sábado, 28 de diciembre de 2013

Los predilectos - Jaime Mesa




Los predilectos (Alfaguara, 2013) de Jaime Mesa (escritor de Puebla, México 1977) es la segunda novela publicada del autor, la primera fue Rabia (Alfaguara, 2008) y cuya reseña también aparecerá pronto por aquí. El autor fue becario del FONCA en el área de novela durante 2008-2009. Actualmente imparte talleres de creación literaria y es editor.

Los predilectos tiene una narrativa circular en primera persona y donde el autor le da vida a una voz femenina, pues la protagonista es Scarlett Kunzen, una mujer que a sus más de treinta años rememora su vida a partir de su mayoría de edad, cuando toma la decisión de salir del hogar nuclear para enfrentarse a un mundo del que ya poco cree que la pueda sorprender. Y precisamente que sea una protagonista es una de las muchas singularidades de esta novela, pues remite precisamente a esa “reciente” objetividad de la escritura a la que alude Mesa en esta entrevista:

En realidad fue más fácil escribir como mujer de lo que yo pensaba —
asegura el autor, y luego añade—: Lo que hice, el truco literario
que hice fue nunca pensar que tenía que escribir como una mujer.
Yo me sentaba a escribir y no decía: “ay cómo escribirá una mujer,
cómo lo haría una mujer”, porque se hubiera tronado la narración,
hubiera quedado muy artificial. Entonces lo que hice fue que descubrí que sí,
a pesar de las diferencias normales y obvias entre un hombre y una mujer,
al final de cuentas la condición humana se impone: le tenemos miedo a lo mismo.
Y con esa neutralidad o punto medio entre hombres y mujeres,
fue en la que me sumergí a escribir la novela.

Y es una narrativa sobre la que Margo Glantz, en su ensayo ¿Neutralidad o sexualidad de la escritura? dice: 'La enunciación de un discurso femenino organizado por una cabeza masculina no termina en el siglo XVIII', refiriéndose a ciertas obras de Choderlos de Laclos, Diderot y Bataille donde se le otorga trascendencia a esas letras escritas por plumas masculinas que otorgan voz a figuras femeninas, que cuestiona esa necesidad de asignar sexo a la escritura y que aboga precisamente por esa neutralidad de la que habla Mesa.

A sus dieciocho años, Scarlett Kunzen nota que es una mujer con una genética sobresaliente y que al saber su futuro asegurado económicamente, no tendrá que preocuparse por cuestiones mundanas como buscar una profesión o desarrollar sus habilidades en actividades específicas, por lo que decide salir de esa supuesto refugio familiar donde todos los lujos no pueden otorgar las experiencia efímeras de la vida que anhela conocer.

Scarlett viaja y descubre todo lo que hasta entonces había permanecido oculto a su realidad perfecta: aficiones sexuales mortales que conoce a través del anuncio en internet de un gift giver (persona seropositiva que desea infectar a una persona sana) y que la convierte en un bug chaser (persona que busca ser infectada con VIH) a través del raw sex o sexo piel a piel, que restringe el uso de condones, para lograr dicho objetivo. Después de su primer encuentro con un gift giver, este la lleva a una convertion party (orgías sexuales para bug chasers y gift givers) también llamadas Russian roulette parties, fiestas sexuales en donde se reúnen personas infectadas y no infectadas y el riesgo de contagio se vuelve muy latente y da lugar al fuck to death o el acto sexual en el que hay contagio de VIH. Las últimas dos acepciones en inglés definen a la perfección las razones de estas fiestas y personas por realizar tales actos: el contacto directo con una enfermedad fatal como una forma de muerte temporalmente incognoscible pero certera. Parecido a lo anterior también está un fetichismo sexual llamado feederism (acto compulsivo en el consumo de cualquier tipo de alimentos), donde los gainers (personas alimentadas) y los feeders (personas que preparan o aportan los alimentos) crean una relación enfermiza y desigual donde ambos lados están de acuerdo en ejercer sus peligrosos roles.

Esta cercanía con la muerte me trajo a la mente la película Kissed (Lynne Stopkewich, 1996) cuya temática central es la necrofilia desde una perspectiva femenina -no objetiva- y quizá, por lo tanto, con una sensibilidad y emotividad sorprendente que transforman a esta parafilia en un acto apasionado, más allá de lo meramente sexual.

Scarlett relata aquí algunos de esos hechos con cierta parsimonia que le ha otorgado el paso de los años y de la misma manera relata acontecimientos impactantes con una belleza que logra atraer al espectador/lector, que nos vuelve partícipes de esas fiestas, descripciones que logran transmitir esa fijación y gusto por tales actos que por la mayoría de las personas podrían ser repudiados o reprobados, incluso aunque en lo más profundo de su ser sientan la misma atracción fatalista.

Tras esa etapa de “perdición”, Scarlett se interna en una clínica de rehabilitación para adictos (en su caso, a la comida y al sexo) y es donde conoce a tres jóvenes ucranianos, los hermanos Dimitri y Kosntantin y a Soseki, pocos años menores que ella y pertenecientes a una afamada banda de rock que empezaba a declinar por falta de material nuevo derivado de sus excéntricas vidas y excesos con drogas o alcohol. Los cuatro formaron entonces un idílico grupo de los denominados por la protagonista como beautiful and damned y que eran precisamente eso, personas jóvenes, hermosas y 'malditas' o 'condenadas' por sus futuros previamente escritos, que al saberse en la cima y teniendo todo lo que podrían desear, no hacían más que disfrutar el momento, el instante, con una juventud que parecería eterna y una conciencia adormilada por el placer, con deleites y satisfacciones momentáneos que compraban segundos de una fruición de la que ignoraban los límites y el precio, ignorando también al futuro y las posibles consecuencias que tendrían que enfrentar, pero siempre teniendo consciencia de la muerte como el final.

Respecto a esta forma de llevar sus vidas, que recuerda la locución latina Carpe diem y a La Celestina, obra de Fernando de Rojas, reseña que escribí hace algún tiempo aquí y de la que transcribo tres párrafos fundamentales para justificar la mención:

En la obra, todos los personajes coinciden en la atracción sexual y el disfrute placentero de los cuerpos jóvenes y hermosos, se saben dentro de un tiempo de vida fugaz y tienen una interacción estrecha con la muerte. Les importa vivir el presente, no lo que pasará en el futuro, pues el destino es desconocido y este podría ser glorioso o traer la fatalidad. Rechazan los conceptos tradicionales de moral y crean su propio código moral, donde todo vale para obtener los placeres y beneficios propios.

Calisto y Melibea se encuentran en la situación de vivir un presente indefinido, gozando de noches de deleite, preocupándose sólo por ver llegar la hora en que sus cuerpos se reúnan de nuevo en la oscuridad cómplice de la noche. Pero el destino teje en estas noches la ruina y muerte de ambos.

Para Albert Camus, en este caso, “Matarse, en cierto sentido, y como en el melodrama, es confesar. Es confesar que se ha sido sobrepasado por la vida o que no se la comprende…Es solamente confesar que eso "no merece la pena".

A pesar de que la atmósfera en la que se desarrolla la novela generalmente está alejada de nuestro país, Mesa describe características específicas de la cultura ucraniana con gran detalle y logra crear una vívida imagen del sviata vecheria o cena de la víspera de navidad, donde describe algunos platillos y tradiciones ucranianas muy bellas: “A la usanza más antigua, Konstantin dispuso un lugar libre para considerar a los parientes fallecidos, cuyas almas deberían retornar para asistir al banquete.”

Sobre el título de la obra, es la misma Scarlett quien explica (después de analizar la vida de una afamada actriz que al final de sus días perdió gran parte de su fama y a la que conoció en persona -de la que fue testigo en su ascendencia y decadencia y del único vestigio perdurable que dejó en la tierra y en el anonimato-) que es únicamente a través de la descendencia como se logra la permanencia en la tierra, a través del perfecto legado genético. Porque la memoria tiene límites y es imperfecta, y para formar parte de ese limitado listado artístico de nombres eminentes hace falta algo más que el simple gusto de perdurar: se necesita cierto talento, visión, capacidad y un don.

Scarlett me trajo a la mente a un personaje bastante peculiar que entró en mi vida hace una década: Violeta Schmidt (de Diablo Guardián) y un dato curioso es que, cronológicamente hablando, Violeta tendría una edad aproximada actual a la de Scarlett. En esta formidable entrevista, Mesa habla sobre la importancia de los personajes en su narrativa y de dónde surgió:

Otra cosa sobresaliente de esta novela son los personajes, los cuales están muy bien construidos. Se ve que hay un trabajo muy intenso en saber de dónde vienen, qué piensan y hacía dónde van. ¿Qué tanto te preocupa la construcción de los personajes y cuánto de tu propia personalidad les diste?

Jaime Mesa: Vengo de la tradición de los novelistas rusos, franceses e ingleses del siglo XIX, de estas largas novelas donde lo importante siempre es el personaje. Se recuerda vagamente la trama de Crimen y Castigo de Dostoievski, pero todo mundo recuerda a Raskólnikov, incluso con el paso del tiempo, Raskólnikov se vuelve un estereotipo que la gene puede decir “ah, él se comporta como Raskólnikov”; la importancia de desarrollar a los personajes en la literatura, y máxime en la novela, es que con el paso del tiempo es a ellos a quienes recordamos, son quienes realmente construyen una novela ¿por qué? pues porque no son individuos, es decir, no son copias exactas de una persona que respira y vive en el mundo o son una copia de su autor, sino que son construcciones armadas con cientos de pedazos de muchas personas, entonces de esa forma se vuelven grandes Frankensteins armados con los símbolos y la esencia de muchas personas, y que pueden ser buenos satélites o receptores de una corriente humana; uno puede encontrar a Madame Bovary o a Anna Karenina que al paso del tiempo ya representan arquetipos que son reflejo de un grupo muy fuerte de la población.

Otra coincidencia interesante la encontré en la página 156, donde cierto personaje le propone a Scarlett, quien no encuentra el sentido de la vida a sus 26 años, escribir un libro. Y la coincidencia es precisamente que a mis 26 años publiqué mi primer libro (y aunque ya tengo varias respuestas favorables, sigo buscando el significado de la vida).

Finalmente, pocas páginas antes de que termine la novela hay una explicación exacta de quiénes son 'los predilectos': esos seres de vidas públicas que dan de qué hablar porque siempre hay alguien que preste atención a su existencia, los predilectos se encuentran completamente alejados del anonimato, son más que el resto, que esas vidas ordinarias y comunes que jamás serán iluminadas por reflectores o enaltecidas por escenarios.

No está de más decir que este libro me enganchó desde el primer párrafo y para comprobarlo, pueden empezar a leer las primeras páginas de Los predilectos en este enlace de Alfaguara y comprar el ejemplar impreso en Librerías Gandhi o el ePub en este otro enlace.

Son muchas las frases seleccionadas que transcribí y aún así me faltaron algunas, pero todas valen varias lecturas y un análisis personal:

“De niña me parecía que el obituario de una estrella de cine o televisión involucraba un atisbo de lo que ha sido y de lo que será la vida del resto de nosotros. Pequeños resúmenes de ilusiones y fracasos. Como si al momento de morir (cuando la agonía de un astro anuncia la inminencia de un sistema solar) acuñaran un nuevo estereotipo, un cliché que aún no es cliché, y eso nos diera paz para continuar sabiendo que todo permanece. Esas vidas expuestas son como cartas astrales: prefiguraciones cósmicas de lo que podríamos hacer con nuestra breve y banal existencia.” P. 13

“Quizá a veces convenga no saber demasiado de uno mismo.” P. 14

“Yo, hablándome a mí misma con esta honestidad mentirosa que otorga la soledad.” P. 16-17

“... proclamaba formalmente su muerte; es decir, el olvido.” P- 24

“... los adictos se parecen a los genios, cuya conciencia los margina del exterior, de los demás, bajo el conocimiento de que la grandeza reina en ellos.” P. 38

“Creo que entre más sólido sea algo más riesgo hay de ruptura. Los linajes y, sobre todo, las personas se quiebran.” P. 55

“... nada cambiará hasta que realmente necesites cambialos porque estás al borde de ti mismo.” P. 57

“¿Qué si te tocan los papeles secundarios? ¿Qué si te toca trabajar en una empresa pequeña y nunca vienen de otra más grande a contratarte? ¿Qué si eres bueno, el mejor de tu clase, el mejor del lugar donde trabajas, y nunca vienen por ti? ¿Qué si vas afuera y no puedes? Bien para los que no se dan cuenta de su lugar. Pero a quien busca su lugar en el mundo, ¿qué tal le sentaría enterarse de que es el personaje incidental? ¿A qué edad? ¿A los treinta? Mejor que sea a los sesenta cuando lo descubras. ¿La gente no piensa en eso? ¿En el papel que les tocó desempeñar? ¿O sí lo hacen y por eso existen tantos satisfactores baratos y efímeros para evitar la subida del índice de suicidios? Acostúmbrate y se feliz. ¿Quién puede vivir con una verdad así? Por lo visto, todos. O, al menos, la gran parte. Porque tampoco se suicidan seis mil millones de personas. ¿Diez millones? Aún sigue siendo poco.” P. 59

“De entre todas las personas siempre preferí a las que han conseguido algo, sea lo que sea. Invariablemente estarán insatisfechos, pero su nivel de frustración será menor.” P. 60

“... ¿y fui yo la que se imaginó con el virus dentro y dueña de un poder inconmensurable?” P. 63

“El melodrama como catarsis.” P. 68

“Era como saber que alguien más tiene un objeto, o es dueño de recuerdos más exactos que tú y lo envidias.” P. 86

'... no podía soportar la idea de una vida anónima, sepultada en algún país europeo donde sólo tú estuvieras consciente de que vivías. A pesar de que sabía, a la manera de una premonición maldita, que al cabo de los años cualquier lugar sería “un país europeo donde sólo tú estuvieras consciente de que vivías.”' P. 103

“Daba entrevistas donde se dedicaba a hacer crecer el mito con mentiras que realzaban algo tan común como hallar un tema para escribir una canción.” P. 104

“... se dirigió a su casa a iniciar su infierno personal.” P. 118

“... con su amistad me había perdonado como otras personas jamás lo habían logrado hacer.” P. 120

“Ahora sé que pocas veces guardamos el recuerdo de nuestra última vez porque pensamos que siempre habrá otra y otra, que el sexo es algo tan fácil de conseguir que siempre habrá alguien dispuesto.” P. 120

“... lo inalcanzable es perpetuamente inalcanzable, aun cuando lo tienes, porque en ese momento desaparece...” P. 129

“El genio nunca compite. El genio sólo esta ahí y hace las cosas.” P. 136

“Pero sobre todo, un deseo muy explosivo de comerlo, sí, esa era la palabra, comerlo, de tomar una de sus manos y lamerla hasta un punto doloroso, de tomar sus labios y morderlos, de arrancar, de arañar, de masticar.” P. 139

“... luchas esforzadamente contra nuestros más profundos defectos o, si somos más realistas, contra nuestra naturaleza.” P. 146

“La soledad no sirve, como muchos piensan, para estar contigo mismo, sino con los demás. sirve para aprender la mirada que el mundo tiene sobre ti y sobre los otros. Aprender el lenguaje de los demás.” P. 148

“Me sentí como si acabara de terminar con el hombre de mi vida y nos despidiéramos con un abrazo. Llena de sindicación y tedio, El arrepentimiento vendrá después. No ahora. Por el momento es suficiente la culpa Para dejar que te siga abrazando aunque sientes que estás en contacto no con un desconocido, sino más bien con un enemigo. Un enemigo íntimo, Tratas de apartarte, pero llegan inesperadamente fugaces flashazos de un pasado muy cercano, los pasados cercanos que se encuentran a un año de distancia, y empiezas a llorar. Eso es la desolación, la inmovilidad bajo el deseo de salir de ahí.” P. 148

“Lo único que teníamos en común eran su atenciones hacia mi condición deprimida y triste.” P. 150

“Lo que hace la diferencia es que nos consideramos importantes, necesarios para el mundo. Y eso no es verdad. Nuestras vidas no tienen la menor importancia más que para unos cuantos conocidos cercanos. Sin embargo, pensar que somos importantes, invulnerables, genera cambios y que el mundo evolucione. Si todos aceptáramos nuestra condición transitoria y finita, aún perseguiríamos animales por las llanuras y nos comeríamos los unos a los otros, estaríamos a la expectativa de los relámpagos y de la lluvia. Pero piénsalo, mueres y ¿qué pasa? Nada. Absolutamente nada.” P. 163

“¡Es tan fácil abandonar el tormento de la creación para sucumbir a la bella y perfecta pasividad de contemplar lo que alguien más ha creado!” P. 170

“Los niños (...) significaban algo que podía romperse con una facilidad extrema y que, sin embargo, no había que romper...” P. 174

“La gente suele cansarse si después de algunos minutos no les cuentas una tragedia personal o indicios de descontento. Las vidas felices y tranquilas no son dignas de atención. Son, por lo general, aburridas.” P. 194

“... debemos tener cuidado con lo que preguntamos a alguien que no conocemos porque podemos acertar y detonar todos sus males. Esa necesidad idiota de interesarnos por los demás.” P. 194

“Y como siempre, la novela que sucede en nuestras cabezas se opone completamente a la realidad.” P. 199

“¿Qué no las historias de hadas le han permitido mantener la esperanza a generaciones desde que la humanidad sufre desgracias?” P. 202

“Uno es lo que es desde el principio, lo demás son modificaciones a nuestra naturaleza, el mejoramiento consciente de nosotros.” P. 203

“Y hablas, y estudias tus gestos antes de ejecutarlos y despliegas tus mejores elementos en ese juego de conquista cuyo peligro aún estás a muchos años de descubrir. Pero todas las personas, aun los grandes amores, empiezan así. Sin conciencia.” P. 215

“Nadie sabe por qué termina amando a una persona determinada. Tampoco nadie sabe si tenemos uno, dos o más amores de a vida. Nadie sabe, obnubilada por el dolor, cuando termina una relación, si realmente ese amor es el único, o si se desvanecerá con el paso de los años.” P. 218


“... yo, en mi vida, había gozado y sufrido de la misma manera con situaciones y personas reales como imaginarias.” P. 233

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