martes, 29 de agosto de 2017

Todo sucede aquí - Jonathan Minila





Todo sucede aquí (Cuadrivio, 2017) es el tercer libro de cuento de Jonathan Minila (escritor mexicano, 1980). Reúne once cuentos fantásticos agrupados por temáticas: los primeros cinco se centran en objetos o en alguna parte del cuerpo humano, mientras que los seis restantes se enfocan en situaciones o acontecimientos dolorosos e incluso espeluznantes.
El primer cuento, «El ataque de las sillas vivientes», describe con gracia un singular hecho que, sin duda, remite a la película El ángel exterminador de Buñuel, pero, en este caso, la razón del miedo y desconcierto de los protagonistas es palpable, visible. Minila alude a la rebelión de lo creado contra su creador, a la máquina contra el hombre pero a un nivel elemental.
«La camisa de un muerto» aboga por la importancia de los objetos de los difuntos y el respeto que se les debe manifestar a los mismos pues, de lo contrario, podrían resultar en trampas mortales. Tras leerlo, recordé el cuento «Dos guantes negros» de Francisco Tario. Ambas historias reflejan un temor específico e inconsciente hacia prendas de vestir de las que nadie desconfiaría jamás.
Pero no sólo los objetos más inofensivos se vuelven criminales en estas páginas: «La mano» retoma un tema sorprendente y fatídico presente en la ficción desde la década de los 40: el del síndrome de la mano extraña.
«Narices», uno de los cuentos más breves del libro, presenta una fijación corporal peculiar e inofensiva que trasciende a niveles insospechados literalmente de la noche a la mañana.
«La mirilla», más que un cuento circular, es la historia de un eterno y desconcertante bucle (tan pretendidamente imposible como horroroso) cuyo núcleo es el fenómeno de la bilocación o la maldición de Doppelgänger.
En la presentación del libro el pasado 27 de julio en la Ciudad de México, Minila declaró que descubre cuentos en cada mínima situación de la vida cotidiana. En cuanto a estas experiencias de vida y su proceso creativo, en una entrevista para el sitio digital Horizontum, el autor explicó que es «un convencido de que los cuentos se gestan mucho tiempo atrás, no únicamente en el momento en que viene la idea que da cuerpo a la historia sino que se nutren de todo aquello que influencia nuestro imaginario». 
         En otra entrevista publicada en el sitio web del Informador, Minila ahonda un poco más en la creación literaria: «Me gusta contar algo en apariencia, pero ir dejando pistas y rastros de un tema más profundo. Los miedos, las angustias, las preocupaciones y las incongruencias del ser humano. Veo los cuentos como permisos para visitar universos donde nuestra lógica se ve trastocada.» 
El admirable imaginario de Minila crea escenas y episodios fascinantes donde la normalidad es realmente lo extraño, nos permite mirar por una abertura el tiempo suficiente para demostrarnos la fragilidad de nuestra cordura. Estos cuentos manifiestan que, en efecto, todo sucede en esas páginas, pero también fuera de ellas, en un «aquí» por completo atemporal y perenne, un tiempo y un espacio que configuran continuamente el presente y las reglas que rigen la realidad. 

Todo sucede aquí está a la venta en librerías Péndulo.

Para finalizar, transcribo algunas de mis frases favoritas del libro:
«Cuando debo enfrentar alguna situación me hago pasar por otro. Tomo la personalidad de alguien más.» p. 12
«La vida sorprende y la culpa no es de nadie.» p. 17
«En realidad todo el tiempo fue una situación que no entendí.» p. 25
«Siempre fue así. Escondiéndose, huyendo; ocultando las verdades.» p. 25
«El sol le recordaba a su madre: sus rayos también eran de sombra» p. 38
«Su sombra, que se descifra debajo del travesaño, podría ser su alma, pero no, si acaso ella está afuera con formas de hombre y con su rostro, tocando fuerte, oprimiendo el botón del timbre, golpeando con los nudillos, dando patadas, gritando.» p. 43
«Mira a sus vecinos antes de cruzar la puerta y los observa retirarse, enojados, aunque también satisfechos de no haberse perdido la escena.» p. 46
«Creyendo que las palabras son más que palabras» p. 49
«Posiblemente su vida termine a la par. Quizá así sea la muerte, Llega en un mensaje como éste; en una hoja igual.» p. 49

«Pero ahí estaba ahora, caminando como si nada. Como si este mundo aún le perteneciera.» p. 55
«Escuchando las voces lejos y las risas ignorantes, sin su pena, sin su tristeza, sin su pesar.» p. 59

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