sábado, 27 de diciembre de 2014

Irreverencias maravillosas: La muerte como ornamento

                                                                                        Nine-Tailed Fox por rcahern



El texto de este mes para mi columna mensual, Irreverencias maravillosas, de la Revista VozEd, está dedicado a la taxidermia alternativa o moderna, un arte que parte de lo tradicional o convencional para crear algo extraordinario.

Pueden leer el texto completo, directamente de la revista, en este enlace.


La muerte como ornamento

La taxidermia es el arte de la preparación y conservación de cadáveres para otorgarles una apariencia natural y viva. Esta palabra es un cultismo que surge del griego taxis (arreglo o colocación) y derma (piel) más el sufijo –ía (acción, cualidad), pues es precisamente la piel la que se debe conservar al realizar el proceso de disección, ya que después de tratarla se utilizará sobre un maniquí (de poliuretano o madera) del cuerpo del animal en cuestión.



Cortesía de webpark.ru



Desde hace aproximadamente 8000 años algunas técnicas de la taxidermia han sido usadas por diversas culturas, y poco después, en Egipto, se practicó la momificación. Durante el renacimiento (s. XV) los naturalistas se dedicaron a observar y comentar las características de especies nuevas, con la finalidad de lograr un conocimiento más extenso y profundo sobre la naturaleza. Poco después, en el siglo XVI, se hicieron populares los Gabinetes de curiosidades, que fueron los antecesores de los museos de historia natural actuales. El médico, naturalista y filósofo Ulisse Aldrovandi descubrió la zoología, la geología y la botánica, y su Gabinete fue uno de los más prolijos de la época. Contaba con más de 17,000 especímenes en 1595, una década antes de su muerte. Dibujos, textos y ejemplares físicos de plantas, minerales y animales disecados conformaban estos excéntricos y hermosos gabinetes, que creaban colecciones únicas de singularidades de los tres reinos de la naturaleza reunidos.



Segundo Gabinete de Historia Natural actual de Bonnier de la Mosson
Cortesía de la Biblioteca central del Museo Nacional de Historia Natural de París.



Actualmente existe una corriente en el mundo de la taxidermia que se enfoca más en el aspecto artístico y simbólico que comprende un cadáver de cualquier especie al ser tratado para su preservación, pero modificando el resultado final. Sarina Brewer fundó hace más de diez años, junto con Scott A. A. Bibus y Robert Marbury, el movimiento Rogue Taxidermy, que ellos mismo definen de la siguiente manera:


Un género del arte pop surrealista caracterizado por esculturas
creadas con técnicas mixtas que contienen materiales de taxidermia 
convencionales utilizados de una manera poco convencional.


Marbury incluso publicó este año el fascinante libro Taxidermy art (disponible en Amazon por menos de 16 dólares) que contiene fotografías de las mejores piezas realizadas de diversos autores y una guía ilustrada para quienes estén interesados en hacer sus propias creaciones, así como lugares y sitios específicos para conseguir lo necesario.








Esta taxidermia «moderna» (por llamarla con algún término adecuado en español) no es una extensión de la taxidermia tradicional, sino una nueva manera de preservar diferentes especímenes y crear nuevos seres inexistentes por completo en la naturaleza, pero conservando algunas técnicas y aplicando conocimientos específicos necesarios para realizar de manera adecuada sus creaciones, en las que monos y gatos alados, reptiles con engranajes dentro, ardillas de dos cabezas, conejos cornudos y zorros de 9 colas recrean las fantasías más dislates, con claras reminiscencias mitológicas. Estos artistas buscan honorar y preservar, al tiempo que trabajan éticamente con cuerpos de animales que fallecieron accidentalmente o por causas naturales, una de las principales diferencias con la taxidermia tradicional.

Algunos de los artistas más representativos de la taxidermia moderna son Lisa Black, que reúne en sus piezas la taxidermia con la estética del steampunk, y actualmente es una de las más populares. Sus obras biomecánicas fusionan la naturaleza y la tecnología de manera magistral, recibiendo el toque de la perfección.




Creación de Lisa Black



Jessica Joslin define a sus creaciones como «bestias híbridas hechas de metales y hueso». Pero, al contrario a lo que se entiende con la palabra bestia, sus creaciones son estilizadas y dueñas de una delicada belleza que resalta en cada detalle que las conforma. Suele trabajar con cráneos y cuerpos de aves, reptiles y mamíferos pequeños y utiliza también piedras preciosas y diferentes metales.



Creación de Jessica Joslin





Creación de Jessica Joslin



Precisamente en octubre del año en curso, la revista Vice publicó en su versión digital un texto titulado «Las mujeres dominan el mundo de la taxidermia alternativa», donde la autora habla un poco sobre la evolución de este arte y el importante (y primordial) papel de las mujeres en el ámbito actual, e incluye algunas entrevistas, entre ellas la de Joslin. Al parecer, hay muchas más mujeres involucradas que hombres, sin embargo –algo que no imaginé que pudiera seguir ocurriendo– son víctimas de comentarios ofensivos o amenazas (a pesar de que los cadáveres de los animales utilizados son «reciclados» y que no maltratarían jamás a alguno vivo) e incluso de discriminación por el simple hecho de ser mujeres, cuestión más que desagradable y retrógrada. El argumento principal del texto es que esta taxidermia alternativa ha surgido por la necesidad de una reinterpretación actual de la taxidermia tradicional.

Estas metamorfosis sintéticas creadas por profesionales definitivamente otorgan una segunda vida después de la muerte al cuerpo tratado, venerando cada parte de su existencia, reivindicando y uniendo los conceptos de muerte y belleza.

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