lunes, 29 de agosto de 2016

Irreverencias maravillosas: Una pericia condenada



The Question of Witchcraft Debated de John Wagstaffe (1633-1677) 



El texto de este mes para Irreverencias maravillosas, mi columna mensual en la Revista VozEd, indaga en la historia de la brujería, esa práctica tan perseguida y satanizada desde siglos atrás.

La versión completa del texto se encuentra en este enlace


Una pericia condenada

«El arte real siempre debe suponer cierta brujería.»
Karen Blixen

LA BRUJERÍA ES tan antigua como las primeras civilizaciones. Multitud de hechos increíbles rodeados de misterio, magia y supersticiones se han registrado desde entonces, lo que permite apreciar que ha sido interpretada como un conjunto de fenómenos extraordinarios que incluían ceremonias o ritos de protección o que brindaban favores a quien los celebraba. A través de la historia ha sido vista como un enigma, como una religión o un culto pagano, y este conjunto muchas veces incomprendido de prácticas y conocimientos ha estado rodeado de acontecimientos brutales y nefastos.
No fue sino hasta el siglo XI que el temor y los prejuicios la condenaron: el cristianismo la consideró como una práctica anticristiana y a todos los involucrados como a herejes, pues se le relacionó con todo lo diabólico y maligno, razón por la que, algunos siglos después, tanto en Europa como en Estado Unidos surgió una inquietud enfermiza respecto al tema, lo que culminó en infinidad de persecuciones, juicios y ejecuciones de supuestas brujas. Éstas eran acusadas, entre varias cosas más, de volar en escobas; de poseer animales para atacar o espiar a los demás, como gatos negros, cuervos o lobos; de realizar aquelarres y pactos con el Diablo e incluso de venderle sus almas a cambio de favores. 

Witches going to their Sabbath (1878), de Luis Ricardo Falero



En realidad, las brujas eran, generalmente, mujeres con grandes conocimientos, específicamente de herbolaria, aptitudes, como la clarividencia, o capacidades perceptivas sumamente desarrolladas que fueron víctimas de una sociedad ignorante e intolerante que atribuía cualquier comportamiento o situación inexplicable a lo demoniaco, con infinidad de prejuicios y supersticiones. 
Uno de los casos más populares fue el de la reina consorte de Inglaterra Ana Bolena, acusada en 1536, tres años después de su boda con Enrique VIII, de adulterio, traición y brujería. fue la primera reina en ser ejecutada en público. Se especula que fue víctima de una conspiración por parte del rey para que éste pudiera casarse de nuevo, pues buscaba tener su primer hijo varón. Él mismo firmó, en 1542, la primer Witchcraft act, ley que penaba con la muerte la brujería. 
El rey James VI de Escocia, decidido a finalizar esta problemática, se pronunció a favor de la cacería de brujas, por lo que ordenó reunir dichas confesiones y procesos para divulgarlo mediante la obra Newes from Scotland, que incluía grabados. Algunas copias de éstos se conservan aún en algunas bibliotecas como la Bodleian de la Universidad de Oxford o la de la Universidad de Glasgow. Siete años después publicó incluso tres tomos titulados Daemonologie, disponibles en línea en la biblioteca digital del proyecto Gutenberg. Posteriormente se volvió el rey de Inglaterra y la cacería se intensificó hasta 1722, cuando tuvo lugar la última ejecución al norte de Escocia. Durante ese periodo, al menos tres mil personas fueron víctimas de la hoguera.



En 1692 los habitantes de Salem, en Massachusetts, vivieron seis meses de persecución, misma que culminó con la ejecución de diecinueve personas (la mayoría mujeres, al igual que en todos los casos) y poco menos de doscientos encarcelados, esto sin tomar en cuenta a todos los acusados. Además de que los testimonios fueron poco fiables, la tensión política y la histeria religiosa fueron razones de peso para estos fatales sucesos, mismos a los que se les prestó la debida atención hasta que miembros honorables de la sociedad comenzaron a ser acusados. Más de un año después de iniciar esta locura, el gobernador en turno liberó a todos los encarcelados. Inspirado InspiradoIns por los hechos anteriores, Arthur Miller escribió en 1952 la obra Las brujas de Salem.
Este reprobable comportamiento de la sociedad deriva de consecuencias similares a las de la histeria o psicosis colectiva, fenómeno sociopsicológico que actúa como mecanismo de defensa ante situaciones desconocidas. 
En el ámbito cinematográfico las referencias abundan: The Witch (2016) es una película ubicada en 1630 en Nueva Inglaterra donde se representa al Diablo como a un macho cabrío, como tradicionalmente ha sido representado, al igual que lo hizo Goya en el óleo El aquelarre (1797-1798). Otros ejemplos son Black Sunday (1960), basada en el cuento de terror «Viy» del escritor Nikolái Gógol, Suspiria (1977), una de las películas más famosas del director Dario Argento, The witches of eastwick (1987), inspirado en la novela homónima de John Updike, o la popular The Craft(1996).

El aquelarre (1797-1798), de Francisco de Goya

Mención especial merece Häxan (1922), el documental sobre brujería más antiguo, una exhibición histórica y cultural que fue censurada en Estados Unidos por contener desnudos y tortura. Está inspirado en el Malleus Maleficarum, el compendio más popular sobre brujería en Europa escrito durante el siglo XV por dos monjes dominicos y que, durante más de tres siglos, se volvió indispensable para realizar los juicios de la cacería de brujas. Tras dos años de investigación de las supersticiones durante el Medioevo, creó este largometraje que recrea los supuestos rituales de las brujas y los suplicios a los que eran sometidas. Bajo el título en inglés deWitchcraft Through the Ages, este documental indaga múltiples detalles sobre las brujas en la época medieval e incluso afirma que su aparición está ligada a ciertas enfermedades mentales hasta entonces desconocidas. Está disponible en línea en el repertorio de la web de Internet Archive.






Las brujas han formado parte de la mayoría de las culturas mediante la tradición oral y escrita, manteniéndose vigentes en la cultura popular, e incluso su figura se ha vuelto muy famosa en las últimas décadas. Se considera, desde el siglo pasado, dentro del espiritismo, y las religiones neopaganas y sectas esotéricas y ocultistas han incluido a todos los practicantes de la magia, tanto negra como blanca, dentro de la brujería, lo que le ha devuelto cierto estatus. La brujería y el mundo esotérico actualmente ejercen una fuerte fascinación que adquiere cada vez más adeptos que, incluso aunque no la practiquen,  están inmersos en su estética y simbolismo.~

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