jueves, 23 de mayo de 2013

No es país para viejos – Cormac McCarthy





-Si no vuelvo, dile a mi madre que la quiero.
-Tu madre está muerta, Llewelyn.
-Entonces se lo diré yo
(Fragmento)


Reseña personal: No es país para viejos (No country for old men) de Cormac McCarthy (escritor estadounidense, 1933) es una novela publicada en 2005. McCarthy ganó el National Book Award en 1992 y el Premio Pulitzer en 2007 y ha sido reconocido como uno de los principales novelistas norteamericanos contemporáneos por Harold Bloom, polémico crítico literario también estadounidense.

La novela narra una persecución en un ambiente hostil y desolador que inicia en la frontera de Texas con México, en la década de los ochenta, cuando Llewelyn Moss, veterano de la guerra de Vietnam, descubre una sangrienta escena de un enfrentamiento entre narcos mexicanos que tenía poco de haber sucedido. Tras acercarse y descubrir el cargamento de droga y más de dos millones de dólares en un maletín, decide su destino al volver a su casa y regresar con una botella de agua para uno de los supervivientes y tomar el dinero, pues a partir de ese momento, él se convierte en el eje central de una historia que no terminará hasta que alguno de los dos sicarios contratados que lo persiguen finalice su misión.

El protagonistas es Bell, Sheriff y veterano de la Segunda Guerra Mundial, un hombre de educación y valores tradicionales que debido a la creciente violencia, está aturdido y dentro de su confusión añora los tiempos en que era imposible imaginar actos y hechos que estaban ocurriendo en su comunidad ahora, como el caso de un asesino adolescente, con el que inicia la narración:

"Mandé a un chico a la cámara de gas en Huntsville.
A uno nada más. Yo lo arresté y yo testifiqué.
Fui a visitarlo dos o tres veces. Tres veces. La última el día de su ejecución.
No tenía por qué ir, pero fui. Naturalmente no quería ir.
Había matado a una chica de catorce años y os puedo asegurar
que yo no sentía grandes deseos de ir a verle y mucho
menos de presenciar la ejecución, pero lo hice."


Conforme transcurre la historia, los actos de violencia se incrementan y la angustia de Bell aumenta la certeza del titulo de la novela. La violencia real y auténtica, más de tres décadas después de estos sucesos de ficción, sigue siendo desencadenada por los enfrentamientos de narcotraficantes con las autoridades e incluso entre ellos mismos, otorgándole una completa vigencia actual a la obra. Pero también es el resultado de sobrevivientes y veteranos de las múltiples guerras que ha incitado o en las que ha participado Estados Unidos, el resultado de una sociedad habituada a la crueldad y las agresiones transmitidas de diferentes formas pero siempre con una consecuencia adversa.

Uno de los antagonistas es Anton Chigurh, un perturbado asesino con carácter filosófico. Su agresividad excesiva se manifiesta específicamente en el arma que usa para matar: una pistola de aire utilizada para sacrificar ganado.

En esta novela se le otorga el poder de modificar al destino a objetos o hechos tan cotidianos o insignificantes como una botella de agua, una moneda, un cambio de idea de último minuto o pensamientos premonitorios; y estas modificaciones tienen en veces el poder de la fatalidad, justo como ocurre en el mundo real.

En cuanto a la narrativa, McCarthy hace uso de una peculiar técnica literaria, intercala capítulos narrados en tercera persona con monólogos interiores del personaje principal, lo que da un acercamiento más personal a la obra: introduce al lector directamente a la mente del protagonista, a sus reflexiones y sensibilidad.

Respecto al estilo literario de McCarthy, hablando de una particularidad, hay quienes se quejan de su uso indiscriminado de la conjunción copulativa 'y' (en su idioma natal 'and') porque vuelve algo tediosa la lectura, algo que, sinceramente, pasé por alto al realizar la lectura. Cada escritor tiene o decide sus singularidades, así como Sada hacía un uso excesivo, a mi parecer, de los dos puntos, y lo que queda no es examinar o hacer resoluciones sobre la obra del autor con bases nimias como estas; pues si para algunas personas es molesto o cansado realizar una lectura con ciertas particularidades o simplemente no están acostumbradas, habrá otras a las que les resulte interesante o incluso lo tomen como una característica más del autor y sigan disfrutando de su lectura; habrá que recordar siempre que 'en gustos se rompen géneros'.

El lenguaje es directo y simple, como la mayoría de los personajes, las situaciones y el contexto en general. Pero no es una simpleza que reduzca el valor de la narrativa, sino todo lo contrario: la misma sencillez refuerza la intensidad de los actos y los vuelve más naturales, más humanos.

Esta reseña no puede finalizar sin hacer mención de la película realizada por los hermanos Coen en 2007 basada en la novela, que llevó el mismo título en España pero cambió por Sin lugar para los débiles en Hispanoamérica. La película está muy bien lograda y , aunque ha sido criticada negativamente por el final confuso, quizá tenga que ver con que no es un final tradicional ni esperado, sino uno en el que hay que buscar razones que quizá no encontremos. Singular, como la historia misma. En lo particular, ha sido una de las películas que más me han impresionado, por algunas escenas en específico y la actuaciones. Estuvo nominada a 8 Premios Óscar, de los cuales ganó cuatro, entre ellos Mejor guión adaptado y Mejor película.

Es mucho más recomendable leer el libro y después ver la película, pero en cualquier caso respeto siempre a la película que crea a un nuevo lector de la obra en la que está basada debido a su admirable interpretación.

Por último, dejo el trailer y un fragmento de uno de los diálogos en la novela:







- ¿Tienes alguna idea... de lo loco que estás?
- ¿Te refieres a la naturaleza de esta conversación?
- Me refiero a tu naturaleza.

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