El
confeccionador de deseos
(Ficticia, 2015) es el primer libro de cuento publicado de Aniela Rodríguez (escritora mexicana, 1982), y fue acreedor al Premio
Chihuahua de literatura 2013.
Su primer libro publicado fue de poesía,
y pueden leer algunos poemas en este enlace.
La revista digital La hoja de arena publicó su cuento “Rot
in hell, Holmes”, que forma parte de este libro, y está disponible aquí.
Incluso pueden leer el entrañable texto que
escribió Gabriel Liceaga para la presentación de El confeccionador en el Distrito Federal en el Centro Cultural Elena Garro el pasado 26 de agosto en este enlace.
El libro lo pueden adquirir en Librerías Gandhi, y también pueden comprarlo en línea directamente con la editorial.
Transcribo a continuación mis frases
favoritas de todos los relatos:
Interludio
“…el mundo está cansado...” p. 16
“Sus ojos, capulines inseguros, parecen
darse cuenta del miedo que se te va trepando como una cosquilla dolorosa.” p.
18
“…un error de principiante, ese estado
donde despertar no es más que una segunda forma de estar dormido.” p. 19
“…uno necesita sentirse a veces lastimado
para recordar que sigue vivo.” Ibídem
Omisión de una caída
“…poco a poco comenzó a sentir cómo las
piernas le temblaban y se le iba desmoronando la poca cordura que tenía.” p. 24
Las paredes del grito
“…la sepultaron un día de marzo cuando era difícil mirar al piso sin sentir que
se quebraba." p. 27
“…y sé que entonces tal vez tenga que
irme directito al infierno, a quemar cada uno de mis pecados que se extienden en una lista infinita…” p. 33
Historia de un diluvio
“Sufrirá de hidrofobia prácticamente
desde su nacimiento, al concebir al vientre materno como una cascada desmedida
donde los más valientes sobreviven y los cobardes terminan llegando a este
mundo.” p. 36
“A lo largo de su vida, el paciente
aprenderá que la mayoría de las veces que está contento, también estará
triste.” p. 37
“Su malestar, con el paso del tiempo, se transformará en un monstruo degenerativo comiéndole las tripas.” Ibídem
“El onanismo, al retratar una de las
transgresiones más discretas y horrorosas del ser humano, jamás será una
opción a ser considerada.” p. 38
Spleen
del fugitivo
“Ojalá pudiera
escribirte canciones, Miso, y así la vida no te llevaría por la inconstante
suerte de sentirte desalmado.” p. 42
“La fortaleza
tiene la cara rajada.” p. 42 (como todo lo que lucha y queda marcado)
“…la carne
quemada desprendía el olor siniestro de la muerte en vida.” p. 46
El hilo más delgado
“…dicen que usted trajo todas las
tristezas a este pueblo.” p. 54
“…si él pudiera amar dejaría de ser
malvado…” p. 58
El tercer ojo de Dios
“…entendí que dentro de las tripas ya nos
crecía un monstruo que jamás íbamos a poder enmudecer.” p. 66
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