jueves, 28 de abril de 2016

Fauna limítrofe - Hanna Figueroa






Para Nietzsche, a pesar de que el animal ve en el ser humano a su igual, sabe que éste está en decadencia, pues es un espécimen que se ha arriesgado a desaprovechar su inteligencia a costa de su racionalidad y felicidad.

Fauna limítrofe (obra publicada con el apoyo de CONACULTA y PECDA EN 2015) de Hanna Figueroa (escritora mexicana, 1988), es el primer libro de poesía publicado por la autora. Está compuesto por treinta y un poemas de los cuales treinta llevan por título el nombre de diversos seres del reino animal tan distintos entre sí como los prejuicios que se han formado en torno a las leyendas o los mitos creados por su aspecto físico, comportamiento o asociaciones místicas o religiosas. También incluye algunas ilustraciones hechas por Juan Ibáñez que representan una fusión particular entre el hombre y los animales.





En esta fauna, Hanna busca vincular de nuevo al ser humano con su propia naturaleza y con esos múltiples, hermosos y peculiares seres con los que comparte la tierra desde tiempos remotos y que poco a poco o abruptamente ha aislado, excluido de su entorno o exterminado. Bien lo decía Víctor Hugo en el siglo XIX: «Primero fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre. Ahora es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales».

En estas páginas, la autora reúne lo mismo pequeños animales dóciles que insectos y moluscos, imponentes bestias, aves de vuelo raudo y hermoso plumaje o mamíferos de agraciado pelaje, dueños todos ellos de la majestuosidad, la fuerza y la perfección propias de la naturaleza. Estos versos construyen imágenes bellas y dolorosas, son palabras entretejidas que conforman entidades finamente formadas con precisos detalles lingüísticos y visuales, como algunos caligramas, que describen ciertas cuestiones de los misterios contenidos en la vida y la muerte. El poema «Águila» remite a la condición humana bipolar eterna: «vivimos a dos tiempos, el presente y el recuerdo». «Oveja» refleja la fugacidad y lo intrascendente de la existencia, y «Cocodrilo» describe la inevitable y dolorosa evolución gradual del amor pasional.

Tuve la oportunidad y el placer de conocer a esta poeta y escuchar su magnífica declamación en el VIII Carruaje de Pájaros, y quedé fascinada con esta mujer maravillosa en distintos aspectos. Meses después, recibí por correo su libro con una hermosa sorpresa y unas palabras colmadas de sabiduría y cariño.

En el siguiente video, pueden escuchar en su propia voz su poema «Perro».






Algunos de los poemas publicados en este libro están disponibles en las revistas de poesía Bistró y El humo

Para finalizar, transcribo algunos de mis fragmentos favoritos del poemario:


Cardenal

te presentaron al mundo
bajo el incendio de luz artificial
tu rostro recostado en soledad
los precipicios se cruzan:
el de la caída al nacer
el de no tener destino


Mosca

El halo de zumbido corona el viento

Uno descubre la muerte
cuando la mirada se clava en la mosca
que se posa en tus ojos ausentes


            Coyote

la soledad
domestica al coyote


            El zopilote

una vez más estoy donde Ícaro cayó
la calma es un foco a punto de fundirse

sólo busco cuando estoy en picada

Conejo

si los niños aprenden
a sacarse el corazón


Zorro

las palabras con R se desprenden desde pecho
cardiopatías
se anudan en la lengua
atrapándolas ahí
como cuando te nombro a ti


            Toro

Te buscas queriendo encontrarte
pero el ojo no debería de verse a sí mismo
pero el ojo no debería comprobar que se existe


            Cocodrilo

…al camposanto se llevan flores
pero en casa se llora             hálito sin idioma


Animal herido

No sabes qué hacer con el precipicio en tu
pecho
corres por la calle
preguntan –¿qué tienes?–
la consecuente incapacidad de explicarlo
te hace enmudecer


            Polilla de lluvia

El miedo a los fantasmas
nos hace rezar


Hiena

Me puse a dormir

para ver si la muerte cedía

No hay comentarios:

Publicar un comentario