lunes, 31 de marzo de 2014

La desconocida del mar y otros textos recuperados – Francisco Tario



La desconocida del mar y otros textos recuperados de Francisco Tario (escritor mexicano, 1911-1977) publicado por Ficticia Editorial en 2013, es un libro que reúne, en tres partes y 162 páginas, siete cuentos fantásticos, algunas entradas del diario del autor en su juventud y unos párrafos que describen el trabajo de su hijo menor como pintor. Es, en su totalidad, un cofre que congrega algunas joyas literarias imperdibles de Tario para todo aquel dispuesto a entrar en su universo literario y, en especial, para sus lectores más devotos.

Desde el prólogo, donde Alejandro Toledo, a través de algunas alusiones a E. T. A. Hoffman menciona ciertos vínculos con las letras de Tario, surge una atmósfera propicia que sitúa a las historias y los personajes de Tario en la noche, ese territorio eternamente misterioso y conveniente para albergar a la fantasía y la imaginación, ese espacio que en su oscuridad vuelve reales y verosímiles las historias más extravagantes.

Dos guantes negros es uno de los cuentos más sobresalientes del libro, pues no solamente dota de vida a objetos insospechados y por completo triviales, sino que la finalidad de uno de ellos es más que maligna y perversa, homicida. El cuento completo lo pueden leer, en formato pdf, en la entrada posterior a esta publicación.

Las detalladas descripciones y tramas enigmáticas convierten a estas lecturas en maravillosos instantes de asombro y desconcierto, incluso en un anhelo por conocer lo inexistente, como Taón, ese país tan mencionado por el pequeño Jacinto Merengue en el cuento homónimo, un lugar que se vuelve familiar de tanto leer sus cariñosas descripciones y que crea un sentimiento de fraternidad que se instala junto a los recuerdos del hogar propio.

En Rosenda Monteros, el autor expone de forma elegíaca no la figura de una mujer, sino sus efectos fatídicos en los hombre, su afinidad de efigie y enigmático propósito.

En La desconocida del mar, más que describir un sentimiento de amor es el relato de un fuerte sentimiento de adoración y una fijación por lo desconocido enfocado en la silueta de una mujer que, a pesar de ser real, recrea una existencia fantasmal muy parecida a la creada en La invención de Morel, por Bioy Casares. También hay cierta connotación que recuerda la película de El ángel exterminador de Buñuel, una singular característica que comparte con el siguiente relato del libro, Contraluz.




Jud, el mediocre es un basto océano de referencias literarias y una oda a escritores, poetas y filósofos como Keats, Virginia Woolf o Valery, donde un escritor se debate entre la realidad y un trastorno previo a la muerte que contiene frases e ideas magníficas.

Por todo lo anterior (y más detalles que seguramente se me escaparon), este libro es un must have para todos los amantes de la literatura fantástica y el imaginario de Tario.

Para finalizar, transcribo mis frases favoritas del libro (de nuevo, bastantes) en las que pueden atisbar la fascinante creación de Tario.


Prólogo

“(…) entiendo por fantástico la exteriorización del conocimiento o del deseo que no se puede justificar por una causa racional, y por maravilloso aquello que es considerado imposible, inconcebible, que parece superar las fuerzas conocidas de la Naturaleza u oponerse a sus procesos habituales.” P. 9-10

“La nocturnidad, dice Juan Tébar (prologuista español de los cuentos de Hoffmann), es un estado de ánimo, un modo de entender la vida.” P. 11

”(…) en Tario la muerte es el comienzo y el fin de la historia, pues se camina del asesinato al olvido, que es visto como una segunda y definitiva muerte: el fantasma se desvanece cuando se pierde su recuerdo.” P.12


Rosenda Monteros

“Es una estatua precoz, enferma de la vieja soledad de las estatuas.” P. 89

“Es húmeda y olvidadiza, de oscilación muy precisa, temperatura malsana y pensamientos tristes.” P. 89

“Y guardad bien el secreto (…) Muchos han muerto y no lo saben.” P.90


Sobre la pintura de Julio Farell

“El misterio no entra por los ojos, como la luz de la mañana, sino que se filtra por sorpresa en la corriente sanguínea y se refugia en un rincón indeterminado de nuestro ser.” P. 91

“Eso que el hombre debió perder casi sin darse cuenta y que difícilmente recupere…” P. 92


La desconocida del mar

“(...) la sensación íntima del bienestar ajeno y el propio mar, luminoso y excesivo, no logran sino acentuar visiblemente su profunda melancolía. Sobresaltada por toda suerte de remordimientos y alucinaciones (...) “ P. 95

“(...) con qué poca cosa el corazón humano se conforma.” P. 96

“Está solo. Y aquel lugar tan luminoso y plácido, aquel mar tan ruidoso y azul, se transforma, en virtud de la súbita soledad, en el más lóbrego y aborrecible rincón.” P. 97

“Amaba, por consiguiente, a un fantasma y era amado a la recíproca por el fantasma desaparecido.” P. 98

“También busca. También fracasa. (…) Y no es el encuentro de dos personas extrañas y ajenas, sino de dos seres solitarios a quienes un grave y doloroso amor ha unido,” P. 99

“La felicidad -advierte- acude una sola vez, pero jamás vuelve. Y su felicidad se ha perdido.” P. 99

“Sabe que por aquél amor mentirá; y miente. Que por aquel amor traicionará; y traiciona. Y se ve obligada a recurrir a las más sucias mentiras, a los más innobles recursos para prolongar aquél amor un día más, uno solo. Entiende muy claramente que, perdido este amor, su vida se derrumbará definitivamente por segunda y última vez.” P. 100

“(...) hermosas y trágicas vidas tiran de ellos en dos direcciones contrarias (...)” P. 101

“Es un repentino y oscuro pánico el suyo que le anuncia que ha de morir.” P. 101

“Cada ruido le anuncia algo; cada silencio le previene un riesgo; cada palabra es un símbolo fatal.” P. 102

“(...) es preciso escapar, evadirse a cualquier precio de la tortura infinita, de la monstruosa e interminable espera.” P. 102

“La herencia definitiva de la soledad.” P. 103


Contraluz

“(...) se despeñaba fatal y vertiginosamente hacia un tenebroso abismo al cual los demás se asomaban con susto.” P. 106

“La noción de un mundo ajeno, incomprensible y malsano, a espaldas suyas, llenábala de un terror casi sagrado y, sin saber a qué atribuirlo, procuraba ahora que sus pasos sobre la alfombra no produjesen el menor ruido, como si temiera que ese mundo oculto y nefasto pudiera desperezarse de pronto e inundar con su horror la casa.” P. 110

“Su imaginación de había desbocado como un potro salvaje y ya no encontraba forma de serenar y ordenar sus pensamientos.” P. 111

“(...) esos incongruentes y amenazadores seres que son los locos.” P. 112

“Habían transcurrido dos meses desde mi última visita al infierno (...)” P. 118

“(...) no todo lo visible es solamente nuestra realidad, sino que la auténtica realidad se esconde detrás de esa formal apariencia que nosotros, precipitada y gratuitamente, llamamos única realidad.” P. 119

“(...) un ser de otro mundo que se presentaba alegremente, inconsciente de su terrible significado.” P. 124

“¡Vasto, insólito, abrumador mundo por el cual camina el hombre a tientas, inconsciente de su enigmática trascendencia!” P. 125

“(...) mi angustia iba en aumento y una sensación de soledad infinita, de minúscula pequeñez humana, me acompañó a partir de entonces.” P. 129


Jud, el mediocre

“Tampoco habitaba en la tierra. La tierra consta de tantas degradantes e insulsas cosas como son el amor, la amistad, la muerte, las verdolagas, el placer, la erisipela, la piedad y la alegría, y él habitaba un cuartito de 3x4 poblado de espejos invertidos donde muertos ilustres y otros ilustrísimos moribundos se asomaban a la superficie para guiñarle el ojo y conducirlo en silencio a lo largo de una aristocrática avenida. Keats, Bergson, Virginia Woolf, Eliot, con sus delantales blancos, lo conducían de la mano por unos encantadores macizos de crisantemos y le ofrecían compota de pera o le pellizcaban los carrillos.” P. 132

“Cuando el hombre acepta su catástrofe, ya obtuvo su diagnóstico: tiene la salvación a mano.” P. 133

“Su renuncia a existir, creo, no tiene ya remedio.” P. 133

“(...) en algún escritorio del mundo un hombre de verdadero talento se debatía con sus dóciles fantasmas.” P. 134

“Mas la soledad es fuego y las flamas de cualquier hornilla nos alcanzan, impidiéndonos aproximarnos.” P. 135

“Gira, manotea, saca la lengua, está aún pendiente de morirse.” P. 135

“Podría ser un bienaventurado. Mas ha dejado de pertenecernos, lo cual ya es más doloroso.” P. 136

“Su utilidad humana aún no ha sido descubierta.” P. 136

“(...) las palabras son cabalmente explícitas, genuinas, demoledoras. Las palabras son siempre responsables de su propio hechizo. Y no es posible burlarlas.” P. 138

“-Mi poder está en el método -en el alambre, quería decir; dialogaba-. ¡Crearé! P. 139

“(...) el mundo de los enfermos es un reino inesperado, misterioso e incomprensible, como el de los poetas.” P. 140


“(...) la vida es ardiente, insensata, rica o siniestra, pero incomprensible.” P. 142

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