domingo, 15 de diciembre de 2019

Réquiem por Tijuana - Néstor Robles (reseña)




Escribí una reseña sobre Réquiem por Tijuana, libro de cuentos de Néstor Robles publicado por Paraíso Perdido en 2017, para la revista digital El Septentrión



Terrores ancestrales

por Lola Ancira

Paraíso Perdido, 2017, Guadalajara, 176 pp.

Réquiem por Tijuana (Paraíso Perdido, 2017) de Néstor Robles (Guadalajara, 1985) es un libro de trece historias que se desarrollan en Tijuana, algunas específicamente en Montezul, un sitio costero idílico habitado en su mayoría por ancianos.
   Este réquiem o «música para difuntos» está dedicado a una ciudad fronteriza al sur de California, consta de tres secciones —Voraz (cuyos cuentos se publicaron un año antes en la colección Instantánea de la misma editorial), Crónicas de Montezul y Réquiem por Tijuana— y cuenta con poco más de ciento cincuenta páginas.
   La mirada de Robles se aleja de los tópicos usuales de la llamada «narcoliteratura» y se dirige hacia las leyendas locales del norte para recuperarlas con un lenguaje cercano, coloquial, y sus cuentos transitan entre la ciencia ficción, el suspenso, el horror, el terror, lo maravilloso y lo fantástico. Éste es un canto fúnebre, de despedida, donde un soundtrack que incluye, entre otros, a The Beatles, Arcade Fire, The Who, Pink Floyd y Neil Young permean tramas relacionadas con cataclismos o hecatombes o giran en torno a eventos violentos y fatídicos para los protagonistas.
   El autor coloca a Tijuana, donde reside desde hace varios años, como el núcleo del universo, un mundo entero habitado por asesinos a sueldo, escritores noveles e ingenuos o de renombre, cronistas, editores, mujeres hermosas y de cuerpos espectaculares, prostitutas, monstruos que se esconden bajo un disfraz humano, nahuales, lobos, coyotes y brujas que deambulan entre adictivas empanadas rellenas con carne humana, transmigración de cuerpos, la histeria colectiva, la antropofagia, cadáveres de ballenas en cuyo interior reposa una nube que arrasará con el género humano, lo onírico, venganzas, ratas ahogadas y perros atropellados, invasiones de insectos asesinos y diminutos puntos negros que se convierten en un agujero que comienza a engullir todo lo conocido. Extraterrestres, naves invasoras y pirámides voladoras también están inmersos en este sitio donde «Todo tiene su propósito, nada sucede por coincidencia». (Continuar leyendo en El Septentrión...)

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