lunes, 12 de agosto de 2019

Lola Ancira, su hoguera deja entrever el vals que nuestros monstruos internos bailan (reseña por Sugey Navarro)

Con motivo de la presentación de El  vals de los monstruos en Colima, hace algunos meses, la poeta Sugey Navarro escribió una aguda reseña sobre el libro, y yo estoy muy agradecida por ello.






Lola Ancira, su hoguera deja entrever el vals que nuestros monstruos internos bailan

El Vals de los monstruos, parece anunciar una danza ritual, sacrificio de humanos, un aquelarre, seres descarnados, entes sin rostro que se puedan asemejar a lo que conocemos. La mención de Javier Tomeo al inicio del libro, nos advierte que su contenido puede ser mucho más terrorífico que  nuestras suposiciones, cuando señala:
[Los monstruos] están ahí, rodeándonos, configurando la gran metáfora de nuestras frustraciones. Monstruos que exigen nuestra comprensión y todo nuestro amor.
Y lo que contiene, es mucho más cruel:
Lola Ancira nos muestra seres que al principio describiremos como inhumanos, por su aparente falta de sensibilidad y el conjunto de sus acciones sin ápice de empatía, por ejemplo, ¿qué se podría esperar de un gemelo que buscaba exterminar al otro desde el vientre, aún antes de conocer el mundo que habría de endurecer su persona? Seres con hambre de poder y triunfo infinito, de un mundo de excesos donde el vacío brilla más que las riquezas. La autora, no se tienta al construir a los personajes para dejarlos andar bajo la propia escala de valores que ellos van dictando, haciendo de escribana de esas historias que no pretende detener, voces que no vienen del inframundo o un presente paralelo al nuestro: son tan reales como los pensamientos que hemos decidido callar, para mantener a nuestro entorno en armonía. Esas voces bien podrían ser lo que ocultamos en el constante y falible intento de ser buenas personas. (Continuar leyendo en Tukeynam.Wordpress)

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