sino además desesperadamente enferma. Su enfermedad consiste en su incapacidad para escapar de la realidad interior y exterior y refugiarse -como hace habitualmente la persona sana- en el universo de fabricación casera del sentido común, en el mundo estrictamente humano de las nociones útiles, los símbolos compartidos y las convenciones socialmente aceptables. El esquizofrénico es como un hombre que está permanentemente bajo la influencia de la mescalina y que, por tanto, no puede rechazar la experiencia de una realidad con la que no puede convivir porque no es lo bastante sano, que no puede explicar porque se trata del más innegable y porfiado de los hechos primarios y que, al no permitirle nunca mirar al mundo con ojos meramente humanos, le asusta hasta el punto de hacerle interpretar su inflexible esquivez, su abrasadora intensidad de significado, como manifestaciones de malevolencia humana o hasta cósmica, de malevolencia que reclama las más desesperadas reacciones, desde la violencia asesina, o suicidio psicológico, en el otro.” P. 53

“La única acción razonable es abrir puertas mejores, con la esperanza de que hombres y mujeres cambien sus viejas malas costumbres por hábitos nuevos y menos dañinos. Algunas de estas puertas mejores podrán ser de naturaleza social y tecnológica, otras religiosas o psicológicas, y otras más dietéticas, educativas o atléticas. Pero subsistirá indudablemente la necesidad de tomarse frecuentes vacaciones químicas del intolerable sí mismo y del repulsivo ambiente. Lo que hace falta es una nueva droga que alivie y consuele a nuestra doliente especie sin hacer a la larga más daño del bien que hace a la corta. Una droga así tiene que ser poderosa en muy pequeñas dosis y sintetizable. Si no posee estas cualidades, su producción, como la del vino, la cerveza, los licores y el tabaco, dificultará el cultivo de los alimentos y fibras indispensables. Debe ser menos tóxica que el opio o la cocaína, tener menos probabilidades que el alcohol o los barbitúricos de producir consecuencias sociales desagradables y hacer menos daño al corazón y los pulmones que los alquitranes y la nicotina del tabaco. Y, en el lado positivo, debe producir cambios en la conciencia que sean más interesantes e intrínsecamente valiosos que el mero alivio o la mera ensoñación, que ilusiones de omnipotencia o escapes de la inhibición.” P. 60

“El empleo para fines religiosos de sustancias tóxicas está “extraordinariamente difundido”.” P. 62

“Estamos, por tanto, no ante hechos excepcionales, que podrían con justificación ser pasados por alto, sino ante un fenómeno general, y en el más amplio sentido de la palabra, un fenómeno humano, la clase de fenómeno que no puede ser desdeñada por nadie que trate de descubrir qué es la religión y las hondas necesidades que la religión debe satisfacer.” P. 62

“-expresiones gratas al alma de impulsos fundamentales-.” P. 65

“Ser arrancados de raíz de la percepción ordinaria y ver durante unas horas sin tiempo el mundo exterior e interior, no como aparece a un animal obsesionado por la supervivencia o a un ser humano obsesionado por palabras y nociones, sino como es percibido, directa e incondicionalmente, por la Inteligencia Libre, es una experiencia de inestimable valor para cualquiera y especialmente para el intelectual.” P. 67

“Hablamos demasiado. Deberíamos hablar menos y dibujar más. A mí, personalmente, me gustaría renunciar totalmente a la palabra y, como la naturaleza orgánica, comunicar cuanto tenga que decir por medio de dibujos.” P. 67 (cita de Goethe)

“Cuanto más pienso en ello, más me convenzo de que hay algo inútil, mediocre y hasta -siento la tentación de decirlo- afectado en la palabra.” P. 67

“Debemos aprender a manejar con eficacia las palabras, pero al mismo tiempo, debemos preservar y, en caso necesario, intensificar nuestra capacidad para mirar al mundo directamente y no a través del medio semiopaco de los conceptos, que deforma cualquier hecho determinado dándole el aspecto demasiado conocido de algún marbete genérico o algunas abstracción explicativa.” P. 68

"(...) estudiantes de Humanidades que nada saben de humanidad, ni de la suya ni de la ajena." P. 68

“En un mundo donde la educación es predominantemente verbal, las personas muy cultas hallan punto menos que imposible dedicar una seria atención a lo que no sea palabras y nociones.” P. 69

Cielo e infierno

“(...) material biológicamente inútil, pero estética y a veces espiritualmente valioso.” P. 76

“(...) para ser efectivos, los símbolos no precisan del color.” P. 79

“Las cosas determinadas tienen color; en cambio carece de él lo que juntan nuestro intelecto y nuestra fantasía, creadores de símbolos.” P. 80

“Siempre estamos tratando de convertir las cosas en signos para las abstracciones más inteligibles de nuestra propia invención. Pero, al hacer esto, robamos a estas cosas buena parte de su ser natural.” P. 80

“Los objetos materiales que más se parecen a estas fuentes de iluminación visionaria son las piedras preciosas. Una de estas piedras es adquirir algo cuyo valor está garantizado por su existencia en el Otro Mundo.” P. 89

“Cuando los fieles ofrecen flores en el altar, están devolviendo a los dioses cosas que saben o que oscuramente -si no son visionarios- comprenden que pertenecen al cielo.” P. 90

“La familiaridad engendra la indiferencia.” P. 98

“(...) la percepción es (o por lo menos puede ser, debería ser) lo mismo que la Revelación(...)” P. 102

“Esto explica la enorme impresión que transciende de lo estético, causada en el espectador por las grandes obras maestras estáticas del arte religioso. Las figuras esculpidas de los dioses y los dioses-reyes de Egipto, las vírgenes y los pantocráteres de los mosaicos bizantinos, los bodhisattvas y lohans de China, los budas sedentes de khmer, las estelas y estatuas de Copán y los ídolos de madera del África tropical tienen una característica en común: una profunda quietud. Y es eso precisamente lo que les atribuye su cualidad inspiradora, su poder para sacar al espectador del Viejo Mundo de la experiencia cotidiana y llevarlo muy lejos, hacia los antípodas visionarios de la siquis humana.” P. 103

“Lo que es cierto de un artista individual puede serlo de toda una escuela.” P. 105

“(...) el sexo es el sung hindú y el vino el impresionismo persa.” P. 105

“A pesar de una Historia Natural que no era más que una serie de símbolos melancólicamente moralistas, en las garras de una teología que, en lugar de considerar las palabras como signos de las cosas, trataba las cosas y los hechos como signos de palabras bíblicas o aristotélicas, nuestros antepasados permanecieron relativamente en su sano juicio.” P. 107

“La naturaleza de la mente es tal que el pecador que se arrepiente y hace un acto de fe en un poder superior tiene más probabilidades de tener una experiencia visionaria bienaventurada que el pilar de la sociedad satisfecho de sí mismo, con sus justas indignaciones, sus afanes en materia de posesiones y pretensiones y sus inveterados hábitos de culpar, despreciar y condenar. Tal es la razón de la enorme importancia que se atribuye, en todas las grandes tradiciones religiosas, al estado de ánimo en el momento de la muerte.” P. 116

Apéndices
(fragmentos)

Apéndice II
“Sabiendo como sabe -o como puede saberlo si lo desea- cuáles son las condiciones químicas de la experiencia trascendental, el aspirante a místico debe dirigirse, en busca de ayuda técnica, a los especialistas en farmacología, en bioquímica, en fisiología y neurología, en psicología, psiquiatría y parapsicología. Y, por otra parte, desde luego, los especialistas -si aspiran a ser genuinos hombres de ciencia y seres humanos completos- deben dirigirse, saliendo de sus respectivos casilleros, al artista, al profeta, al visionario, al místico, a cuantos, en pocas palabras, han tenido la experiencia del Otro Mundo y saben, a sus modos respectivos, qué hacer con esa experiencia.” P. 131

Apéndice III
“Los fantásticos atuendos de reyes, papas y sus respectivos séquitos, militares y eclesiásticos, tienen una finalidad esencialmente práctica: impresionar a las clases inferiores con una sensación muy viva de la sobrehumana grandeza de sus amos.” P. 135

“(...) hay una nueva apreciación de valores y una nueva definición de significados de acuerdo con lo presentes gustos y preocupaciones. Con los mismos documentos, monumentos y obras de arte, cada época inventa su propia Edad Media, su China privada, su Hélade patentada y registrada. Hoy, gracias a los recientes avances en la técnica de la iluminación, podemos ir más adelante que nuestros predecesores.” 
P. 144

Apéndice IV
“(...) hay una correspondencia entre la obra del artista y su carácter.” P.148

Apéndice VI
“Muchos esquizofrénicos pasan la mayor parte de su tiempo, no en la tierra o el cielo, ni siquiera en el infierno, sino en un mundo gris y sombrío de fantasmas e irrealidades.” P.153

“El mundo de las sombras habitado por algunos esquizofrénicos y neuróticos se parece mucho al mundo de los muertos, tal como ha sido descrito en algunas de las primeras tradiciones religiosas.” P. 153

Apéndice VIII
Descipción de Carlyle sobre su estado, el cual denominaron 'una asombrosa descripción de un estado mental psicótico, en gran parte depresivo, pero en parte también esquizofrénico':
“Los hombres y mujeres a mi alrededor -escribe Carlyle-, hasta cuando me hablaban, eran únicamente figuras; y había olvidado prácticamente que estaban vivos, que no eran meros autómatas. En medio de sus atestadas calles y reuniones, yo iba solitario y me sentía feroz (aunque era mi propio corazón, no el de otro, lo que estaba devorando) como el tigre en la selva... Para mí, el universo carecía de vida, de propósito, de volición y hasta de hostilidad; era una enrome, inconmensurable y muerta máquina de vapor, girando con la indiferencia de lo muerto para triturarme miembro a miembro... Sin esperanza, no tenía ningún miedo definido, ni del hombre ni del diablo. Sin embargo, de modo extraño, vivía en un termo continuo, indefinido y agotador; era un hombre trémulo, pusilánime, temeroso de no sé qué; me parecía que todas las cosas, las de arriba, en el cielo, y las de abajo, en la tierra, iban a hacerme daño; como si el cielo y la tierra fueran las ilimitadas mandíbulas de un monstruo devorador, mientras yo, palpitante, permanecía a la espera de ser devorado.” P. 158


1 Definición de la RAE: Adj. Perteneciente o relativo a la manifestación de elementos psíquicos que en condiciones normales están ocultos, o a la estimulación intensa de potencias psíquicas.
2 Definición de la RAE: I. Adj. Geogr. Se dice de cualquier habitante del globo terrestre con respecto a otro que more en lugar diametralmente opuesto. U. m. c. s., especialmente en m. pl.
II. adj. Coloq. Que se contrapone totalmente a alguien o algo. U. m. c. s., especialmente en m. pl.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Zen en el arte de escribir - Ray Bradbury




Breve reseña personal: Zen en el arte de escribir, de Ray Bradbury (de quien hablé ya en una entrada anterior) es un libro conformado por once de sus ensayos cuya temática central es la escritura.

Para los que tenemos el gusto y la necesidad de escribir, este tipo de material es completamente necesario. En estos ensayos, Bradbury hace un tipo de disección de su obra desde sus primeros cuentos y novelas hasta guiones de películas y obras de teatro, explicando detenidamente y de una manera simple pero siempre crítica cómo y cuál es la ardua labor de un escritor, su instrucción y las diversas anécdotas y vivencias que lo transformaron en el grandioso escritor que fue.

Lo más particular de este libro es que Bradbury en ningún momento se detiene en aspectos técnicos de la escritura, sino que se centra en lo realmente importante: la esencia de la escritura, el origen de la inspiración y el genio del creador. Nos dice que aquello que ha de escribirse debe presentarse de manera fluida y espontánea, no forzada; pues es un trabajo que requiere tiempo y persistencia y que surge y se alimenta principalmente de la obra de otros autores y que reposando en el inconsciente personal, creando escenas, mundos, historias, imágenes y personajes únicos y diferentes. Este resultado es un objetivo que suele ser perseguido por los escritores y no esperado, como bien sugiere Bradbury, quien también asegura que es mejor dejar el trabajo al inconsciente y liberar el resultado sin esfuerzo, con ánimo y placer.

Lo que hace de este libro algo más que una guía o manual para la escritura creativa, además de estar escrito de puño y letra por Bradbury (y que a mí con eso me basta), son los pormenores autobiográficos que nos acercan mucho más al hombre que a la figura del escritor, pequeños obsequios dispersos en todos los ensayos que lo aproximan a un plano terrenal y común al nuestro, descubriéndonos que el genio está dentro y aunque se conforma en el contexto, la esencia siempre surge del interior y se deja escuchar (o, en este caso, leer) al expresarse mediante el lenguaje escrito.

Uno de esos detalles es el referente a los problemas financieros que el autor tenía cuando empezó a escribir y aún no publicaba o publicaba poco: “Yo le recordé el voto de pobreza a que me habían obligado las circunstancias” dijo dirigiéndose a su esposa, quien a pesar de pasar los primeros años de difícil economía de un escritor, siempre estuvo a su lado con sus dos hijas, creyendo en él y su potencial.

Una corta reseña de este libro también aparece en el número cuatro de una página que creó un listado de los nueve mejores libros sobre escritura y lectura, de los cuales, debo admitir, sólo reconocí el número tres, On Writing: A Memoir of the Craft, de Stephen King y que leeré en cuanto tenga oportunidad de conseguir. El número ocho también me llamó muchísimo la atención: Ernest Heminway on Writing, por lo que ésta lista me parece respetable y habrá que analizar el resto de los títulos posteriormente.

Y ahor,a algunas frases y fragmentos memorables de los ensayos (si parece que transcribí la mayor parte del libro, comprendan que me fascinó):

“¿Y qué se aprende escribiendo? , preguntarán ustedes. Primero y principal, uno recuerda que está vivo y que eso es un privilegio, no un derecho. Una vez que os han dado la vida, tenemos que ganárnosla. La vida nos favorece animándonos y pide recompensas.” P. 10

“(...) escribir es una forma de supervivencia. Cualquier arte, cualquier trabajo bien hecho lo es, por supuesto.” P. 10

“Si no escribiese todos los días, uno acumularía veneno y empezaría a morir, o desquiciarse, o las dos cosas. Uno tiene que mantenerse borracho de escritura para que la realidad no lo destruya.” P. 11

“(...) cuando la muerte reduce la marcha de otros, uno tiene que preparar de prisa un trampolín y saltar de cabeza a la máquina de escribir.” P. 12
“Todas las mañanas salto de la cama y piso una mina. La mina soy yo. 
Después de la explosión, me paso el resto del día juntando los pedazos.” P 12


“(...) si uno escribe sin garra, sin entusiasmo, sin amor, sin divertirse, únicamente es escritor a medias.” P. 14

“(...) el primer deber de un escritor es la efusión: ser una criatura de fiebres y arrebatos.” P. 14

“Ahora los dejo al pie de la escalera, treinta minutos después de medianoche, con un bloc, una pluma y una posible lista. Conjuren sus palabras, alerten a su personalidad secreta, saboreen la oscuridad. Peldaños arriba, en las sombras del altillo, espera su Cosa. Si le hablan con suavidad y escriben toda vieja palabra que quiera saltar de sus nervios a la página...
Tal vez, en su noche privada, la Cosa del final de la escalera... empiece a bajar.” P. 31


“De modo parecido, a lo largo de la vida nos llenamos de sonidos, visiones, olores, sabores y texturas de personas, animales, paisajes y acontecimientos grandes y pequeños. Nos llenamos de impresiones y experiencias y de las reacciones que nos provocan. Al inconsciente entran no sólo datos empíricos sino también datos reactivos, nuestro acercamiento o rechazo a los hechos del mundo.” P. 34

“Lo que para todos los demás es El Inconsciente, para el escritor se convierte en La Musa.” P. 35

“Si vamos a poner nuestro inconsciente a dieta, ¿cómo preparar el menú?
Bien, la lista podría empezar así:
Lea usted poesía todos los días. La poesía es buena porque ejercita músculos que se usan poco. Expande los sentidos y los mantiene en condiciones óptimas. Conserva la consciencia de la nariz, el ojo, la oreja, la lengua y la mano. Y, sobre todo, la poesía es metáfora o símil condensado. Como las flores de papel japonesas, a veces las metáforas se abren a formas gigantescas. En los libros de poesía hay ideas por todas partes; no obstante, qué pocos maestros del cuento recomiendan curiosearlos.” P. 37

“Todos necesitamos que alguien más alto, más sabio, más viejo nos diga que a fin de cuentas no estamos locos, y que lo que hacemos es correcto. Correcto, diablos, ¡excelente!” P. 48

“Cada relato era una manera de descubrir personalidades. Cada día, la personalidad descubierta era levemente distinta de la descubierta veinticuatro horas antes.” P. 61

“(...) tratándose de libros, escritores y los grandes silos donde se almacenan los ingenios, soy la locura enloquecida.” P. 65

“-El delito no es tener libros, Montag, ¡es leerlos! Sí, de acuerdo. Yo tengo libros. ¡Pero no los leo!” Fragmento de Fahrenheit 451, P. 65.

“-Me lo comía como si fueran ensalada; los libros eran para mí el sandwich del almuero, la merienda, la cena y el bocado de medianoche. ¡Arrancaba las páginas, me las comía con sal, las ensopaba con deleite, mordisqueaba las costuras, pasaba capítulos con la lengua! Docenas, cientos, billones de libros. Llevé tantos a casa que anduve años jorobado. Filosofía, historia del arte, política, ciencias sociales; nombra el poema, el ensayo, la obra de teatro que quieras: me los comí todos. Y después... después... - la voz del jefe de bomberos se apaga.
Montag lo apremia: -¿Y después?

-Bueno, me sucedió la vida. -El jefe cierra los ojos para recordar.- La vida. Lo de costumbre. Lo mismo. El amor que no marcha del todo, el sueño que se vuelve agrio, el sexo que se hace pedazos, las muertes demasiado rápidas de amigos que no lo merecen, el asesinato de uno, la locura de otro, la lenta muerte de una madre, el suicidio brusco de un padre... una estampida de elefantes enfurecidos, un ataque total de la enfermedad. Y pos ninguna parte, ninguna, el libro justo en el momento justo para rellenar la grieta de la presa que se viene abajo y contener la inundación, o recibir una metáfora, perder o encontrar un símil.” Fragmento de Fahrenheit 451 P. 67

“Todas las mañanas me levantaba, iba hasta el escritorio y escribía cualquier palabra o serie de palabras que me pasaran por la cabeza.
Luego me alzaba en armas contra el mundo, o a su favor, y ponía una variedad de personajes a sopesar la palabra y enseñarme qué significaba en mi vida.Una o dos horas más tarde,para mi asombro, había concluido un nuevo cuento. Era una sorpresa total y encantadora. Pronto descubrí que tendría que trabajar así el resto de mi vida.” P. 69


“(...) la ciencia ficción devora ideas, las digiere y nos dices cómo sobrevivir.” P. 87

“Sin imaginación no hay voluntad. Sin sueños imposibles no hay posibles soluciones.” P. 87

“(...) la Historia de las Ideas; no otra cosa ha sido siempre la ciencia ficción. Ideas alumbrándose a sí mismas en hechos, muriendo sólo para reinventar nuevos sueños e ideas y renacer en formas y figuras aún más fascinantes, algunas permanentes, todas con una promesa de Supervivencia.” P. 90

“Construimos tensiones, en especial hoy en día, que apuntan a la repulsión y luego, si somos buenos, talentosos, observadores, permitimos que el público sienta náuseas.” P. 97

“Todos somos ricos e ignoramos la enterrada evidencia de la sabiduría acumulada.” P. 100

A los amigos que escriben siempre he intentado enseñarles que hay dos artes: primero, termnar una cosa; y luego el segundo gran arte, que es aprender a cortarla sin matarla ni dejarle ninguna herida. Cuando empieza la vida del escritor ese trabajo le repugna, pero ahora que soy más viejo se me ha vuelto un juego maravilloso, un reto que me gusta tanto como escribir el original, porque es un reto. Tomar un escalpelo y cortar al paciente sin matarlo es un reto intelectual.” P. 103

“Yo, fíjese, estoy acostumbrado a levantarme y correr a la máquina de escribir, y en una hora he creado un mundo. No tengo que esperar a nadie. No tengo que criticar a nadie. Está hecho. Con una hora me basta para adelantarme a todos. El resto del día puedo haraganear. Esta mañana ya he escrito doce mil palabras; así que si quiero tener una comida de dos o tres horas puedo, porque ya les he ganado a todos.” P. 110

“Ahí está el gran secreto de la creatividad. A las ideas hay que tratarlas como a los gatos: hacer que ellas nos sigan. Si usted intenta acercarse a un gato y levantarlo el animal no lo dejará. Tiene que decir: 'Bueno, vete al diablo'. Entonces el gato se dirá: 'Un momento, éste no se parece a la mayoría de los humanos.' Y luego, por curiosidad, se pondrá a seguirlo: 'Vaya, ¿a ti qué te pasa que no me quieres?'. Pues bien, con las ideas ocurre lo mismo. ¿Se da cuenta? Uno dice: 'Al diablo, no hace falta que me deprima. No hace falta que me preocupe. No hace falta que empuje. Las ideas me seguirán. Cuando bajan la guardia y están listas para nacer, me doy vuelta y las atrapo.” P. 111

“Es mentiroso escribir para que el mercado comercial os recompense con dinero.
Es mentiroso escribir para que un grupo de esnobs y cuasiliterario de las gacetas intelectuales nos recompense con fama.” P. 114

“NO PENSAR. 
Lo que resulta en más relajación, más espontaneidad y una mayor creatividad.” P. 116

“La cantidad da experiencia. Sólo de la experiencia puede surgir la calidad.” P. 118

“A menudo su arte estará e n lo que no dice, lo que omite, en la habilidad para exponer simplemente con emoción clara, y llevarlo a donde quiere llegar.” P. 118

“El trabajo del artista es tan largo, tan arduo, que un cerebro que vive por su cuenta acaba desarrollándose en los dedos.” P. 118

“El escrito debe dejar que sus dedos desplieguen las historias de sus personajes, que, siendo humanos y llenos como están de sueños y obsesiones extrañas, no sienten más que alegría cuando echan a correr.” P. 119

“(...) no deberíamos desdeñar el trabajo ni desdeñar los cuarenta y cinco o cincuenta y dos cuentos escritos en nuestro primer año de fracasos. Fracasar es rendirse. Pero uno está en medio de un proceso móvil. Entonces no hay nada que fracase. Todo continúa. Se ha hecho el trabajo. Si está bien, uno aprende. Si está mal, aprende todavía más. El único fracaso es detenerse. No trabajar es apagarse, endurecerse, ponerse nervioso; no trabajar daña el proceso creativo.” P. 119

“(...) a través de las emociones, con el trabajo sostenido durante un largo periodo, la escritura se hará más clara; el escritor empezará a relajarse porque estará pensando bien y el pensamiento se hará más correcto aún porque él estará relajado. Se volverán los dos intercambiables. Por fin el escritor comenzará a verse. De noche, de lejos, la fosforescencia de sus adentros arrojará sombras en la pared. Pro fin el chorro, la agradable mezcla de trabajo, espontaneidad y relajación será como la sangre en un cuerpo, fluyendo del corazón porque ha de fluir, en movimiento porque ha de moverse.” P. 120

“En el fondo, todas las buenas historias son de una sola clase: la de la historia escrita por un individuo con una verdad propia.” P. 122

“Lo único que puede causar daño grave son los diversos tipos de presunción.” P. 122

“Recuerden: la Trama no es sino las huellas que quedan en la nieve cuando los personajes ya han partido rumbo a destinos increíbles. La Trama se descubre después de los hechos, no antes.” P. 124

“Sabio es el escritor que conoce su inconsciente.” P. 124

“Tenemos el arte para que la verdad no nos mate.”