martes, 31 de diciembre de 2019

«Oro podrido» (cuento publicado en la revista Magis)





En el último número (noviembre-diciembre) publicado de la revista Magis (del ITESO, Universidad jesuita de Guadalajara) publicaron mi cuento inédito «Oro podrido», cuya trama está inspirada (y se desarrolla) en Humberstone, un enigmático pueblo fanstasma en Chile.






Oro podrido

Aquí, al norte de Chile, las personas iban y volvían. Así lo hicieron hasta que ya no hubo motivos para regresar. El desierto de Atacama triunfó, los desterró silenciosamente para quedarse sólo con las almas y los ecos
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Foto: Flickr.com - Carlos Varela
Foto: Flickr.com - Carlos Varela
Dadme mis huesos y los huesos de mis muertos
y los pondré a florecer en la noche.
José Carlos Becerra

Cada vez soy un poco más pequeño. Siento cómo mi columna se esfuerza por regresar a una posición horizontal para al fin descansar, pero sólo me encorvo cada vez más conforme pasa la tarde. Si no dejo de encoger, los recuerdos se volverán demasiado pesados y me resultará imposible respirar.
Guardo mis gritos resecos porque no hay quién escuche. Son contados los que vienen para llorarle a una porción de tierra marcada con una cruz de metal o madera en el cementerio, ese arenal de crucifijos oxidados o carcomidos, páramo ocre al que cuesta tanto volver, primero por desconsuelo y después por dejadez. A nadie le interesa ir a molestar a los muertos para otra cosa que no sea sanar su propio remordimiento, y eso ocurre sólo una o dos veces al año: el Día de Muertos o en el aniversario luctuoso.
Igual que animales necios, nos establecemos en lagos y desiertos, hacemos habitable lo inhóspito; reinamos en lo imposible para que después la tierra nos cobre caro el error. Y esas equivocaciones crean deudas que se deben saldar con tragedias. O con el abandono, que, para el caso, es otro tipo de tragedia.
Profanamos la Tierra, desgajamos sus entrañas y ella respondió de la misma manera. Después de algunas décadas todo acabó, y la atmósfera ardiente absorbió al pueblo entero. Quedan esqueletos de hierro sepultados y vestigios que atestiguan la batalla; restos lamentables del pasado. Insisto: fue obra de una maldición desatada por las incontables muertes que causó la pólvora fabricada con nuestro salitre del otro lado del océano, en Europa. (Continuar leyendo en Magis...)

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